lunes, noviembre 14, 2005

La vez que mejor

Este fin de semana ha sido bastante destroyer. Lo que se dice un no parar. En mi casa creo que me han visto (despierto) unos diez minutos, juntando todo el fin de semana...

El viernes fui al Naranja a tomar unos bebestibles previos a acabar en Cool bailando al ritmo de lo de unos temas antiquísimos, pero bailables al fin y al cabo. Me lo pasé muy bien pero tengo que puntualizar que me llevé un susto típico de pelicula, pensando que había perdido una cosa que no era mía... y resulta que es que ni siquiera me la habían dado... Qué cabezita loca... Al final se quedó en un susto y no pasó nada, y en cambio me acabé encontrando un móvil que felizmente sustituirá a mi máquina de hacer y recibir llamadas datada en el pleistoceno según la prueba del carbono 14, en cuanto consiga un cargador adecuado para él. Acabamos la noche tardísimo (o prontísimo, según se mire) en el Hostal Royal Cool, La Niña, DHB, AGdP y yo mismo, bastante borrachitos, hablando de temas candentes como la Infanta Leonor y cosas así. Hay que decir que el hostal nos gustó mucho, y fuimos tratados mejor que los invitados de la Preysler en su casa de campo.

El sábado me levanté a eso de las 7 de la tarde, con el tiempo suficiente de vegetar un poquito y acicalarme para ir a ver el concierto de música popular polifónica del siglo XVI que daba mi madre con su coral. Suena apasionante, ¿verdad? Pues la verdad es que lo fue. Yo era el único asistente menor de 55 años de todo el público, pero ahí estuve yo, apoyándo a mi madre, que iba de protagonista y presentó el concierto y todo. Estos señores lo hacen muy bien, y es un placer oírles, así que ya sabéis, si os casais o algo, contratad sus económicos e inestimables servicios.

Cuando acabó el concierto me comí unas morcillas y unos calamares que daban de convite y enfilé para el Espiral Pop, a la fiesta Chicas Malas de la mesa camilla. No olvidemos que ha estado todo el fin de semana lloviendo, y que a mi se me ha terminado la cera impermeable con la que consigo el acabado bollera-pescadera de mi pelo, por lo que tuve que ponerme gomina, que además de proporcionarme un look mucho más gañan-de-Tomelloso, con la lluvia se disuelve y corre por mi frente en forma de riachuelos gelatinosos... Osea, que mal.

Cuando llegué a la fiesta camillera sólo estaba TB97 con cuatro gatos más, así que pensé que me había equivocado o algo, pero no, era ahí, así que me fui inflando a copas al ritmo de lo de Julianín Misternny (del que por cierto me he enamorado bastante) y bailoteando hasta que eso se puso infernalmente lleno, porque señoras y señores, el Espiral Pop será lo que tú quieras, pero es un sotanillo cuchitril de mala muerte. Llegado un momento hicieron su aparición Flat Eric con su amigo Luis, que en un momento de la noche fue rebautizado por Claudio como Asun, y así se quedó. El sitio estaba ya tan ilegalmente lleno que presentamos nuestros respetos y nos fuimos al Naranja, a estar en el cierre con Claudio y Farala. Y así fue, pero sólo con ellos, porque cuando llegamos no había ni cristo bendito, y por lo visto había estado así toda la noche, así que económicamente desastre total, pero ellos bien que se lo pasaron viendo el Rocky Horror Picture Show y haciendose las performances en privado. Cuando cerraron nos fuimos toda la troupe al Angel, incluido Farala, que estaba muy malito y se quería ir a su casa, pero no encontraba un tánsis.

Cuando llegamos a la puerta, después de penar mucho por la lluvia y el frío, nos encontramos a toda la mesa camilla haciendo cola el la puerta de otro garito por error, lo que me hizo mucha gracia. En la fiesta pinchó Eme unos jitazos superimportantes, incluyendo todos los éxitos de Whigfield. Bailamos mucho y nos pegamos el palazo en la pista de baile, como Dior manda, dando bien el espectáculo. Al cierre, pusimos rumbo a la casa-estreno-semi-en-ruinas-esperando-una-remodelación de Eme y compañía y allí nos lo pasamos muy bien viendo dibujos animados e intentándo acordarnos de cómo se llamaban los personajes del ¿Quién es quién?. Bueno, todos menos Asun, que cayó en coma profundo, del que sólo salió cuando Claudio le bloqueó las vias respiratorias.

Al final nos fuimos a resolver unos papeleos y acabé llegando a casa a las 10:30 otra vez, y mis padres flipando en colorines... Me puse el despertador para ir a la corderada a la que Mrs Eric me había invitado, pero la verdad es que no fui capaz, y dormí hasta que Flat me llamó para irnos al teatro a Chinchón. Os podeis imaginar lo muchísimo que me apetecía ir de resaca a Chinchón a ver una obra basada en textos de Shakespeare, pero como me había comprometido con mis amigos fui, y la verdad es que lo hicieron muy bien y me gustó mucho. La recomendaría, pero es que por ahora no se sabe si la van a volver a hacer y dónde, pero si les salen más bolos os lo digo.

En fin, que este ha sido más o menos mi fin de semana, y que estoy ahora para ingresarme para hacerme una cura de sueño en un balneario o algo, pero que pasará a la historia como una de las veces que mejor.

Sí, ya lo se, qué poquita gracia ha tenido todo, pero uno no puede ser siempre escandalosamente cómico y jocoso por mucho que lo intente...

Besos en las ingles.

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