sábado, marzo 26, 2005

El descubrimiento de la Thai Box

Menuda Semana Santa de costreo total. No hago nada, pero nada de nada, del concepto inactividad total. Ayer se pasó Flat por mi casa despues de dejar a su hermana en el aeropuerto y me azuzó para que saliéramos de casa, que con los días de sol que están haciendo aquí, que aún no damos crédito, era una pena quedarse en casa petardeando. Total que nos fuimos al centro a dar un paseo para hacer hambre, porque comer es la única motivación que tenemos para seguir viviendo estos días.

Le estuve contando a Flat lo incómodo que me sentía hace unos días en mi propia casa porque oía cuchicheos sobre mí y recibía puyazos de cuando en cuando. Lo bueno de este mal ambiente es que sé que lo había provocado yo mismo, porque desde hace unos dos meses me había dormido en los laureles y no hacía absolutamente nada de las tareas de la casa. Es que en casa somos como muy comunistas y no hay ningún calendario de tareas ni cosas por el estilo. Cuando algo esta sucio alguien lo limpia y ya está, y nos va muy bien. Claro que ya digo que de dos meses para acá cuando algo estaba sucio lo limpiaba otro que no fuera yo, cocinaba otro que no fuera yo e iba a la compra otro que no fuera yo. Y como eso todo. Vamos que tengo más cara que espalda. El problema es que me he retirando de las tareas domésticas gradualmente y sin darme cuenta siquiera, porque si fuera escaqueo otro gallo hubiera cantado. Pero ha sido algo completamente involuntario. Bueno el caso es que estos cuchicheos y puyas de los ultimos días, a parte de bastante desagradables para mí, han sido un bofetón para que me despertase y me pusiera las pilitas. Dicho y hecho, ya vuelvo a ser un amito de mi casa y me he vuelto a ganar el título de madre que había perdido. Todavía tengo que aguantar puyitas de cuando en cuando del tipo de "Ohhh, has bajado la basura, estamos impresionados..." pero las ignoro y ya está. Soy un hombre de provecho otra vez.

Cuando nos cansamos de pasear nos fuimos a tomar unos piscolabis a una terraza muy mona. Es muy gracioso porque aunque aquí todavía hace un frío de pelotas, los daneses se han vuelto locos y han montado todas sus terrazas, pero dotándolas de las estufitas esas que parecen una farola, y con una mantita en cada silla. Pues eso, que nos pusimos la mantita en plan abuelos y pedimos. Yo me pedí un té, porque quería pedir en danés para practicar y fue lo primero que se me ocurrío que supiera decir, aunque té no es para nada lo que pediría yo en una terraza en Madrid. Pero bueno, como soy gilipollas pues me lo tomé y ya está. Como Flat sabe unas mil veces más danés que yo pues se pidió un varmchokolade (léase varmshokoleeeeeeeeeeeeeeeeegdde, vamos un colacao con espumita) que es justamente lo que me hubiera gustado a mí, así que todo el rato envidié su elección. Para más inri me quemé con el quinqué que adornaba la mesa, que estaba a unos dos millones de grados, saliéndome una ampolla en dos milésimas de segundo. Pude oír mi propia carne churruscándose al contacto con el vil metal. La camarera que era muy maja me trajo hielo para calmarme el dolor y un paquetito con mantequilla para que metiera el dedo que era mano de santo, y la verdad es que funcionó, aunque fue bastante engorroso además que no me quedaban manos limpias para llamar a mi madre, que era su santo, pero me las apañé.

Luego fuimos y nos comimos una Thai Box, llena de comida basura thailandesa que estaba absolutamente deliciosa y a la que a partir de ahora estamos abonados. Por 30 coronas no se puede pedir más. Flat por supuesto y como siempre, cuando veía que se le estaba acabando la comida de su caja, se ponía a comer de la mía para ser él el ultimo de los dos en acabar de comer, porque no puede soportar ver comer a los demás sin meterse él nada en la boca. Después de este paseo que la verdad es que fue muy guay nos fuimos a su casa a hacer en poco el cabra. Habíamos planeado ponernos unos discos (posiblemente el de Rent) y cantar pero al final nada. En lugar de eso le robamos la ropa a su flatmate (flatmate o Flat mate, que gracioso no?) y nos pasamos medio hora haciéndo pruebas de vestuario para que Flat saliera absolutamente irresistible y la verdad es que lo conseguimos, pero como es un payaso se tuvo que volver a casa unas horas después porque se notaba disfrazado y no estaba cómodo. Hay que joderse.


Estuvimos en el Moose con Bea y una legión de amigos que le han venido a ver, pero como llevaban desde las siete cociéndose como piojos en el mismo sitio que es lo peorérrimo, pues nos los llevamos al Galathea que es como más étnico y más mejor. Allí se incorporaron Yuu y Arantxa y al final también Michele, que cada día está más marica, para nuestro gozo. Al final nos fuimos al Jailhouse que estaba inexplicablemente vacío y visto lo visto enfilé para casa.

Hoy me he levantado tarde pero he estado muy activo haciendo mil cosas para sentirme útil así que muy bien. La verdad es que es una mierda estar aquí mientras todo el mundo viaja, y se va a Berlín y se lo pasa bien... bueno ya llegará nuestro momento.

Dentro de nada vuelve Leyre... que ilusión....

Besos en las ingles a todos.

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