martes, noviembre 29, 2005

El azul marino y el negro... ¿Combinan?

Hoy tengo un poco de crisis existencial en torno al vestir. Mi madre me ha dicho que el jersey que llevaba se mataba con el resto de prendas sobre mi cuerpo y yo me he preguntado el por qué, si unas microletras escritas en la pechera eran del mismo naranja de la camiseta de debajo y de las rayas impares de mi bufanda. ¿Exactamente quién dictamina que dos colores chirrían al combinarlos juntos? ¿Quién decide si estos pantalones combinan con este jersey? ¿Salirse de los vaqueros-que-van-con-todo conlleva automáticamente el riesgo de ir fatal vestido? Antes las rayas no iban con los cuadros, y ahora resulta que sí. El naranja y el fucsia eran irreconciliables, pero desde Al Salir de Clase están a la orden del día... Entonces, ¿al azul marino y el negro combinan o no?
A no ser que vaya a por el pan o a por tabaco a las mil de la noche, que dependiendo de mi estado anímico puede incluso suponer que baje a la calle en pijama con un abrigo encima, suelo tener bastante cuidado con lo que me pongo. Intento que las prendas que escojo tengan un poco de coherencia entre sí. Incluso si decido ir de payaso o de semáforo con mil colores, está previamente estudiado, y lo más seguro es que los calcetines que lleve en ese momento tengan rayas de todos esos colores aparentemente aleatorios.
Mi madre siempre considera que voy hecho un mamarracho, y que si no fuese su hijo y me encontrase por la calle, apretaría el paso o incluso se cambiaría de acera. Está claro que el gusto de mi madre me trae bastante al pairo, ya que está ya algo viejita y comprendo que desde que dejé de llevar camisas con pantalones de pinzas y naúticos en el colegio, la traigo por la calle de la amargura con mis estilismos, pero mi intranquilidad va más allá de su opinión.
¿Estoy indefectiblemente atado a los cánones de moda que dictan las pasarelas, o por el contrario soy libre de combinar las prendas como me salga de la pipa del coño? La respuesta no es fácil, ya que si me preguntan así en frío respondo automáticamente que yo hago lo que quiero con mi pelo, pero la cruda realidad es que como alguien cercano a mí y con un criterio sólido a mi parecer, me diga "Esta noche vas hecho un fantoche" probablemente me siente en un bordillo a llorar o me tire a las vías del tren.
Por lo general tiendo a vestirme sin grandes estridencias, pero como un día me dé por innovar y ser un poquito transgresor con la combinación de prendas, necesito que en cuanto me vea la primera persona conocida me diga que qué conjunto más chulo llevo, ya que, de otro modo interpretaría su silencio como "Vas vestido de rumano, y no, no quiero La Farola". Una cosa es salirme un poquito de la rutina y otra correr el riesgo de convertirme en Emilio Aragón con su traje y sus All Star.
Cambiando un poco de tema, pero siguiendo en la misma línea, últimamente me ronda la cabeza la idea de raparme el cráneo. Mirándolo fríamente, la cosa no es para tanto, pero para mí sí lo es. Mi aspecto varía terriblemente según el pelo que lleve. Ya sé que esto le pasa a todo el mundo, pero en mi caso es exagerado. Simplemente, de llevar a no llevar producto fijador en el pelo puedo pasar de tío medianamente interesante a perder 5 años de golpe (que me hacen falta, ya habrá tiempo más adelante de quitarme edad) y convertirme en un niñato con cara de seminarista potato. Esto sucede tan sólo cambiando la orientación espacial de mis cabellos. Si además metemos tijera la cagada puede ser colosal. He llevado múltiples looks, desde macarra melenudo, cara de garbanzo o Mario Conde, hasta el actual de hace bastantes años que varía entre bollera legionaria, bollera pescadera y bollera señorona-Carolina-Herrera dependiendo de la longitud, que mal que bien, me ha venido funcionando aceptablemente.
Raparme el pelo supone poner en primera línea de atención a la forma de mi cráneo, que no nos engañemos, no es para nada bonita, sino totalmente esférica. He probado a ponerme gorras, que te aplastan el pelo, y ofrecen un efecto similar al del rasurado, y el resultado ha sido siempre lamentable. No puedo llevar nada en la cabeza, ni gorros, ni gorras, ni sombreros ni nada. Todo me queda de pena. Se me queda cara no sé si de Síndrome de Down, o de oligofrénico o de alguna otra alteración genética poco atractiva, pero muy mal en resumen. Es por esto que me da terror pensar en que mis peores predicciones se cumplan y acabe con mi cráneo como una bola de billar y mi cara como la de Corky o la del recepcionista del hospital de Médico de Familia (Cielos, Emilio Aragón se aparece en mi mente dos veces en el mismo post, ¿Qué me está pasando?). Quiero cambiar de aspecto, pero no sé si estoy dispuesto a asumir el riesgo de tener que pasar tres meses encerrado en mi habitación hasta que se me deje de ver el cartón... A mi amigo JM se le quedó cara de enfermo de SIDA cuando lo hizo y recuerdo perfectamente que fue blanco de mofa y befa de todos nosotros durante varias semanas... Estoy confuso...
Para otro día dejamos el tema de porqué las gafas de sol me quedan tan mal.
Y Esto es todo por hoy, que quería hacer un post muy cortito para compensar el de ayer y ya me estoy sobrando.
Besos en las ingles.
Nota: Blogger esta vez ha decidido que no le da la gana ponerme los espaciados entre párrafos así que hasta que me deje editarlo y ponerlo bien os vais a tner que joder y leer todo el post como una super columna en bloque. Mil perdones

lunes, noviembre 28, 2005

Aunque la foca-osa se vista de travesti, foca-osa se queda

Hay que ver como pasa el tiempo. Recuerdo que hace nada estábamos bailoteando en el Plan Travesti de Octubre y resulta que ayer ya teníamos la siguiente edición recién salida del horno, y como nuestra presencia resulta imprescindible para el correcto funcionamiento de tamaño evento, pues allí estuvimos como un clavo.

Previamente me fui a resolver unos papeleos y a gestionar unos asuntos de vital importancia, cosa que me llevó toda la tarde. Era absolutamente fundamental que resolviera estos temas y estas cosas antes de la fiesta, ya que me conozco bien, y de no hacerlo, mi continua e insaciable sed por "reproducirme" llegaría por la noche a cotas tan altas y tan críticas que no me permitiría disfrutar de la compañía de mis amigos. Nótese la ironía en la palabra "reproducirme", ya que todos sabemos gracias a Margarita Forodelafamilia que el semen y la caca no son interesantes para la sociedad, y por tanto mi verdadera intención se reduce a la mera cópula...

Por la noche, de vuelta a casa me acicalé, me perfumé, me puse mi UOMM (Uniforme Oficial de Moderno de Mierda, sólo tengo ése) y me pinté el ojo con un eyeliner que debía ser del período precámbrico y estaba sólo un pelín reseco. Como tengo mucha maña en el arte del maquillaje y la caracterización y todos esos menesteres me bordeé los ojos a la misma distancia que Inma Gran Hermano los labios, dado que la anterior intentona de apurar al borde me había llevado a clavarme el aplicador en la córnea en repetidas ocasiones, produciéndome un escozor bastante considerable. Eso sí que eran lágrimas negras y no lo de Bebo Valdés y el Cigala... En fin, que como me horrorizó el resultado final decidí quitármelo (concepto entendido. Que a Flat le quede gracioso no es extrapolable a tu persona), pero descubrí con horror que no era posible. Una vez aplicado, el eyeliner es indestructible, como el Anillo Único, y lo único que conseguí fue difuminarmelo un poco de modo que en vez de un medio travesti parecía un mapache politoxicómano que ha pasado mala noche...

Por una vez, y sin que sirva de precedente, esta vez pasó Flat a buscarme en coche a mí, acompañado por Monique, que entendió mal mi sugerencia de vestirse como una zorra medio en bolas, yendo al final muy mona excepto por una camiseta de mercadillo dada de sí que dejaba vislumbrar su sujetador y adivinar sus tetas (bueno, entonces medio en bolas si que iba). Una pena que se le engancharan sus medias de rejilla antes incluso de entrar al local.

Mientras esperábamos a toda la troupe a la que habíamos convocado nos tomamos unas copillas en el Jamaica de la esquina (Flat previamente se cascó un bocata en el Pans, porque él necesitaba un aporte energético adicional a la tableta de turrón de Alicante que le llevé). Bueno todos nos tomamos una copa menos Farala que es un poco maricón y se tomó un té, con la cosiguiente tanda de risas y cachondeos a su salud. Yo completé mi fallido look travesti con la barra de labios para hombre de Claudio, que no se notaba nada pero olía muy bien. Cuando estuvimos todos, a saber, Claudio, Farala, Kurt, AGdP, Magu, Asun y amiga, Macy, Flat, Monique y yo, enfilamos al Arena ateridos de frío.

La fiesta fue un poco rara, porque había gente, pero había poca gente, sobre todo considerando que era el segundo aniversario y que además se daban los premios Fama, que son unos premios un poco caspa, un poco andergraun, y un poco endogámicos, porque básicamente se dan entre amiguetes. La Gala fue excesivamente larga, sobre todo porque había que esperar a que los que presentaban cada premio fueran localizados y subiesen al escenario. En cualquier caso, como lo presentaban Juan Flahn (vestido de Elvis travesti de cintura para arriba y de calzoncillos paquetón y patorras por abajo) y Rose Manfredi (de Chico y Chica) se hizo mucho menos aburrido. Claudio y Farala procesaban y memorizaban automáticamente cualquier frase que saliera de la boca de Rose, para convertirla en un clásico y un must y repetirla desde entonces hasta la saciedad. Nos gustó especialmente cuando respondió al "Anne Igartiburu es vasca, como tú" de Juan Flahn con un "Pueeees, vete a tomar por culooo..."

Los trofeos eran cabezas calvas como de maniquí a escala 1:1.25 y nos gustaron mucho. La Prohibida ganó tres, y dijo que qué bien, que ya tenía donde poner las pelucas... El momento más asqueroso de la noche fue cuando Angie Anabel torturó al público con un speech eterno y carente de interés, dándoselas de diva-trash pero no engañando a nadie (¿por qué no le bajaron el micrófono?). En cambio el mejor momento fue cuando otorgaron el premio al mejor directo a Yurena, que subió completamente emocionada al escenario a recogerlo y agradecérnoslo mucho a todos. Este fue el mejor momento, pero no la mejor visión, ya que en realidad este honor recaía en Margarita Seisdedos, en un discreto segundo plano con cara de "Hija mía, no ves que estos maricones se están riendo mogollón de tí? Ay señor, señor..."

Tras la entrega de premios llegaron los temazos bailables. A destacar el momento Smells like Teen Spirit de Nirvana, que todos celebramos agitando nuestras no-melenas y rasgando nuestras no-guitarras invisibles, y las 350 veces que pusieron el Hung Up de Madonna, todas y cada una de ellas coreografiadas a la perfección por Claudio (y una vez también Telecine) que un día le va a dar un jari y se va a quedar tirado en el suelo descoyuntado como Emily Rose. Una vez (la 314) incluso entramos en trance y nos subimos a bailar al escenario, y una vez allí ya nos quedamos para movernos al ritmo de lo de Goldfrapp y demás. Yo me bajé prudentemente al cabo de un ratito, porque como bien apuntó Farala, después de Madonna deja de ser tendencia bailar en el escenario. Además detectamos que no nos estaban haciendo ninguna foto, y ya se sabe hacer el mamarracho para que no quede constancia gráfica no tiene mucho sentido. A ver ahora que coño subo al fotolog estos próximos días... Qué estrés... Por si fuera poco, miramos en la portada del disco recopilatorio segundo aniversario, que era un collage con los clásicos asistentes y no nos encontramos. Indignadísimos decidimos no comprarlo, ya que nosotros somos un pilar fundamental en esa fiesta e ignorarnos supone una grave afrenta y un agravio difícil de subsanar, sobre todo cuando Flat es un tío con cuerpo de ganadero que gusta tanto. Tanto que Lorenzo Caprile no dudó en sugerir que él era una buena res como para ser ordeñada por sus fuertes manos... Nunca hemos estado tan cerca de cenar con Letizia.

