lunes, noviembre 14, 2005

Ponga un Flat en su vida

Hoy voy a hablar de Flat. Sí, diréis que hablo continuamente de él, que no es ninguna novedad, y en cierto modo tendréis razón. No obstante, hace mucho que no le dedico un post en condiciones y hoy me ha parecido un buen momento para hacerlo. Además, tenemos que casar al niño, y nadie mejor que yo para darle publicidad, si bien toda la exaltación de sus virtudes irá impregnada de sutil sarcasmo, que no quiero que esto se parezca demasiado al discurso del best-man de las bodas americanas.

Yo ya no leo. Flat lo hace por mí y me lo cuenta. Tampoco me bajo música ni me la compro, porque Flat ya se baja lo que le gusta y lo filtra para proporcionarme lo que sabe que me gustará a mi. Yo patalearé y diré que lo que me ha grabado es una mierda, pero secretamente ronronearé satisfecho, porque una vez más ha vuelto a acertar.

Ya no necesito ver tráilers por internet, ni prestar atención a la cartelera para estar al loro de los estrenos, porque él ya lleva un riguroso seguimiento de las novedades, y se sabe la ficha técnica y artísticas de los últimos estrenos, antes incluso de que se lleguen a estrenar. Tampoco necesito gastarme demasiado dinero en cine o utilizar los recursos de descarga que me proporciona mi cutre ADSL. Flat siempre tiene las películas que quiero ver e incluso me da algunas que no conozco y que sabe que me gustarán. Y efectivamente, siempre me gustan. Esto se hace extensivo a series de televisión de gran calidad. Si una serie es buena y me la he perdido no hay problema, porque Flat la consigue y me la presta.

Ya no tengo interés por la cocina, porque Flat conoce más recetas que yo y le salen más sabrosas que las mías. No necesito cocinar, porque él ya lo hace por mí y además ni siquiera me deja ayudar, por lo que sólo tengo que sentarme a ver la tele con una cerveza y esperar a que la cena esté lista.

No tengo que preocuparme por saber llegar a los sitios o de tener un mapa de carreteras en el coche, porque Flat conoce cada calle y cada camino, y la forma más rápida de llegar a cualquier sitio. Tampoco tengo que comerme la cabeza pensando en donde poder tomar unas tapas baratas, porque Flat es un experto en el buen comer respetando el bolsillo y siempre sabrá llevarme a la tasca adecuada.

Buscar ligues se hace innecesario, porque los hombres acuden como moscas a la llamada de su grito. Además, como es muy selectivo no se los suele quedar, y basta con estar cerca para quedarme con los despojos de los caballeros derrotados que no han conseguido arrancar Excalibur de la piedra. Yo no soy Excalibur, sino una buena navaja multiusos, pero no hace falta mucho esfuerzo para arrancarme de ningún sitio, y soy un interesante segundo plato.

Puedo ver los Simpson en horario de telediario sin temor a estar desconectado de la actualidad, porque él ya se mete en los diarios online cada diez minutos y me pone al día de los sucesos más relevantes en un momento. Y si no, basta con preguntar cualquier duda sobre algún acontecimiento que no entienda y me la soluciona en un plisplás.

Tampoco necesito preocuparme de las relaciones sociales. Con Flat al lado siempre tengo amigos sonrientes.

No tengo miedo de pasear por la noche ni de moverme por barrios chungos, porque Flat es un macarra criado en Entrevías y me siento protegido por él. Si alguien quiere apropiarse de mi panoja indebidamente, se que Flat le plantará cara y le romperá los morros al villano en cuestión.

Ya no tengo que gastarme dinero en diccionarios, o invertir tiempo en buscar el significado de una palabra en inglés, porque Flat las sabe todas, en sus múltiples acepciones, y además siempre me indicará la más adecuada para usar en el contexto en cuestión. Esto también vale para otros idiomas.

Puedo limitar la compra de ropa a simples caprichos, porque Flat me nutre de prendas que a él ya no le gustan y de complementos demodé, que a mi no me importa llevar. Él tiene tanta ropa que darme a mi unas cuantas fruslerías no le supone ningún descalabro en su armario y sabe que a mi me hace feliz…

Podría seguir hasta el infinito enumerando las ventajas que supone tener a Flat a mi lado, pero creo que las ya nombradas constituyen un ejemplo bastante gráfico. Flat es mi Google particular, y mi QDQ, y mi IMBD y mi todo. Además, por si fuera poco, no sólo es cómodo y práctico ser amigo de Flat, sino que además es altamente gratificante porque:

- Me hace reír
- Es guapísimo
- Me deja que le sobe durante largo rato, sólo quejándose cuando me sobrepaso intentando chupetearle las carnes.
- Su madre y su familia en general son encantadores
- Es un oso con gancho
- Sabe estar en cualquier sitio, y si tiene dudas me pregunta, haciéndome sentir importante.
- Me permite que me cabree con él sin motivo alguno (motivos adultos me refiero) y no solo me perdona al instante sino que hace de psicólogo ayudándome un montón.
- Me quiere un montón, y se le nota.


Es por esto que os recomiendo encarecidamente que os hagáis con un Flat con la mayor prontitud, aunque he de recordar que no está disponible en tiendas (ni siquiera en las que traen de fuera) por lo que se hace necesario salir a la calle a buscarlo, y desgraciadamente son muy escasos. También es necesario que os advierta que los Flats también tienen efectos secundarios, ya que crean total dependencia, y podéis acabar convertidos en una ameba sin voluntad como yo. Ah, y a veces puede resultar un poquiiiiiiiiiito pedante. Pero que coño, merece la pena.

Besos en las ingles.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo también quiero un Flat en mi vida. ¿Me lo prestas un rato? Prometo devolverlo sin haberlo usado demasiado.

Ann O'Nadada dijo...

No no, que los Flats son como las estilográficas, que si las prestas te deforman el punto... y mi Flat tiene el puntito hecho a mi...