domingo, febrero 20, 2005

Paracetamol, haz conmigo lo que quieras

Que fin de semana más raro. El viernes casi no salí. No me encontraba yo muy flamenco y me fui a casa en seguida. La culpa la tiene el horario de comidas absurdo que llevamos que consiste en no comer nada durante el dia y luego pegarnos una cena de las de no poderte mover después, y eso no puede ser sano. Claro que todo deriva del horario de sueño que es aún más absurdo, empezando a ver películas a las 2 de la mañana de un día entre semana. Pues eso que el viernes volvimos de IKEA y comimos a toda leche y salimos corriendo con la comida en la boca para que nos diera tiempo a llegar al cine. Ibamos a ver Dear Wendy, la última de Lars von Trier con Vinterberg pero todo fue en vano porque no había entradas, así que nuestro gozo en un pozo y la comida revolviéndose inquieta en mi estómago. La primera cerveza me mató y decidí irme a casa. Iba a ver una peli en el ordenador pero de repente me entraron las prisas y decidí montar el burro para la ropa que me acababa de comprar y reorganizar toda mi habitación. Total que me dieron las 3 de la mañana pegando posters y cosas.

El sábado llegó Vicky y una vez más me tocó esperar en el aeropuerto esa horita que tanto me gusta y en la que te da tiempo a pensar de todo. Al final apareció y nos fuimos a ver su casa. La verdad es que fue bastante desolador porque vive en una casa espantosa. Su habitación mide 1.5X2 y es horrenda, el baño está en el sótano y da miedo y no tiene una triste mesa donde sentarse a comer, así que está la pobre un pelín desencantada con el zulo que le ha tocado en suerte. Además vive con una gallega maja pero bastante pardilla, las cosas como son. Total que decidí llevarmela a salir por Copenhague a emborracharse y que se le quitaran las penas. Y vaya si nos emborrachamos. Yo me pillé un colocón inenarrable y ella con el abrigo chorreando cerveza. Llegamos a las 8 de la mañana a mi casa dando tumbos y hoy tengo una resaca histórica... y tengo que leerme una pila de folios para el proyecto que me está entrando ya diarrea solo de pensarlo. Menos mal que mañana vueve la rutina y me volveré a estabilizar.

A Flat se le va el churri hoy, de vuelta a Innsbruck, así que supongo que tendré que estar de paño de lágrimas y de colchón para que el golpe no sea tan duro. Mientras, Pablo está empezando una bonita historia de ?amor? con una danesa con una background curioso. Quién sabe lo que pasará, el tiempo lo dirá. Por mi parte sigo con Svend a ver que pasa. Y ya me voy, que estoy que no enfoco la pantalla. Ay señor la que me espera... Saludos a Mari Eli de la casa de discos y a Carlos de Trancho (a ver si me lees un poquito cacho perro)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ayssssss, pobrecito mío, sin salir el viernes ni nada, la verdad que este finde en Madrid, ha sido de lo mas tranquilo, y lo hemos dedicado a dormir, excepto el viernes que fuimos a un garito de traca, donde no habia ni una sola persona normal, estuvo divertido.

Pues nada guapo, un super beso desde los madriles

MUACKSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS

La Rati