Cuando nos empezamos a hartar de la fiesta, porque ya estaba tocando a su fin decidimos largarnos al Weekend para ahorrarnos la cola del ropero, pero yo como soy muy listo decubrí en el mostrador que había perdido el ticket, con lo cual me tenía que quedar el ultimísimo para recuperar mi chaqueta. Como comprenderéis me hizo muchísima ilusión la noticia y como no me resignaba a ello, mandé a la gente al Weekend mientras nos quedábamos Flat y yo buscándolo por el suelo entre las piernas depiladas de las travestis. Según nos pusimos a buscar, Flat se encontró 10 euritos que siempre vienen bien, y yo al cabo de 5 minutos me hice con mi ticket pisoteado. Tengo que decir que Flat una vez consiguió sus euros se sentó tranquilamente en un sofá a esperarme así que tengo que agradecerle su inestimable ayuda. Sin él no habría podido encontrarlo.

En el Weekend estuvimos bastante comedidos y yo solo me tomé una copa. Había un amigo de TB97 que llevaba una melopea histórica y que me ponía bastante berraco. Tuvimos un amago de acercamiento, pero yo, que soy más chulo que un ocho, opté por no perder mi dignidad y no tirarme a su cuello, máxime cuando ya llevaba los deberes hechos por el día repetidas veces. Pero vamos, que ése se me queda como asignatura pendiente lo saben hasta los chinos (¿Yuu, a que lo sabes?).

Decidimos retirarnos a nuestros respectivos olivos una hora antes del cierre, lo que da una idea de lo comedidos que ya digo que estuvimos. Gracias a eso nos libramos de acabar en algún sitio muy malo y de tener hoy una resaca de dimensiones colosales. Chapó por nosotroh, zupe.

Besos en las ingles.

P.D: Si habéis sido capaces de leeros todo este chorizo que me ha salido, dejad un comentario y ya si eso veríamos si os invito a una cerveza o algo.
P.D.D: Estoy supercontento de que blogger haya decidido hacer caso omiso de todas las negritas que había puesto. Lo va a volver a repasar su puta madre.

sábado, noviembre 26, 2005

Poncho's Little Market

El viernes me levanté a una hora prudencial para ayudar a Poncho en lo que creo que debe ser mi mudanza número dos millones. A Dior pongo por testigo que el día que me toque mudarme a mí, me sentaré en un sillón y dirigiré a todo el mundo desde ahí, porque no pienso mover un dedo, si acaso sólo para señalar dónde va cada cosa.

Es increíble la de cosas que caben en una minicasa de poquísimos metros cuadrados... El caso es que sincronizamos nuestros relojes e hicimos una mudanza con tres coches en tiempo récord y un solo viaje. Somos unos profesionales. La verdad es que subir las cajas por unas escaleras estrechísimas de película de miedo es lo peor. Nos íbamos desollando los nudillos con las paredes, pero todo sea porque le quede bonita la casa a Poncho, que una casa en pleno Chueca no es moco de pavo y más nos vale quedar bien para conseguir unas llaves o algo... Además concretamente mi ayuda era absolutamente interesada, porque tras el transporte de las cajas se nos había prometido una edición especial del famoso Mercadillo de Poncho aka Poncho's Little Market.

Poncho es una de las personas que conozco que más ropa tiene. Su armario exhibe una obscena cantidad de prendas que ni siquiera se pone, y la mitad están sin estrenar, con la etiqueta colgando. Literalmente, no le cabe la ropa en casa. Es por ello, que periódicamente tiene que organizar una sesión de mercadillo.

En sus orígenes, el mercadillo nació como una puesta en común entre mis amigos de prendas que no nos poníamos, o ya no nos gustaban, o no nos cerraban, o simplemente típica prenda que te compras y en cuanto llegas a casa te paras a pensar y te das cuenta que no la necesitabas para nada. Cada uno llevaba una bolsa de ropa y ejercíamos el noble arte del trueque, la puja y la subasta. Lo que ocurría es que la cantidad de material aportado por Poncho venía a ser el triple de lo que llevábamos los demás y de una calidad muy superior. Esto hizo que poco a poco el mercadillo fuese derivando en lo que es hoy, una obra de beneficencia unilateral.

Cuando se anuncia un Poncho's Little Market todos empezamos a salivar, pensando en la cantidad de ropita nueva que vamos a adquirir panojaless. Y especialmente en esta edición, que como iba anexa a una mudanza seguro que era especialmente abundante y generosa. Además, lo bueno que tiene tener el cuerpo rechoncho y cortito que tengo, es que normalmente no me tengo que pelear por nada, porque lo que me vale a mi a los demás les queda fatal.

En resumen, cinco camisas de manga larga de vestir (me hacen falta para mi nueva situación labo laboral), dos camisas de manga corta, una camisa "reto" (objetivamente hoy por hoy le voy a reventar los botones con las tetas, pero me he jurado que para verano me va a valer), tres camisetas, un polo de manga larga, una bufanda y un traje es lo que ha dado de sí esta edición. Y todo por ayudarle con la mudanza, aunque le íbamos a ayudar de todas maneras... Estoy contento como unas castañuelas, porque además alguna de las prendas recibidas habían sido largamente deseadas en silencio por mi parte... Muchas gracias Poncho.

Por la noche me planté en El Naranja, para variar, y me encontré a la habitual convención de blogueros rajando por los codos. Por lo visto había un devoto fan llegado desde Vigo y todo, pero yo no hablé con él porque aún estaba un poco aturdido. Me tomé unas copas pero me tomé pocas copas porque enseguida enfilamos hacia el Chochoymedio Kurt, Dwalks, Agr, C y yo, para evitar las colas sobrenaturales que se forman ahí media hora después. Comentar que, como apuntó Flat, en la pandilla de esta gente hacen cástings para formar parte del club, porque ahí ninguno baja del metro ochentaycinco y son todos guapérrimos. En las entrañas del Chocho nos dedicamos a fichotear y a tomarnos unos venenos hasta que Dwalks se empezó a poner malo por alguna razón extraña, quizás el jet lag arrastrado desde China, quizás las neurotoxinas matarratas de las copas del local... El caso es que le montamos en un taxi y Kurt y yo nos fuimos a morir al Angel, porque tenía curiosidad por observar el fenómeno oso desde el interior y en primera persona, y yo estaba bastante salido.

Cuando llegamos descubrimos con horror que había cuatro gatos, cuando normalmente el sitio peta de pelos y barrigas. Más tarde nos explicó TB97 que toda la gente se había ido a una kedada en Colonia, Alemania. Es muy fuerte. El oso es el animal más gregario que existe. Qué se dice que hay kedada en Alemania, pues ahí que van todos a frotarse las barrigas y mesarse los bigotes... En fin, que ahí estabamos nosotros, viendo como un tipo estaba a punto de desmayarse sobre su copa y siendo observados desde los rincones del garito, pero sin ligar nada, de modo que decidimos que había sido suficiente y que si acaso mañana más.

Ni que decir tiene que coger un taxi fue misión imposible y que hubo que abortar plan y volverse en Metro, como la gente de la calle.

Hoy me he levantado muy tarde, pero inexplicablemente casi no tenía resaca. Me he medido las constantes vitales y tenía las propias de alguien que no ha ido al Ochoymedio la noche anterior. Todo muy raro. ¿Es posible que hayan rebajado el contenido de componentes tóxicos y perniciosos para el organismo de las copas a tan solo el 75%? ¿Les habrá pillado el Ministerio de Sanidad? Es un Expediente X sin duda...

Besos en las ingles.

jueves, noviembre 24, 2005

La Polla Transilvana

Como el post anterior fue demasiado profundo y trascendental, hoy quiero ponerme frívolo, y hablar de cosas banales y vulgares, de las que no hacen pensar. Una entrada basura, de las que os gustan.

Ayer fuimos Claudio, Flat y yo a tomar unos algos por el centro. Queríamos cenar, pero no sabíamos dónde. Claudio sugirió un sitio de tapas a cero euros (pagando la caña, se entiende) y allí nos plantamos a tomar un piscolabis. El sitio era bastante lo peor así que decidimos que para aperitivo estaba bien, pero que nada más. Entonces empezamos a agotar todos las tascas y restaurantes chungos de cenar por dos duros que conocíamos en Chueca. Como estaban todos cerrados acabamos por meternos en un sitio casi enfrente del Hot (casi enfrente porque enfrente está el Enfrente, valga la redundancia...). Craso error el nuestro...

Entramos atraídos por el morbo de que el restaurante fuese transilvano. No teníamos ni idea de qué demonios se come en un transilvano, así que allá que fuimos. La experiencia transilvana que ahora os voy a contar es impagable, terrorífica sin duda. Ríete tú del exorcismo de Emily Rose...

El restaurante era el súmum del quiero y no puedo. Prentendía ser de diseño, pero un diseño de todo a cien. Todo era pretenciosamente cutre. El maître iba disfrazado de taxista con chupa de cuero y bigote, la mesa estaba situada en un rincón alejado de cualquier fuente de luz (claro, si el restaurante era transilvano, pues tú me dirás...) y la música de folklore rumano era tan horrenda y monótona como cualquier cancioncilla turca...

Pedimos aconsejados por el maître-taxista comida típicamente transilvana que tenía nombres como de oscuros conjuros satánicos que no sé reproducir...

  • Ensalada transilvana: si le quitas lo de transilvana y pones murciana te queda igual de bien. Una ensalada cutre con remolacha y queso chungo aliñada con aceite de girasol, o de coche, o de algo muy malo. Ni la probé.
  • Higaditos de pollo griposo con trocitos del salchicha y salsa. Éste tenía un pasar y lo utilizamos para quitarnos el sabor de los otros.
  • Rollitos de carne envueltos en repollo. Era bastante guarradilla, pero menos da una piedra. Plato típico de restaurante chino de extrarradio.
  • Queso infame en nata. No salsa de nata, nata líquida tan cual, sacada directamente de la nevera.

Todos los platos iban acompañados por una cuña gigante de tortilla de puré de patatas Maggi, que ayudaban a pasar el mal trago. De beber, y como no tenían sangre contra todo pronóstico (vaya restaurante transilvano de mierda), tomamos un vino blanco rumano que se supone que estaba muy rico, pero la realidad es que era un brebaje de sabor cuasi nulo y color inexistente...

Para que lo pasaramos guay los dueños del restaurante nos obsequiaron con un espectáculo de luces muy sofisticado, que consistía en que una bombilla que teníamos encima se encendía y apagaba irregularmente, de modo que cuando se encendía nos deslumbraba como a los vampiros, y cuando se volvía a apagar no veíamos la comida hasta que se nos volvían a hacer los ojos a la oscuridad. Muy transilvano todo. Al final nos cobraron diez euros por barba por comer esa inmundicia. Nunca mais. Si alguna vez vais a Transilvania llevaos latas y tuppers, que si no vais a acabar con cagalera al segundo día. Ni siquiera Flat aguantó tal repugnancia, y Flat se lo come todo, doy fe.

Pese a todo, la comida fue muy divertida. No hablamos de temas de rabiosa actualidad pero sí dimos un repaso a nuestra infancia. Convenimos que Keanu Reeves en Speed estaba cañón, y Claudio y Flat confesaron que en su día se compraron la Ragazza porque se le veía el culo. Yo eso no lo hice, pero confesé que en sexto de E.G.B, y alentado por mi hermana Dove, me forré la carpeta con fotos de bebés, cuando todos los niños se ponían a Claudia Schiffer en una cara y en la otra fotos de motos. Vale sí, qué pasa, era un niño muy mariquita, y no sólo eso sino que además jugaba con las niñas a la goma mientras los niños echaban partidos de fútbol en el recreo. También hablamos de qué ciudades españolas había que ver, y yo me sentí muy mal reconociendo que jamás había estado en el País Vasco, ni en Galicia, ni en Extremadura, ni en casi ningún sitio de Castilla y León... Vamos que me conozco mejor Europa que mi propio país. Pero esto va a cambiar pronto, en cuanto tenga dinero para viajar...

Otro tema remarcable que salió a relucir fue el socorrido asunto "pollas". Es un tema que está muy bien, que nunca nos cansamos de tratar y que además viene perfecto para la entrada frívola de hoy. Vamos a hablar de tipos de pollas. No de aspectos médicos o técnicos/as como pollas circuncidadas-no circuncidadas. Nos vamos a centrar en los aspectos más plásticos y visuales del miembro viril, y no en todos. El tema a tratar es la forma del cipote (me encanta esta palabra). No el color (pollas oscuras en cuerpos blancos), la textura (pollas tersas, venosas o con granitos), el tamaño (micro o macropene) o la capacidad de crecer del estado fláccido al erecto (pollas grower). Estos temas ya serán tratados en otra ocasión.

Cada polla es un mundo, y no hay dos pollas iguales, pero sí es verdad que muchas pollas pueden clasificarse en distintos tipos, dependiendo de una serie de criterios, aunque es cierto que algunas son realmente inclasificables. Mis categorías principales son las siguientes.

  • Polla Lápiz: Se denominan así las pollas cuyo glande termina extrañamente en punta, en lugar de tener su clásica forma redondeada. Tampoco tiene que ser una cosa exagerada, no pincha, pero sí tiene una característica forma triangular. No confundir con la
  • Polla Mina (de portaminas): Es aquella muy larga, pero desproporcionadamente finita. En contraposición tenemos la
  • Polla Bolardo: que es demasiado gorda en relación a su longitud.
  • Polla Regla: Si las pollas normalmente tienden a ser aproximadamente cilíndricas (como el cuerpo de ganadero de Flat), las pollas regla son tirando a planas, osea que de perfil parecen más finas.
  • Polla Cerilla: El glande es gigantesco. Es la clásica polla cabezona. Si el prepucio aprieta, estrangulándola a la altura de la corona del glande, este efecto se hace mucho más llamativo.
  • Polla Pirámide: En esta categoría entan esas pollas que en la base son descomunales pero según se avanza hacia la punta, el grosor de la sección disminuye dramáticamente.
  • Polla Bolo: Ésta es una rara avis. Son esas en que, hacia la mitad del tronco, aparece un anómalo engrosamiento que se vuelve a reducir al seguir subiendo.
  • Polla Boomerang: Las típicas pollas torcidas, hacia un lado u otro. En su versión más exagerada se curvan hacia abajo, denominándose Polla Garra.
  • Polla Recta: Es la polla que todos quieren (y muchos tenemos). Por suerte, es la más habitual y la más bonita según los cánones de belleza actuales.

Por supuesto hay más subtipos, pero son demasiado rebuscados. Además considero que con esta clasificación es prácticamente seguro definir cualquier polla, siempre y cuando se use la adecuada combinación de factores. Por ejemplo, mi polla es recta, pero con tendencia a polla regla. Se puede también tener, qué se yo, polla cerilla-mina-lápiz, que además de ser un espanto se podría rebautizar Polla Lanza... ¿Os hacéis una idea?

En fin, que os mireis entre las piernas a ver dónde os podéis meter. Vivan las etiquetas.

Besos en las ingles.

miércoles, noviembre 23, 2005

Caminar solo

Ayer en la facultad fui a ver a un amigo al que llevaba muchísimos meses sin ver y nos teníamos que poner al día. Y tanto, porque resulta que se ha casado. Me quedé de piedra y me alegré un montón por él, pero fue una sensación rara. Tengo que puntualizar que el fulanito en cuestión fue uno de mis primeros rollos, del que por cierto me quedé absolutamente colgado hasta límites enfermizos en su día. Ahora es una relación de lo más sana, pero enterarme de que se ha casado con su novio de hace cinco años me tocó un poco la fibrilla… Otro más que lo consigue…

Es evidente que hay gente que no ha nacido para estar en pareja. Viven toda su vida picando de flor en flor o empalmando microrrelaciones de quince días o un mes y son felices así. Doy por supuesto que ellos mismos eligen esa vida, porque se saben independientes de corazón o porque no quieren sacrificar su libertad en aras de una vida en pareja o por cualquier otra razón, todas ellas válidas. El problema es cuando este camino no lo eliges fruto de tu libertad de decisión. ¿Puede ser esta forma de vida una condena? ¿Puede ser que tu código genético te imposibilite llevar una relación estable a buen puerto pese a que tu elección consciente sea la radicalmente opuesta? En definitiva, ¿puede ser que jamás en mi vida pueda tener pareja porque nunca voy a estar preparado pese a que lo desee con todas mis fuerzas?

Cada vez que conozco a alguien le someto a catorce mil filtros mentales. Tiene que pasar todas esas pruebas para poder ser un firme candidato a meterse en mi vida hasta la cocina. A saber:

  • ¿Es físicamente atractivo para mí? (Esta no es para nada difícil de cumplir)
  • ¿Es físicamente monstruoso para la gente que me rodea?
  • ¿Me hace reír?
  • ¿Y yo a él?
  • ¿Es una persona culta e inteligente?
  • ¿Tiene una edad adecuada para mí? ¿Opinarán lo mismo mis amigos/familiares?
  • ¿Sus amigos me gustan?
  • ¿Le gustan a él los míos?
  • ¿Es emocionalmente estable?
  • ¿Se preocupa por mí?
  • ¿Somos perfectamente compatibles en la cama?
  • ¿Me agobia o me vigila?
  • ¿Es cariñoso?
  • ¿Tenemos gustos parecidos?
  • ...


Esta lista se puede extender hasta el infinito y no puedo saber si es fruto de mi exigencia exagerada en cuestión de pareja, o si en cambio se debe a que inconscientemente me aterroriza tener pareja y la pérdida de libertad que ello conlleva, y mi cerebro sigue formulando más requisitos hasta que el candidato en cuestión falle en uno y quede automáticamente descartado…

Nótese que alternativamente a mis preferencias aparecen preguntas directamente relacionadas con mi entorno. Esto es así porque tan importante para mí es que sea de mi gusto como que sea del de los demás. Lamentablemente me influye el qué dirán una barbaridad, y soy incapaz de ponerme el mundo por montera y tirar hacia delante si no tengo la aprobación general… Así de patético soy. También es verdad que ha ocurrido a veces que he decidido que una persona me gustaba pese a incumplir numerosos requisitos de mi lista mental y me ha dado igual ocho que ochenta, tirándome a la piscina de cabeza. En estos casos ha sido la otra parte la que me ha pegado la patada sin previo aviso en menos de un mes dejándome hecho una mierda.

Otras veces también se me ha presentado la situación de que el candidato cumplía todos los requisitos que mi cerebro era capaz de exigir sin ser demasiado rebuscado. Y yo le gustaba muchísimo. En estas ocasiones mis ocultos mecanismos mentales me hacían automáticamente perder el interés por ¿ser demasiado fácil?

¿Estoy programado para no tener pareja jamás pese a que es lo que más deseo y no paro de buscar? ¿Me va el sado psicológico como una vez me dijeron? ¿Es esto un castigo de los dioses como el de Sísifo, Tántalo o Prometeo por algo que he hecho mal en esta vida o en otras pasadas? ¿Debería sentarme a esperar a que suene la flauta y que aparezca por arte de magia mi príncipe azul aunque ello implique estar solo hasta los 40?

Por otro lado me acojona pensar en que soy un experto en relaciones ajenas pero un completo analfabeto emocional en las propias. Me horroriza pensar que no haber tenido novio nunca hará que cuando eventualmente aparezca alguien en mi vida a los 45, tenga los problemas y discusiones típicas de una relación de 15 años, en cuanto a celos y demás…

En fin, que ésta es mi reflexión del día. No estoy deprimido en absoluto con el tema (por lo menos no hoy), no vayáis a pensar. Simplemente hay determinadas cosas que hacen que se me despierte la melancolía esta que siempre me acompaña, si bien normalmente en estado latente. Así que este es un buen día para que dejéis vuestros consejos, o mejor vuestras medidas, foto y forma de contacto. ;)

Por cierto, otra vez me ha venido la intranquilizadora sensación de que ya he hablado de esto antes. No sería raro en absoluto porque es algo en lo que pienso bastante a menudo, pero por lo menos espero no haber escrito un duplicado exacto de otro post anterior. En fin, cruzo los dedos para que no sea así.

Besos en las ingles.

martes, noviembre 22, 2005

365 días

Ya ha pasado un año. Hoy hace 365 días de mi primer post. 365 días de vender mi intimidad. Qué sensación más rara.

Empecé con el blog sin saber muy bien lo que hacía. Había leído de chiripa el Diario de B: 6 lonchas de jamón de York, y me había parecido absolutamente hilarante, pero aun así no sabía realmente qué era un blog ni para que servía. Se lo comenté a Flat para que se lo leyera, pero lamentablemente ya había desaparecido de internet, una pena. No obstante, Flat, que tiene alma de investigador, hizo sus pesquisas y se enteró de lo que eran realmente estos diarios virtuales, y raudo y veloz se hizo uno. Y yo, como soy un monito de repetición, pues seguí sus sabios pasos y un mes después rellené el formulario.

En un principio escribía como una alternativa a mandar los típicos mails a mis amigos para mantenerles informados de lo que hacía en Dinamarca, pero la realidad es que aparte de La Rata y de Ana no me leía ni Dior. Está visto que o les haces llegar la información a su mesa o no mueven un dedo por enterarse de nada. Por otro lado era una forma de echarme unas risas con Flat y con Jon, que aunque vivían las mismas cosas, pues no era lo mismo hablarlas que verlas por escrito.

Fueron pasando los días y tras la euforia inicial de actualizar a diario, la ilusión se fue perdiendo y concretamente en Diciembre no actualicé absolutamente nada. Gracias a que Flat no cejó en su empeño y mantuvo vivo el espíritu bloguero me puse las pilas y lo retomé en Enero... y hasta ahora.

Poquito a poco empezaron a surgir lectores anónimos, encabezados por esa especie de estrella mediática que es Tony Tornado, que me enlazó en su página, y a partir de entonces las visitas empezaron a crecer a un ritmo vertiginoso y exponencial. Lo que empezó como un pasatiempo extraño se fue convirtiendo en un hobby bastante adictivo, y la lista de enlaces de mi blog se fue multiplicando, así como el tiempo invertido en leer a otra gente. Recuerdo perfectamente la primera vez que algunos blogueros consagrados me comentaron por primera vez. La emoción hizo que se me relajaran los esfínteres, y me dio muchas fuerzas para seguir actualizando pese a que en numerosas ocasiones estuve a punto de mandarlo todo a la mierda, porque, no nos engañemos, la verdad es que el mundoblog me ha salvado más de una vez de abrirme las venas con un escalpelo en el laboratorio, presa del aburrimiento y la desesperación más atroz, pero otras muchas veces se ha convertido en una carga asfixiante, y una responsabilidad que no entendía como me había autoimpuesto.

Han sido 117 entradas las que he escrito desde el 20 de Noviembre del 2004, algunas interesantes, otras graciosas, y muchas absolutamente prescindibles, pero qué quereis, uno es de ciencias, y los intrusismos en el mundo de las letras la mayoría de las veces son desafortunados. La media indica que he actualizado aproximadamente uno de cada tres días, aunque muy irregularmente, y si descontamos los fines de semana que casi nunca escribo (porque no lo lee ni el tato y porque además suelo estar dormido o resacoso) pues la media sale un poquito más alta, con una actualización cada dos o tres días, que no está mal teniendo en cuenta que tampoco es que tenga una vida de aventurero interesantísima. Vamos que no soy Miguel de la Quadra Salcedo.

De lo que no cabe duda es que cumplir un año con esto para mí es un reto personal importante, porque la constancia es algo bastante anecdótico en mi vida. Jamás he sido capaz de llevar una agenda al día más de un mes por ejemplo, y soy bastante derrotista en todo. Y mira, quién me iba a decir a mí que iba a ser capaz de tener la disciplina necesaria para mantener esto vivo durante un añito entero. Por todo esto, medalla para mí. Y minipunto y punto.

El punto negro ha sido perder casi todos vuestros comentarios por culpa del puto Haloscan. Ha sido una gran pérdida, porque valoro mucho los comentarios, y me esfuerzo por contestarlos personalizadamente siempre que puedo. No obstante, la extirpación de este tumor era un mal necesario, y ya está hecho, aunque los daños colaterales hayan sido cuantiosos. A partir de ahora guardaré vuestras aportaciones bajo llave.

Un año ya. Me puedo quitar la L, ya soy un bloguero veterano. Empieza el año dos de la nueva era y quién sabe qué tendrá guardado para mi. Esperemos que solo cosas buenas, y si no por lo menos que me quede como estoy.

Muchas gracias a todos por leerme, de verdad. Espero que me queden todavía cosas que contaros para llenar un año más.

365 besos en las ingles a todos.

lunes, noviembre 21, 2005

Post insoportablemente aburrido y carente de todo interés

Supongo que lo típico sería contar detalladamente el fin de semana pero no me apetece mucho, porque los fines de semana últimamente son clónicos, así que contaré todo lo que se salga del sempiterno Naranja, que empieza a saturar cada átomo de mi ser. Además como no lo insonoricen ya, si vuelvo será para bailar al ritmo de lo que tenga en mi MP3, que ya estoy harto de intuir lo que ponen cada noche. Sólo me entero de qué suena según la coreografía de Claudio...

El viernes fui a ver "El exorcismo de Emily Rose" que me gustó bastante. Hubiese eliminado unas cuantas escenas pero en conjuntó está muy bien. Como me encantan los temas estos de cosas paranormales y posesiones demoníacas me he puesto a investigar en internet y he descubierto que el caso real corresponde a una tal Anneliese Michel que efectivamente manifestó los mismos comportamientos que en la película, pero que hay mogollón de cosas que no fueron como se cuentan. Evidentemente no las voy a decir aquí para no destripar nada, que últimamente está muy de moda el spoiling en los blogs. También he visto "La novia cadáver" y ésta si que me dejó que ni frío ni calor. Vale que está muy currada y tal pero la historia pfffff...

El fin de semana transcurrió como siempre, siendo lo más remarcable el cumpleaños de Tony Tornado y haber metido a la Patata envisonada en el Rick's. También tengo que decir que saludé a una fan pucelana que por lo visto es muy requetefan y se me subió el ego a la estratosfera.

Ayer domingo fuimos Claudio, Flat y yo a la fiesta de presentación de El Diario de Jota Ele (se nos unieron Telecine y un churri suyo que andaban por ahí). La fiesta fue un poco bizarra pero nos lo pasamos muy bien. Lo más divertido fue que cada uno teníamos un número pegado en la camiseta y que de vez en cuando recibías un mensaje a tu número... Bueno, en teoría fue divertido, pero en la práctica no, porque no recibí más que mensajes de coña escritos por mis amigos, y el tío al que tenía echado el ojo empezo a mandar mensajes descarados a Flat, como siempre. ¿Os acordais que decía que con Flat al lado es fácil ligar? Pues mentí como un bellaco. Con Flat al lado lo único que consigo es que los tíos me hablen para preguntarme que si ese chico tan guapo y yo somos novios. Creo que voy a desfigurarle la cara a Flat con ácido. De este modo conocerá lo que es el vacío social y probará un poco de su propia medicina. O al menos seguirá siendo igual de majo pero sin levantarme a los chulos aunque sea involuntariamente.

No me apetece escribir más así que voy a cortar aquí, aunque no sin antes recomendaros que veais el video del supergalletón que se metió el cantante Juan Gabriel al tropezarse con el cable del micrófono mientras brincaba como un grácil cervatillo en el escenario, resultando en una fractura múltiple de muñeca...

Besos en las ingles.

viernes, noviembre 18, 2005

Bye bye Haloscan

Mi blog exigía ya un lavado de cara, que la verdad es que daba pena verlo pero he ido siempre posponiéndolo porque me daba pereza cambiarlo. Además estaba ya hasta los mismísimos cojones de Haloscan, que me iba borrando los comentarios de meses pasados según publicaba nuevas entradas. Ya me habían hablado de esto, que a partir de 1000 comentarios empezaba a cargárselos, pero sinceramente, entre que no me lo creía mucho, y que me daba un poco igual porque no pensaba que fuese a llegar a mil comentarios nunca pues lo iba dejando pasar. Hasta hoy, que acabo de ver que se estaba fumando ya los de julio y era horita de ponerle freno a este mal bicho que es Haloscan. Vamos, ponerle freno no, más bien extirparlo de raíz y que se fuera a comer los comentarios de su puta madre.

Dicho y hecho. He cambiado la plantilla, que es bastante más mona, eso sí, sin salirme de la sobria sencillez que me caracteriza, y en los tonos de las paredes de mi habitación. Hasta aquí todo bien, hasta que me he descubierto las consecuencias de mis actos.

Para empezar, ajusticiar a Haloscan me ha salido bastante carito. He perdido todos vuestros comentarios desde que lo instalé (en mala hora), es decir prácticamente desde que empecé a escribir. En fin, más se perdió en Cuba. Por otro lado, y paradójicamente, eliminar el Haloscan me ha devuelto todos los comentarios previos que me tenía ocultos no se sabe por qué razón. Son poquísimos, de los dos o tres primeros meses cuando no me leía ni el tato, pero mira, tienen un gran valor histórico y sentimental y me hace mucha ilusión recuperarlos.

Para seguir, he invertido aproximadamente un millón de horas en descifrar el código HTML, infructuosamente, por cierto. Mi intención era tunear salvajemente el blog para que la presentación en sociedad fuese absolutamente grandiosa, pero no ha podido ser. Bastante ha sido ya conseguir poner los links y el contador de visitas. Qué quereis que os diga, mis conocimientos en diseño web son entre pobres y nulos, y no doy para más.

En fin, que se ha hecho lo que se ha podido pero que no obstante ruego que alguna alma caritativa se siente a mi vera y me ayude a darle los retoques y pinceladas necesarias para que me quede todo apabullante y sea la envidia de los chicos de mi edad. Además, a ver si lo pongo guapo, que el martes nos vamos de cumpleblog!

Es tardísimo. Me voy a la cama. Besos en las ingles

jueves, noviembre 17, 2005

La pregunta del millón

Tres cosas hay en la vida: salud, dinero y amor. La pregunta del millón es ¿en qué orden? Por supuesto no voy a ir de original, porque este tema está más manido que la existencia-no existencia de armas de destrucción masiva en Irak, pero es que después de haber estado enfermo (y no tanto, pese a lo que me he quejado) me parece que la pregunta se responde sola.

Claro está, habría que aclarar las condiciones de cada caso para poder responder. Si eliges salud, ¿significa que no vas a tener ni un puto duro ni para comer y que no te van a querer ni tus padres?. Porque claro, si no tienes dinero ni para comer, acabarías con desnutrición y esto repercutiría en tu salud, que se supone que es intocable...

¿Y si escoges amor? ¿Estarías rodeado de gente que te adora y de una pareja fiel que bebe los vientos por tí, mientras yaces en tu lecho de cartones y periódicos en la calle, cubierto de llagas putrefactas y hediondas? ¿Escoger dinero significa estar también tetrapléjico?

Vamos a suponer que los casos son intermedios y que la abundancia de una de las bendiciones no supone la carencia total y absoluta de las demás, es decir que no tener dinero significa pasarlas putísimas para llegar a final de mes y no poder ir la cine ni de vacaciones ni nada, y no tener amor que nunca encontrarás pareja. Yo me sigo quedando con salud. Me basta con recordar lo mal que he tratado a la gente que me rodea sólo porque me dolía un poco la garganta. Después de salud escogería dinero, y por último amor, que no me va del todo mal así. ¿Vosotros que haríais?

Podemos hacerlo más difícil todavía e incluir en la lista unos cuantos parámetros más (aunque creo que no importa qué más incluya, la salud siempre estará en lo más alto del podio). ¿Cómo quedaría el orden si incluimos, por ejemplo, belleza, poder, fama, admiración de los demás, inteligencia y valentía?

Ay, se me está pirando un poco la olla, y es que ya no tengo fiebre ni nada pero aún sigo un poquito tocado. Ahora tengo que seguir ciudándome un poquito, y este fin de semana tomármelo con calma. Corto aquí.

Besos en los ingles.

P.D: Flat, como no vengas a verme esta tarde reedito el post de anteayer y te pongo a parir.

miércoles, noviembre 16, 2005

20.000 lamentos

Acabo de superar las 20.000 visitas y estoy como para celebrarlo. La angina izquierda amenaza con hacerse con toda mi cavidad bucal y tengo las articulaciones como un viejo de 87 con artrosis...

En fin, que estoy penando por las esquinas con mi enfermedad. Hacía mucho que no me ponía malo y estoy bastante desacostumbrado. Básicamente lo único que hago durante el día es quejarme en plan "Aaaaaaay, que malito estoooooy" como Lorena de 4 en Alicante a cualquiera que me pase por delante y dormir en todas las camas y sofás de la casa, porque si paso demasiado tiempo en la misma superficie, la espalda se me resiente... Por las noches no pego ojo, dado que he dormido durante todo el día, aparte de que es cuando peor lo paso, así que me trago toda la programación de madrugada y de vez en cuando intento conciliar el sueño. Aborrezco esa sensación de estar en duermevela retorciéndote entre las sábanas y suponiendo que ya casi debe estar amaneciendo, para descubrir que sólo ha pasado media hora, y que queda muchísima noche por delante.

Por si las noches no fueran suficiente tortura de por sí, se junta el hecho de que cuando cae el sol mis glándulas sudoríparas se vuelven locas y empiezo a sudar como un cochino, llegando a empapar literalmente el pijama y las sábanas. Es por esto, que a lo largo de una noche suelo cambiarme de cama y de pijama unas 3 veces, cuando la humedad ya no me permite soportarlo más...

En fin, que ahora escribo estas líneas porque dentro de lo que cabe estoy en mi vez que mejor de todo el día, pero estoy cagadito por la que se me viene encima esta noche... ¿Qué ponen en la tele a las 4 de la mañana?

Besos en las ingles

lunes, noviembre 14, 2005

Ponga un Flat en su vida

Hoy voy a hablar de Flat. Sí, diréis que hablo continuamente de él, que no es ninguna novedad, y en cierto modo tendréis razón. No obstante, hace mucho que no le dedico un post en condiciones y hoy me ha parecido un buen momento para hacerlo. Además, tenemos que casar al niño, y nadie mejor que yo para darle publicidad, si bien toda la exaltación de sus virtudes irá impregnada de sutil sarcasmo, que no quiero que esto se parezca demasiado al discurso del best-man de las bodas americanas.

Yo ya no leo. Flat lo hace por mí y me lo cuenta. Tampoco me bajo música ni me la compro, porque Flat ya se baja lo que le gusta y lo filtra para proporcionarme lo que sabe que me gustará a mi. Yo patalearé y diré que lo que me ha grabado es una mierda, pero secretamente ronronearé satisfecho, porque una vez más ha vuelto a acertar.

Ya no necesito ver tráilers por internet, ni prestar atención a la cartelera para estar al loro de los estrenos, porque él ya lleva un riguroso seguimiento de las novedades, y se sabe la ficha técnica y artísticas de los últimos estrenos, antes incluso de que se lleguen a estrenar. Tampoco necesito gastarme demasiado dinero en cine o utilizar los recursos de descarga que me proporciona mi cutre ADSL. Flat siempre tiene las películas que quiero ver e incluso me da algunas que no conozco y que sabe que me gustarán. Y efectivamente, siempre me gustan. Esto se hace extensivo a series de televisión de gran calidad. Si una serie es buena y me la he perdido no hay problema, porque Flat la consigue y me la presta.

Ya no tengo interés por la cocina, porque Flat conoce más recetas que yo y le salen más sabrosas que las mías. No necesito cocinar, porque él ya lo hace por mí y además ni siquiera me deja ayudar, por lo que sólo tengo que sentarme a ver la tele con una cerveza y esperar a que la cena esté lista.

No tengo que preocuparme por saber llegar a los sitios o de tener un mapa de carreteras en el coche, porque Flat conoce cada calle y cada camino, y la forma más rápida de llegar a cualquier sitio. Tampoco tengo que comerme la cabeza pensando en donde poder tomar unas tapas baratas, porque Flat es un experto en el buen comer respetando el bolsillo y siempre sabrá llevarme a la tasca adecuada.

Buscar ligues se hace innecesario, porque los hombres acuden como moscas a la llamada de su grito. Además, como es muy selectivo no se los suele quedar, y basta con estar cerca para quedarme con los despojos de los caballeros derrotados que no han conseguido arrancar Excalibur de la piedra. Yo no soy Excalibur, sino una buena navaja multiusos, pero no hace falta mucho esfuerzo para arrancarme de ningún sitio, y soy un interesante segundo plato.

Puedo ver los Simpson en horario de telediario sin temor a estar desconectado de la actualidad, porque él ya se mete en los diarios online cada diez minutos y me pone al día de los sucesos más relevantes en un momento. Y si no, basta con preguntar cualquier duda sobre algún acontecimiento que no entienda y me la soluciona en un plisplás.

Tampoco necesito preocuparme de las relaciones sociales. Con Flat al lado siempre tengo amigos sonrientes.

No tengo miedo de pasear por la noche ni de moverme por barrios chungos, porque Flat es un macarra criado en Entrevías y me siento protegido por él. Si alguien quiere apropiarse de mi panoja indebidamente, se que Flat le plantará cara y le romperá los morros al villano en cuestión.

Ya no tengo que gastarme dinero en diccionarios, o invertir tiempo en buscar el significado de una palabra en inglés, porque Flat las sabe todas, en sus múltiples acepciones, y además siempre me indicará la más adecuada para usar en el contexto en cuestión. Esto también vale para otros idiomas.

Puedo limitar la compra de ropa a simples caprichos, porque Flat me nutre de prendas que a él ya no le gustan y de complementos demodé, que a mi no me importa llevar. Él tiene tanta ropa que darme a mi unas cuantas fruslerías no le supone ningún descalabro en su armario y sabe que a mi me hace feliz…

Podría seguir hasta el infinito enumerando las ventajas que supone tener a Flat a mi lado, pero creo que las ya nombradas constituyen un ejemplo bastante gráfico. Flat es mi Google particular, y mi QDQ, y mi IMBD y mi todo. Además, por si fuera poco, no sólo es cómodo y práctico ser amigo de Flat, sino que además es altamente gratificante porque:

- Me hace reír
- Es guapísimo
- Me deja que le sobe durante largo rato, sólo quejándose cuando me sobrepaso intentando chupetearle las carnes.
- Su madre y su familia en general son encantadores
- Es un oso con gancho
- Sabe estar en cualquier sitio, y si tiene dudas me pregunta, haciéndome sentir importante.
- Me permite que me cabree con él sin motivo alguno (motivos adultos me refiero) y no solo me perdona al instante sino que hace de psicólogo ayudándome un montón.
- Me quiere un montón, y se le nota.


Es por esto que os recomiendo encarecidamente que os hagáis con un Flat con la mayor prontitud, aunque he de recordar que no está disponible en tiendas (ni siquiera en las que traen de fuera) por lo que se hace necesario salir a la calle a buscarlo, y desgraciadamente son muy escasos. También es necesario que os advierta que los Flats también tienen efectos secundarios, ya que crean total dependencia, y podéis acabar convertidos en una ameba sin voluntad como yo. Ah, y a veces puede resultar un poquiiiiiiiiiito pedante. Pero que coño, merece la pena.

Besos en las ingles.

La vez que mejor

Este fin de semana ha sido bastante destroyer. Lo que se dice un no parar. En mi casa creo que me han visto (despierto) unos diez minutos, juntando todo el fin de semana...

El viernes fui al Naranja a tomar unos bebestibles previos a acabar en Cool bailando al ritmo de lo de unos temas antiquísimos, pero bailables al fin y al cabo. Me lo pasé muy bien pero tengo que puntualizar que me llevé un susto típico de pelicula, pensando que había perdido una cosa que no era mía... y resulta que es que ni siquiera me la habían dado... Qué cabezita loca... Al final se quedó en un susto y no pasó nada, y en cambio me acabé encontrando un móvil que felizmente sustituirá a mi máquina de hacer y recibir llamadas datada en el pleistoceno según la prueba del carbono 14, en cuanto consiga un cargador adecuado para él. Acabamos la noche tardísimo (o prontísimo, según se mire) en el Hostal Royal Cool, La Niña, DHB, AGdP y yo mismo, bastante borrachitos, hablando de temas candentes como la Infanta Leonor y cosas así. Hay que decir que el hostal nos gustó mucho, y fuimos tratados mejor que los invitados de la Preysler en su casa de campo.

El sábado me levanté a eso de las 7 de la tarde, con el tiempo suficiente de vegetar un poquito y acicalarme para ir a ver el concierto de música popular polifónica del siglo XVI que daba mi madre con su coral. Suena apasionante, ¿verdad? Pues la verdad es que lo fue. Yo era el único asistente menor de 55 años de todo el público, pero ahí estuve yo, apoyándo a mi madre, que iba de protagonista y presentó el concierto y todo. Estos señores lo hacen muy bien, y es un placer oírles, así que ya sabéis, si os casais o algo, contratad sus económicos e inestimables servicios.

Cuando acabó el concierto me comí unas morcillas y unos calamares que daban de convite y enfilé para el Espiral Pop, a la fiesta Chicas Malas de la mesa camilla. No olvidemos que ha estado todo el fin de semana lloviendo, y que a mi se me ha terminado la cera impermeable con la que consigo el acabado bollera-pescadera de mi pelo, por lo que tuve que ponerme gomina, que además de proporcionarme un look mucho más gañan-de-Tomelloso, con la lluvia se disuelve y corre por mi frente en forma de riachuelos gelatinosos... Osea, que mal.

Cuando llegué a la fiesta camillera sólo estaba TB97 con cuatro gatos más, así que pensé que me había equivocado o algo, pero no, era ahí, así que me fui inflando a copas al ritmo de lo de Julianín Misternny (del que por cierto me he enamorado bastante) y bailoteando hasta que eso se puso infernalmente lleno, porque señoras y señores, el Espiral Pop será lo que tú quieras, pero es un sotanillo cuchitril de mala muerte. Llegado un momento hicieron su aparición Flat Eric con su amigo Luis, que en un momento de la noche fue rebautizado por Claudio como Asun, y así se quedó. El sitio estaba ya tan ilegalmente lleno que presentamos nuestros respetos y nos fuimos al Naranja, a estar en el cierre con Claudio y Farala. Y así fue, pero sólo con ellos, porque cuando llegamos no había ni cristo bendito, y por lo visto había estado así toda la noche, así que económicamente desastre total, pero ellos bien que se lo pasaron viendo el Rocky Horror Picture Show y haciendose las performances en privado. Cuando cerraron nos fuimos toda la troupe al Angel, incluido Farala, que estaba muy malito y se quería ir a su casa, pero no encontraba un tánsis.

Cuando llegamos a la puerta, después de penar mucho por la lluvia y el frío, nos encontramos a toda la mesa camilla haciendo cola el la puerta de otro garito por error, lo que me hizo mucha gracia. En la fiesta pinchó Eme unos jitazos superimportantes, incluyendo todos los éxitos de Whigfield. Bailamos mucho y nos pegamos el palazo en la pista de baile, como Dior manda, dando bien el espectáculo. Al cierre, pusimos rumbo a la casa-estreno-semi-en-ruinas-esperando-una-remodelación de Eme y compañía y allí nos lo pasamos muy bien viendo dibujos animados e intentándo acordarnos de cómo se llamaban los personajes del ¿Quién es quién?. Bueno, todos menos Asun, que cayó en coma profundo, del que sólo salió cuando Claudio le bloqueó las vias respiratorias.

Al final nos fuimos a resolver unos papeleos y acabé llegando a casa a las 10:30 otra vez, y mis padres flipando en colorines... Me puse el despertador para ir a la corderada a la que Mrs Eric me había invitado, pero la verdad es que no fui capaz, y dormí hasta que Flat me llamó para irnos al teatro a Chinchón. Os podeis imaginar lo muchísimo que me apetecía ir de resaca a Chinchón a ver una obra basada en textos de Shakespeare, pero como me había comprometido con mis amigos fui, y la verdad es que lo hicieron muy bien y me gustó mucho. La recomendaría, pero es que por ahora no se sabe si la van a volver a hacer y dónde, pero si les salen más bolos os lo digo.

En fin, que este ha sido más o menos mi fin de semana, y que estoy ahora para ingresarme para hacerme una cura de sueño en un balneario o algo, pero que pasará a la historia como una de las veces que mejor.

Sí, ya lo se, qué poquita gracia ha tenido todo, pero uno no puede ser siempre escandalosamente cómico y jocoso por mucho que lo intente...

Besos en las ingles.

viernes, noviembre 11, 2005

Nocturnal Emissions y Los Santos Inocentes

Hoy me he sentado a escribir y he sentido como un escalofrío recorría mi espalda en sentido ascendente hasta desaparecer por la punta de mi cabeza, y he sabido enseguida que era la musa, que me abandonaba. Bueno, esto no es exactamente cierto. En realidad lo que ha pasado es que me he sentado delante del teclado y básicamente no tenía ni repajolera idea de qué contar esta noche. Evidentemente ninguna pistola me apuntaba a la sien exigiendo una actualización, pero yo, que me debo a vosotros, y que nada soy sin mi público, he sentido la obligación moral de daros vuestra dosis de Diario de Ann O'Nadada: el opio del pueblo.

He buscado la inspiración en una conversación con Kurt, que aunque voluntariamente no me ha ayudado lo más mínimo, inconscientemente ha estimulado mis neuronas y ya tengo tema sobre el que postear, que si bien no es que sea el colmo de la sofisticación, por lo menos me salva de que me deis el coñazo mañana exigiendo que actualice.

En un primer momento he pensado en escribir sobre mi deseo frustrado de tener una polución nocturna. He leído mucho sobre el tema en libros como el ¿Qué me está pasando? y otros clásicos de la pubertad, pero sentirlo en mis carnes, nunca en la vida. Debe de ser que mi tasa de onanismo supera los niveles de producción de mis gónadas y por tanto nunca necesito drenar excesos. Vamos, que mantengo mis conductos limpios como la patena y en plena forma y por tanto los mecanismo de emergencia nunca se ponen en marcha. Juro que he estado durante muchos días sin tocarme nada de nada, en plan experimento fisiológico, examinándome cada mañana para ver si había rastros de actividades nocturnas subconscientes, pero nada de nada, y chico, pues casi que no me merece la pena el sacrificio que supone esta curiosidad, y hace tiempo que me conformé con sólo saber de este fenómeno a través de otros amigos y diversas publicaciones...

Cambiando ligeramente de tema, esto me recuerda a la primera y última película porno que me compré. Se llamaba "Nocturnal emissions" y era cutre hasta decir basta, además de insultantemente cara, pero lamentablemente es lo único que me podía permitir. Me la compré en la mítica y ahora tristemente desparecida Sex Shop de la calle Barco especializada en temática gay, y el dueño se excusaba de los precios exorbitantes aludiendo que es que las películas gays son más caras de hacer. Me pregunto yo porqué, pero bueno. El caso es que mi curiosidad por ver como copulan dos hombres (porque en esos tiempos yo era más vírgen que la Vírgen de Regla) me salió por la mitad de la paga mensual (y eso que me compré la más barata, de lejos) y fue lo que se dice una decepción en mayúsculas. No fue nada que mi imaginación no hubiese podido construir ella solita y además lo que contenía la cinta nada tenía que ver con lo que anunciaba la carátula. El título sólo se veía justificado porque el protagonista se suponía que soñaba todos los polvos de la cinta, así que mi gozo en un pozo, y me quedaba sin ver una polución, que era lo que yo en verdad añoraba... Después de verla tres o cuatro veces ya me resultaba de lo más cansina, lo que, añadido al hecho de que me creaba un estrés horroroso pensar que me la podían pillar en casa, hizo que acabara en el cubo de basura. Resumiendo, que me salió cada visionado a una pasta gansa.

Bueno, se me ha ido la olla muchísimo, y no quería que este fuera el tema de hoy. Yo lo que en realidad quería contar es lo inocente que soy, aunque a veces pueda parecer lo contrario. Contadme cualquier disparate, que ha dicho la tele que Trillo se va a cambiar de sexo, que Luxemburgo ultima la fabricación de sus primeras 100 cabezas nucleares, o que Fabiana Gran Hermano no se droga si no que simplemente duerme mal por las noches, y a poco que soneis mínimamente convincentes me lo creeré a pies juntillas.

Hoy mismo me ha dicho Kurt con toda naturalidad que se ganaba la vida diseñando bragas y tangas masculinos y femeninos y yo no he planteado ni el más ligero recelo o suspicacia. Es más, me ha parecido superguay y me he aprestado en manifestarle mi júbilo ante la idea. Ann O'Nadada, eres tonto, hijo, piensa un poco... Hace un par de semanas Miguelón me desveló en plan secreto que iba a ir al Plan travesti de Halloween disfrazado de Audrey, la planta carnívora de La Pequeña Tienda de los Horrores, y que su novio lo haría de Robocop. Yo me quedé maravillado y le dije que alucinaba con la idea, que cómo lo iba a hacer, que si pensaba cosérselo todo él, que qué apañado, y el me decía que sí, que además se iba a pegar unas hiedras de plástico y que lo malo era que el tiesto le dificultaría el tema de la movilidad, pero que se quedaría toda la noche pegado a la barra para subsanar ese contratiempo... Hasta me sentí mal por no haberme preparado yo ningún disfraz. Lo sé. Patético.

Esto son solo dos ejemplos, pero hay cientos. Concretamente Flat cada tres o cuatro días me cuela una de estas sólo para descojonarse de mi, viendo la cara que se me pone cuando me dice una de sus bromas del tipo:" ¿Ah, pero que a ti Fulanito no te ha dado su teléfono?", porque sabe que me saca de mis casillas que a él le den teléfonos y a mi no. El cabrón me tiene caladísimo y sabe perfectamente cómo hacerme caer. Si me dice "Ya, eso es como cuando me saqué el título de Ballet y Danza Española", pues yo inmediatamente enrojezco de envidia (¿o se diría enverdezco?) y me pongo a pensar dónde me podría yo hacer con un título similar en el mínimo espacio de tiempo... Hasta que unos 5 segundos después se descojona de risa y me quedo con la cara de pan que se me suele quedar en estos casos.

Así que ya sabeis, tomadme el pelo, reíros de mí, probad mis límites. Soy un blanco fácil y la diversión está asegurada. Todo por que paseis un buen rato.

Esto es todo por hoy. Besos en las ingles.

miércoles, noviembre 09, 2005

Diagnóstico: Padece usted SAGC (Síndrome de Adquisición de Gustos Condicionados)

Hace unos días discutía con Dew sobre cómo y hasta dónde la educación recibida en tu nido familiar durante la niñez y adolescencia condiciona tus gustos posteriores en la edad adulta. Coincidimos en que está claro que influye, y de qué manera. Es muy normal que siendo hijo de familia de izquierdas acabes siendo de izquierdas, o que si a tus padres les gusta el tenis y lo practican, acabes desarrollando un gusto por la raqueta y la pelota. Hasta ahí es todo normal, aunque esto no sea un axioma ni teorema universal ya que siempre hay veces que el niño te sale rana (que me lo digan a mi...). El problema es cuando cincelan en ti unos gustos que no son realmente tuyos, es decir cuando acostumbras a tu propio cerebro a ir en contra de su propia voluntad en cuanto a gustos, sin siquiera darte cuenta conscientemente de que te estás autocoaccionando. El día en que finalmente despiertas de ese letargo mental inducido puede llegar a ser realmente traumático.

¿Qué ocurre el día en que, después de haber estado toda tu vida poniendo a parir los oros y los joyones, o diciendo que casarse en los salones Lord Winston es una horterada superlativa, descubres que en realidad a ti te encantaría casarte en uno de sus salones rococó de sedas y espejos con las paredes cubiertas de pan de oro? ¿Cómo volverte a mirar a la cara en el espejo cuando descubres que, al maquillarte como Inma Gran Hermano con tus amigas para hacer la coña, realmente te gusta tu aspecto, que te ves muy guapa? Está claro que antes te suicidas que reconocerlo al mundo entero. De todos modos no hay que ser tan radical en los planteamientos. Hay cosas mucho menos traumáticas que reconocer en el día a día. Quizás un día pruebas a echarle ketchup a un solomillo cinco estrellas (porque te encanta el solomillo y adoras el ketchup) y descubres que la combinación tantas veces denostada es una explosión de sabores maravillosos en tu paladar. ¿Por qué no lo habré probado antes, si sé a ciencia cierta que las dos cosas me encantan? Pues porque seguramente tus padres, tus amigos, las películas, la publicidad, los vecinos, han demonizado el acto de echarle ketchup al solomillo durante toda tu vida, del mismo modo que es un crimen beber coca-cola en una restaurante bueno, o hacer calimotxo con un Rioja que te cagas.

El día en que finalmente te reconoces a ti mismo que el chandal y los tacones combinan bien, los engranajes y poleas mentales empiezan a girar, las estructuras neuronales comienzan a reestructurarse y se suceden cambios en el pensamiento que ya no tienen vuelta atrás. A partir de entonces empiezas a quitarte el velo de los ojos sistemáticamente, y a reconocer todo lo que te has negado durante toda tu vida. Este proceso puede demorarse muchísimo, e incluso no suceder jamás, que es lo que pasa en la mayoría de los casos. Yo mismo creo que he empezado el proceso de cambio, hace bastante poco, pero me quedan siglos para aceptarme tal cual soy.

Es acojonante cómo gilipolleces que ocurrieron en mi niñez se han instalado secretamente en mi memoria, condicionando mi conducta actual, hasta en las cosas más tontas. Mi padre hace mil años tuvo una movida con Mapfre Seguros, que debió ser gorda, pero de cuyos detalles yo no me enteré ni por asomo. Hoy en día, ya pueden ofrecerme las mayores ventajas del mundo en el contrato, que jamás me haría un seguro con ellos. El Círculo de Lectores acosó a mi madre mes tras mes durante muchos años, cuando ella dejó de querer comprar tantos libros. Ahora nunca contrataría sus servicios, pese a que me parezca comodísimo comprar los libros por catálogo y esté seguro de que mi madre nunca les dijo con claridad que quería que le dejasen en paz... Ahora sé que mi rechazo hacia estas empresas es por eso, y que además probablemente sea infundado, pero el recelo que me provocan está muy instalado en los rincones de mi cabeza y creo que nunca podré dejar de verlos como una pandilla de usureros...

En fin, os dejo esta pequeña diarrea mental para que hagáis autoanálisis. Quién sabe, igual encontráis algun velo que quitaros de los ojos y seais más libres y más felices... (qué pedante, qué prepotente y qué cuando-tú-vas-yo-vengo-de-allí me ha quedado este último párrafo, Dior mío... Disculpadme)

Cambiando de tema, os tengo que informar que acabo de ver la última de Woody Allen, Match Point. Atención, este comentario NO CONTIENE SPOILERS. La verdad es que me ha gustado mucho. Justo al acabar la película me he quedado un poco con la sensación de que había tantos cabos sueltos que la película perdía consistencia, haciéndola bastante increíble. Pero de repente me he dado cuenta que viéndolo todo desde el cristal del leif motiv de la película (nacer con estrella o nacer estrellado), todo encaja perfectamente, de un modo brillante. Es por esto que al final el sabor que me queda es el de haber visto una película mucho mejor de lo que aparenta... Es un poco difícil expresarme bien sin dar datos que destripen la película, así que lamentablemente me quedaré aquí, no sin antes recomendar encarecidamente que vayáis a verla, a ser posible en versión original, que yo la he visto doblada porque iba con mis padres y no era plan de ponerme gilipollas con el tema con ellos.

Nada más por hoy. Besos en las ingles.

P.D: Todos los ejemplos usados en la entrada de hoy son figurados y usados a modo de ejemplo. De ninguna manera responden a gustos personales míos. Dios me libre de gustar de semejantes horteradas... ;)

martes, noviembre 08, 2005

Lunes tonto

Ayer me pillé un pedo de lo más tonto. Tuve visitas en casa y me lié a beber cervezas, una detrás de otra. Había quedado con Flat para cenar en casa de AGdP y Karina Montajista y de paso ver el nacimiento de Canal 4 y nuestra entrevista en el Plan Travesti. Bueno, pues llegué a casa de AGdP con un pedo de colores y con un hambre atroz. Nos hicieron una tortilla y un pisto riquísimos que literalmente devoramos, sólo haciendo un alto para que Flat bajase a un chino para comprar mayonesa, porque ya se sabe que la mayonesa sirve para todo, aunque sea para untar en pan. Nos reímos muchísimo y seguimos bebiendo vinos tintos, rosados y espumosos, con lo que mi ebriedad iba en aumento con rapidez.

Se supone que íbamos a salir de 00.00 a 01.00 de la mañana pero hasta las 02.00 nada de nada, y en realidad después de las 02.00 tampoco porque nos recortaron salvajemente la entrevista y el único que salió (muy gracioso por cierto) fue AGdP. Total, que nos tragamos nosecuántas horas de televisión neonata (que en mi opinión dejó los pañales bastante cagados porque me pareció insufrible) para nada. Los contenidos y los formatos no tienen nada de novedoso y todo lo que vimos nos pareció aburrido. Sólo nos triunfó lo de un cocinero que estaba buenísimo que tenía un programa que consistía en que él iba a tu casa a competir contigo con un plato a tu elección. Vamos, que tu llamas al programa diciendo que haces unas costillas con patatas insuperables o una porrusalda para chuparse los dedos, el cocinero viene, y os poneis los dos a hacerlo, con tu misma receta y luego se puntúan los dos platos... No se quien juzga ni que pasa si ganas al cocinero, pero claramente yo pondría el criterio de que si gana el cocinero te folla él a ti, y si ganas tú pues al contrario... El programa ganaría miles, qué digo, cientos de adeptos y las lineas estarían saturadas...

Bueno que cuando nos hartamos de tele nos fuimos a tomar una copichuela por ahí (por ahí se entiende al Why Not?, que es ese local que está hasta la bandera no matter what. Si se declara una guerra nuclear ya sabeis dónde ir). En este local vivimos momentos realmente bizarros. Un caballero de unos cuarentaytantos, con una apariencia más que respetable pero que iba más puesto que Kate Moss en su fiesta de graduación, se volvió totalmente crazy del pussy y se marcó unas 10 performances hiladas una detrás de otra, en las escaleras del garito, soltando más pluma que un edredón nórdico y haciendo poses tipo Hugo Weaving en Las aventuras de Priscilla mientras hacía un play-back totalmente desincronizado con la canción ya que la mandíbula le iba dando bandazos a derecha e izquierda. A mí tengo que decir que me explotó el testículo izquierdo de la risa, y que jaleábamos al tipo como hienas histéricas por el olor de la sangre...

En fin, que aunque juré y perjuré a Aida que iría hoy a la universidad pues comprendereis que después de llegar a casa borracho a las 5 y pico, tras terminar mi habitual servicio discreccional al volante, ni me planteé poner el despertador a las 8 de la mañana... Soy lo peor.

Por cierto, acabo de oir en la radio que no se qué compañía aérea regala un billete de avión las personas que se llamen Leonor por el mero hecho de llamarse así. ¿Pero qué invento es este?. En fin, que ya sabeis, si algún lector se llama Leonor que se entere bien de esta oferta, y los que no, ya estais falsificándoos el DNI como si tuvierais 15 años y quisieseis entrar en Pachá.

Eso es todo por hoy. Perdon por el coñazo de post, pero es que estoy espesito. Besos en las ingles.

lunes, noviembre 07, 2005

Cenapiscu y otros temas banales

Hoy hay varios temas y varias cosas que tratar, todos absolutamente independientes unos de otros e igualmente sin interés real alguno, como siempre. Pero vamos por partes.

Se me olvido comentar que en el Plan Travesti la Jorja se volvió loca del coño una vez más (porque a ella le gusta más ir de transgresora que a un tonto un lápiz) y nos hizo un simulacro de parto de Leonor. En la susodicha performance, hacía una cesárea a una travesti despatarrada sobre una camilla y sacaba de su vientre varios kilos de higadillos y demás vísceras, las cuales arrojaba luego con Gran Fuerza (de Astrud) hacia el público. Y cuando digo gran fuerza me refiero a que lanzaba los pedazos como misiles (no olvidemos que La Jorja en realidad es un tío hecho y derecho, con gran masa corporal). A mi impactó un trozo de hígado en el mismo centro de mi plexo solar, y casi me hunde el esternón y dos costillas, pero resulta que a otro asistente le dio en el ojo que casi se lo revienta y se le hinchó y todo. Consecuencia, la marica hinchada y sus amigas manchadas de sangre de pollo con gripe aviar se rebotaron y al día siguiente presentaron una denuncia en la comisaría contra la fiesta y sus organizatrices. Vamos, que se lió parda.

El jueves quedamos Flat y yo para ver Gran Hermano en casa de Claudio mientras devorábamos viandas. Nuestro primer Cenapiscu, vamos. Os podeis imaginar que nuestra decepción fue grande cuando nos enteramos que la gala se posponía al día siguiente. No obstante esa tontería no nos iba a quitar de zamparnos su tortilla de patatas. Yo llegué antes, porque Flat tenía unos asuntos que solucionar previamente) y con la lengua suelta por el vinito que nos tomamos le conté mi vida en verso a Clod. El pobre debió flipar bastante con mis paranoias y psicopatías galopantes, pero la verdad es que fue una oreja ejemplar y un gran psicólogo. Por supuesto hubo reciprocidad y el me contó también cositas, por lo que pude confirmar que Claudio está casi tan enfermo mental como yo, cosa que me tranquilizó mucho. Al final estuvimos de acuerdo en que ambos íbamos a morir solos.

Por fin llegó Flat y nos pusimos a comernos todo. Flat venía con la milonga de que sólo iba a comer arroz hervido, porque su estómago se había declarado en huelga, pero ya nos vamos conociendo y todos sabíamos que ese arroz acabaría regado en tomate frito, y media tortilla en su estómago, como finalmente sucedió. Por cierto, que estamos muy a favor de la tortilla de Piscu, que aunque la cebolla estaba un poco cruda nos triunfó bastante. Claudio es un gran partido. Queridos lectores, ligaos a Claudio.

El fin de semana en general ha sido raro, con muchas cosas que hacer y sin hacer ninguna bien. Recoger a gente en el aeropuerto, cenar a toda prisa, asistir a los últimos minutos del Pinchamiento de Farala versión Beta, conocer fugazmente a Would, ver la nueva pedazodecasa de Poncho, cenar fatal, y muchas más cosas que no relato porque estoya harrrrrrto de escribir.

Cambiando de tema, mi asistenta me acaba de comentar que la cartera (la mujer que trae las cartas certificadas) le tira los tejos.

- Hola! - le dice mientras le entrega el paquete - ¿Qué tal andas?
- Pues muy bien
- No, si ya lo veo que estás muy bien
- Je
- Pues me firmas aquí. El nombre ya te lo he puesto, pero tu DNI no me lo sé...

(Pepi flipa cuando comprueba que es cierto que se sabe su nombre de memoria)

- Ahmmmm
- Pues nada, guapa, que sigas tan bien. Ya nos vemos pronto...

Y eso, que otra más. Y es que Pepi está tan de buen ver y tan buenorra que despierta pasiones entre todos los repartidores que aparecen por casa, que la llaman cariño y tal. Pepi es mucha Pepi.

Por último os tengo que comentar que ayer fuimos al cine a ver Match Point en versión original subtitulada, pero como los frikis y perrofláuticos que asaltan los Cines Ideal los domingos por la tarde son numerosos, no fue suficiente con llegar una hora antes a sacar la entrada. Todo agotado. Al final, y después de bastantes discusiones me salí con la mía y acabamos viendo Una Historia de Violencia, Flat, la Chocho y servidor, y la verdad es que a mi me encantó. Me gustaron los personajes que eran muy creíbles (la niña no, a la niña que la quemen) y sobre todo me gustó (o más bien me dio que pensar) notar en mis vísceras el placer de ver que se hacía justicia a ostias (no cuento nada para no spoilear). Supongo que esa era la intención de Cronenberg, hacer ver al espectador que dentro de cada uno de nosotros se esconde un secreto disfrute por la venganza violenta. Bueno, que un peliculón-peliculón, y que vayáis a verla.

Eso es todo por hoy. Mañana más. Besos en las ingles.

P.D: Qué pequeño es el mundo... Quien sabe que extraña relación puede unir nuestras vidas, querido lector... Los caminos del señor son inescrutables.. Y Would está como un queso!!!

viernes, noviembre 04, 2005

El puente más largo. Parte III. Plan Travesti Edición Gripe Aviar

Me ahorraré describir detalladamente mi llegada al Plan Travesti Especial Halloween Gripe Aviar, porque fue de lo más penosa, con una Ann despojada de su fiel coche caminando por las calles bajo la lluvia... Una imagen ciertamente lamentable. El caso es que al final llegué al Jamaica a reunirme con Flat y AGdP. AGdP estaba muy elegante, porque nobleza obliga, y Flat tenía ese encanto zarrapastroso que me gusta de él, el glamour de la calle que tan bien sabe llevar.

Nos saltamos la cola que no era tal y entramos, siendo recibidos, como es habitual, por la maravillosa Glenda Galore, que sabe como nadie tratar a sus invitados, aunque esta vez tengo que decir que nos saludó distinto, así que me parece que se está extendiendo mi fama de zorra, y los rumores me preceden. Otro dato a destacar es que Flat ya no estaba en la lista como acompañante mío, sino que tenía su propio nombre independiente en letras grandes. Este hombre se me está subiendo a las barbas demasiado, voy a tener que hacer algo, partirle las piernas, o difundir una falacia para desprestigiarle, que no me gusta que Flat vuele con sus propias alas...

En fin, que según entramos nos dimos cuenta de que esta fiesta iba a ser distinta, para empezar porque estaba ya petada desde las 12 de la noche, y para seguir porque ahí estaba el ubicuo Canal 4 haciendo entrevistas por doquier. Cuando nos liaron para hacer una entrevista nos hicimos los remolones, pero nos hicimos poco los remolones y al final saltamos a la palestra para permitir a todos los mortales que no tengan el gusto de conocernos que nos vean por la pequeña pantalla. Hicimos moderadamente el mamarracho y nos lanzamos a la barra para bautizarnos con unos gintónics. Flat iba de mantenido para variar, así que me tocaba pagarle sus consumiciones, lo que yo no sabía es que me iba a hacer pasar la vergüenza de tener que pedirle unos zumos de piña (y a 5 euros la unidad, oiga!)

Al rato de pulular buscando caras conocidas y de echarnos unos bailes, aparecieron Dwalks y Kurt con unas amigas con las que ciertamente hablé muy poco, debí hablar más. Kurt se había desbarbizado, con lo que ciertamente empeoraba, pero se lo perdonamos porque era un fallo de fácil solución. Dwalks en cambio estaba igual de estupendo. Por cierto, que qué fotogénico es este chico por Dior!

Estuvimos bailando, charlando, haciendo el canelo y criticando el horror de grupo que nos intentaron enchufar como actuación estelar. No a Digital 21. No a su estética. No al instrumento diabólico que tocaba el cantante. No a su falda-bolsa-de-basura. No a todo lo suyo. Eran infames, pero esa fue seguro su vez que peor.

Podría explicar al detalle el resto del Plan Travesti, pero os aburriría seguro así que me lo voy a ahorrar. No ligué nada pero sí que formé parte de situaciones muy bizarras, que no voy a relatar. AGdP se había perdido ya con un muchacho. Dwalks, Kurt y Agr (que se incorporó en un momento de la noche que no sabría decir y que cada día me parece más mono por cierto) decidieron marcharse a una hora prudencial, y mi idea era irme cuando acabara el evento, pero Flat me lió para terminar en el Weekend, al que acabamos dirigiéndonos bajo el paraguas protector de V. Estuve hablando con TB97 que es muy mono también, pero como parecía acompañado pues no me tiré a hincarle el diente. También hablé con JC y le reprendí duramente por seguir sirviendo veneno en el Ochoymedio, y él otra vez negándome que pusieran garrafón, aunque esta vez con una cara mucho menos convincente que la última vez que se lo dije...

Acabamos la noche con una persona insistiendo hasta la extenuación en que nos hicieramos un trío Flat, él y yo. En realidad podría haber prescindido totalmente de mí, pero pedir el pack completo resultaba más consistente. La verdad es que la situación era graciosísima: el tío dale que te pego, sin cejar en el empeño pero sin llegar a resultar insoportablemente pesado y Flat toreándole con mucha gracia y elegancia, aunque él no lo crea. Soy muy fans de Flat. Tras doscientas negativas, la comitiva se separó y cada mochuelo a su olivo con los huevos llenos de amor.

A la mañana siguiente vegeté hasta que Dew me pasó a recoger y nos volvimos a la casa de Gran Hermano Familiar, versión reloaded. Ésta vez ya sí que estaban mis sobrinos subiéndosete por las piernas y dando el coñazo a todas horas. Punto a remarcar fue cuando mi sobri L se puso a rezar el "Cuatro esquinitas tiene mi cama" en la tumba de mis abuelos, con las manitas juntas... Qué gracioso es, coño!. Cuando preguntába que qué era esa gran losa le decíamos que era la nueva casa de nuestros abuelos y él decía que qué casa más rara, que dónde estaba la puerta. Me lo como con patatas.

Y con esto básicamente termina el puente más largo, con una vuelta con caravana, pero con poca caravana.

Próximamente, cena en Claudiopiscu's. Hasta entonces, besos en las ingles.

Actualización: He intentado subir mi primera foto chispas. Está relacionada con la gripe aviar y es super conceptual. La pregunta es, ¿por qué en la previsualización me aparece y en el blog de verdad no?. Estoy hasta los mismísimos cojones del tema fotos. Creo que lo voy a dejar por imposible.

miércoles, noviembre 02, 2005

El puente más largo: Parte II. Comer, dormir, jugar y criticar

La mañana del sábado fue sencillamente espeluznante. Me encontraba en estado de coma vegetativo inducido por el veneno Ochoymedio cuando mi madre me levantó para marcharnos a la sierra a hacer de familia feliz todos juntitos. La levantada fue horrorosa. Literalmente me balanceaba a un lado y al otro incapaz de mantener el equilibrio. Hasta que no me di una larga ducha (que me perdonen los embalses de la Comunidad) no volví completamente al mundo de los vivos. Pensaba colgarle el marrón de conducir a mi hermana Dew, pero resulta que ella decía estar peor aún así que me tocó a mí. Para empezar hubo que cargar una cantidad imposible de bolsas, cubos y bultos varios en mi infecto coche, tantos que yo no sabía si estábamos planeando una escapadita a la sierra o una expedición de seis meses al Himalaya, pero a mi madre no se le puede ni chistar con el tema bultos. Todos son absolutamente necesarios y punto pelota.

Por fin nos pusimos en marcha para recoger a Dew, cuya intención era subirse al coche y comenzar a hibernar inmediatamente, pero no le fue posible, porque mi madre escondía una sorpresa, que no era nueva, pero que después de la noche loca había caído en el olvido. Antes de ir al chalet había que pasarse por un vivero en Alcobendas a que echara un ojo a flores y plantas por si alguna le convenía. Horror. Para empezar mi pobre madre no tenía ni zorra de dónde estaba exactamente el vivero (repetía constantemente Alcobendas, como si el municipio ese se redujera a una plazoleta y cuatro casas, pero ella nada, había entrado en bucle con lo de Alcobendas y no atendía razones), y malditas las ganas que tenía yo de ponerme dar vueltas para arriba y para abajo para encontrar el puto paraíso de la planta de jardín. Gracias a dior, sólo tuvimos que preguntar una vez para que nos indicaran y de paso vimos los pisos tan monos (de lujo, anda que no!)a los que Dew había echado un ojo para mudarse. Resulta que ya nos había podido pillar el Apocalipsis dando vueltas por Alcobendas, que el vivero estaba en un parque empresarial en la Moraleja...

Llegamos al vivero, cogimos un carrito y nos pusimos a pulular, para descubrir que nada era del agrado de mi madre, así que nos llevamos tres macetas de margaritas estándar que además estaban un poco desmejoradas. Total, que al final el viaje fue prácticamente en balde. Menos mal que como premio de consolación nos deleitamos con cantidad de cositas para decoración de exteriores, monísimas y a precios exorbitantes, que no íbamos a comprar ni de coña pero que nos parecían encantadoramente innecesarias, razón por la cual su atractivo crecía considerablemente. Cuando pasamos a la zona "Decoración navideña" ya empecé a protestar, porque mi estómago comenzaba a quejarse y mi cabeza parecía un concierto de Marilyn Manson, pese a que en el establecimiento reinaba la paz de la música Zen. Además había por allí una pareja mariquita que no pegaban nada y me estaban poniendo nervioso.

Por fin pusimos rumbo a la sierra, no sin antes pasar unos momentos de excitante angustia pensando que no ibamos a llegar a la gasolinera a repostar y nos íbamos a quedar tiradísimos. Llegamos casi a las 5 de la tarde y después de comer patatas fritas, tortilla de patatas, y patatas guisadas (toma ya comida completa) Dew y yo nos metimos en la cama a roncar hasta 3 horas después. Se declaraba inagurado el Fin de Semana de Encuentro Familiar de Todos los Santos, que se sabe como empieza, pero no como acaba.

Estas reclusiones familiares consisten básicamente en comer, dormir, leer revistas del corazón, ver programas infames en la tele y hacer grupúsculos variables en las habitaciones criticando a otros miembros de la familia. La verdad es que esta última parte la disfruto un montón.

A veces también jugamos a juegos de mesa cuando me pongo un poco pesado (ya comenté que soy muy fan de esta forma de entretenimiento). Dew y yo nos echamos una partida de Trivial (que me apasiona) porque somos aficionados a los juegos intelectuales. Evidentemente, en cuanto a Trivial se refiere todo el mundo tiene sus puntos fuertes y débiles en las distintas categorias. Yo también. Siempre que puedo cojo las preguntas de Ciencias (verde) y evito las de Deportes (naranja), porque a no ser que me toquen preguntas sobre el Monopoly no las acierto nunca, consecuencia de ser marica gordo alérgico a toda manifestación de ejercicio físico. Esta fobia a las casillas naranjas se ve disimulada porque Dew tampoco tiene ni pajolera idea sobre el tema, pero el tema verdaderamente espinoso en mi caso son las preguntas de Historia (amarillas). Soy increíblemente nefasto para estas preguntas, lo que se llama un analfabeto histórico. Soy capaz de cambiar de siglo las guerras importantes y de hacer cruces imposibles entre dinastías reales. Es por esto que tenemos pactado no humillar demasiado al contrincante en caso de contestar una barbaridad, lo que hace todo mucho más lúdico. También tenemos prohibido hacer alardes de saber preguntas que no te tocan, porque además da la casualidad que normalmente cuando vas muy de guay al final no es lo que piensas y quedas como el culo. Por cierto, quiero recalcar, por si algún día me veo en una mesa jugando al Trivial con algún lector, que NO SOPORTO que alguien que no está jugando y pase por delante responda una pregunta que se sepa, ni siquiera que dé pistas. Me saca de mis casillas, y sobre todo cuando esta desfachatez es perpetrada por mi padre. Esto me irrita hasta la catarsis, porque lo hace siemmmmmpre. Bueno, que al final ni que decir tiene que gané yo.

La tarde del sábado no dio para mucho más. Mi hermana Dove y yo nos pusimos a ver Excalibur en la tele y ella no se paraba de quejar de que según la peli, todos los males del mundo eran culpa de las mujeres, que sólo servían para dar placer e hijos a los hombres, y la verdad es que tenía razón. La peli es bastante machista. Cuando acabó cada uno a su cama y a descansar.

El domingo me levanté tardísimo y me fui a desayunar bollos a la pastelería del pueblo. No hay nada mejor en estos Gran Hermanos familiares que levantarte y ponerte bien cerdo de hojaldres, chocolate, buñuelos y crema pastelera. Hablamos del panorama inmobiliario en Madrid y criticamos un poco. Todo el día lo pasamos en una especie de amodorramiento letárgico, esperando al acontecimiento de la jornada, que era la llegada de mi hermana Pains con su prole de churumbeles, pero por problemas logísticos y de transporte que no vienen al caso se retrasaron tanto que no nos dio tiempo a verles llegar, y la razón de esto es que Dew y yo nos teníamos que volver a Madrid, ella por motivos laborales (que no tenía puente, vamos) y yo por motivos recreativos: mi presencia en el Plan Travesti era absolutamente imprescindible. Además, Kurt y Dwalks querían conocer la fiesta y Flat y yo estábamos encantados de hacer de guías travestiturísticos, para tan insignes visitantes.

Una vez más detecto que me enrollo como las persianas. Creo que voy a escribir un libro sobre cómo extenderse hasta el infinito contando las cosas más banales y sinsustancia de un día familiar... Corto aquí. Mañana Plan Travesti.

Besos en las ingles

martes, noviembre 01, 2005

El puente más largo: Parte I. Ahí están, delante tuya.

No actualizo desde el viernes, y desde el viernes han pasado muchas cosas, así que una de dos, o paso de puntillas por todos los acontecimientos, o me sale el clásico post tan-largo-que-si-te-lo-lees-entero-te-sangran-los-ojos. No tengo preferencia por ninguna de las dos opciones así que me voy a poner a escribir y lo que salga salió.

El viernes se me presentaba una tarde bastante aburrida, pero gracias a unos recados de última hora que me encargaron se convirtió en todo menos aburrida. A las 9 había quedado con Tony & Cía para unos vermús-en-bolas-ya, pero entre los recados, y lo divina que soy yo, me presenté mi buena horita tarde. Además fui en transporte público, porque últimamente me quiero sentir como la gente de la calle, y armado tan sólo con mi emepetrés me enfrento estoicamente a las largas esperas en las paradas de autobús. Es bastante coñazo, pero me mantiene en contacto con el populacho. Además últimamente mi coche está que se cae de mierda y temo coger alguna enfermedad venérea con solo tocar el picaporte de la puerta.

Total, que llegué a la cervecería esa de la Plaza de Chueca que tiene tanto rancio abolengo y que rezuma gente al exterior aunque haga un tiempo de perros. No veía a la gente y como llegaba tarde pensé que se habrían ido, así que llamé por el móvil, para protagonizar esa típica escena de "estoy hablando contigo por el móvil y en realidad te tengo enfrente a menos de tres metros". Es que nunca me entero que ese sitio tiene una parte de atrás. Allí estaban Tony, la Niña, la rana Duncan y Soliloco. Minutos más tarde hacían su entrada Maggie y er Manué quitándome todo el protagonismo de haber llegado el último. Nos echamos unas risas enfocadas casi siempre en la temática mundoblog y nos bebimos unas cuantas cañas. Para el recuerdo queda la frase "Me tiré a toda su pandilla" (de la que no voy a revelar el autor, pero que a poquito que se piense se saca fácil) y la conversación con Maggie y er Manué acerca de como Juan Camus cambió sus vidas. Yo no daba crédito. La verdad es que me reí un montón, pero acabamos con una agria discusión acerca de si Juan Camus canta o no como un gato pisado. Otro momento grandioso fue cuando la Niña casi presenció una felación espontánea de esas de "Joder, hace mogollón que no nos veíamos", mientras miccionaba en el baño del garito.

Llegó la hora de encaminar nuestros pasos hacia esa Meca de la blogosfera que es El Naranja, que nos gusta a nosotros dejarnos ver-admirar al ritmo de una buena música (siempre demasiado bajita) y unos interesantísimos chiquiprecios. De camino nos desviamos un poco para que la Niña se quedará en brazos de su Chueco, que salió al balcón a decir "gracias por venir" como si de una infanta (Leonor) se tratara, a la llamada de nuestros gritos de "Chueco maricón".

Y por fin llegamos a El Naranja. Besamos a Farala, a Claudio, a la Patata, y a todas las caras conocidas que por allí pululaban. Me reencontré con Flat, que llevábamos unas horas sin vernos y ya nos echábamos de menos (pero nos echábamos poco de menos). El Suflé de Patata 2.0 sonaba fastuoso, pero tengo que decir que lo oí poco, porque en ese momento le ví. Mentiría si dijera que iba al Naranja como cualquier otro día, porque no era así. Se había filtrado la información de que él estaría allí, y según entré pregunté a todo el mundo que donde estaba. Me lo indicaron y efectivamente, el muy maricón estaba para mojar pan. Por supuesto me bloqueé, porque yo me bloqueo en cosas así, y antes muerto que ir yo a decir nada, porque uno es fan, pero muy tímido de primeras como para ir asaltando a la gente con nocturnidad y alevosía. Total, que estaba yo hablando con Flat de unos temas y unas cosas, cuando noto que me dan un toquecito. Me giro y era él. Mi deidad bloguera por excelencia. Kurt en persona había bajado de la montaña y me estaba saludando a mí!!

Bueno, ahora voy a cambiar el tono quinceañera-superpop, que lo he adoptado porque se que os gusta pero tampoco fue así. Ni tuve sudores fríos, ni se me cayeron las bragas al suelo a plomo. Simplemente me encontré con un tío al que me apetecía mogollón saludar y que superó con creces mis expectativas. Todo él era una sonrisa y un puto encanto, pero lo mejor es que no venía solo, sino que el Gran Dwalks estaba con él! Dos maestros del relato blogguero ahí, delante mía. Dwalks se había ido a por una copa, y cuando apareció me jiñé un poco encima, porque estos dos muchachos no son hombres sino torres, y yo soy un poquito más alto que Kylie Minogue (bueno, estoy usando esa figura linguística que se llama hipérbole, no os penseis que la chupo de pie). Total, que nos pusimos a hablar los cuatro, y nos descojonamos vivos, y habla que te habla, y ríe que te ríe, y yo me di cuenta que allí había material para muchas otras ocasiones. Además el Gran Dwalks nos invitó a unas copichuelas, sin ánimo de hacernos el amor ni nada, y ganó 1000 puntos más al instante. Kurt ya había ganado los mil puntos por el sólo hecho de llevar esa barba que llevaba.

Cerraron El Naranja y nos dirigimos a mover el esqueleto al Ochoymedio como buenos modernos de mierda que somos, a los que, además, no parecía arredrar el hecho de saber que a la mañana siguiente ibamos a estar en coma profundo a buen seguro, gracias al infame veneno que sirven en ese local bajo el sobrenombre de gintónic. Total, que nos esperamos una cola terrorífica (que ni jalogüín da tanto miedo) de las que yo hace tiempo que ya no, y al cabo de nuestra buena media horita estabamos agitándonos en trance al ritmo de lo de Bis (Eurodisco). Cabe destacar lo graciosas que estaban Matronic y su maravillosa amiga Yvonne, a las que me adherí en su intentona de ir de compras por el local. Hay que decir que la intentona fue frustrada.

Bailamos mucho y bebímos más, y a eso de las 6:00 a.m. decidimos que ya estaba bien. Yo tenía que salir de viaje por la mañana y me acoplé con Kurt, Dwalks y su amigo Agr a lo que yo pensaba que sería una cacería de taxis pero que resultó ser un inestimable transporte gratis hasta mi casa a lomos del bólido superquetecagas de Agr, que debe ser alguien muy importante, con mucha panoja. Lo que es seguro es que era bastante mono y además muy majo por el servicio gratuito que me brindó sin conocerme de nada. Con esto se puso fin a una gran noche.

Huelga decir que espontáneamente me he decantado por la opción post-más-largo-que-un-día-sin-pan, ya que se me están ya borrando las huellas dactilares y aún voy por la noche del viernes. Es por esto, que creo que voy a cortar aquí y seguir con el relato más adelante, que me quedan cosas interesantes que contar en el tintero.

Hasta entonces. Besos en las ingles.