martes, marzo 07, 2006

Rollercoaster day

He pasado una mañana bastante triste y sombría. Por alguna razón o cúmulo de razones me sentía una mierda y bueno, lo de siempre, que si estoy sólo, que si no hago nada bien... En fin, todas esas cosas con las que ya os he aburrido en innumerables posts. Por supuesto, la comida diétetica y en pequeñas cantidades no ayudaba nada a subirme el ánimo, así que he decidido no dormir siesta y largarme al gimnasio a evadirme un poco dando pedaladas al ritmo de lo de La Casa Azul.

Como era de esperar, las agujetas del trabajo de ayer gritaban "Estamos aquí! A que jodemos?" cada vez que levantaba una pesa, pero ahí he estado yo, como un jabato, musculándome contra viento y marea. Ann O'Nadada contra los elementos. Y sin ayuda, porque a más de uno y a más de dos en el gimnasio me consta que les ayuda en sus ejercicios mi prima Ann Abbot-Lizante, que es muy buena monitora, y consigue resultados rapidísimos, pero cobra unas facturas desorbitadas...

El caso es que el tema este del deporte me ha venido bien y me he encaminado a la segunda parte de mis ejercicios, unas gestiones que tenía que resolver por el centro. Una vez solucionados los papeleos me he reunido con Elda, en principio para llorar sobre su hombro y para que me hiciera de oreja, paciente receptora de mis desdichas, pero no ha hecho falta, porque las gestiones se habían resuelto de maravilla, tan bien incluso que mañana tengo otro careo con la parte contraria para abrir nuevas vías de negociación, pudiendo incluso ampliar capital en breve...

Total, que al final Elda y yo nos hemos ido de tiendas a emborracharnos de consumismo, que es lo que más nos gusta. Ella se ha comprado un surtido de medias de todos los colores y unas zapatillas preciosas que yo quería para mí, pero que ella vió antes. Fair play. Yo en cambio me he comprado un pantalón de ir a trabajar (exciting!), unas zapatillas horrendas (pero feas, feas, feas, más feas que pegarle a un padre) para ir al gimnasio y por último otras zapatillas que no necesito realmente pero que me hacían falta para pasar el trago del primer par.

Al final gracias a Dior ha llegado la hora de cenar las tiendas y eso que nos hemos ahorrado. Hemos puesto rumbo a la última parada, chez-Elda, cargados de bolsas como si fuésemos Melanie Griffith y Victoria Beckham saliendo de Elena Benarroch y nos lo hemos cenado todo (todo verde, eso sí).

Básicamente, este ha sido mi día. Interesantísimo, eh?

Besos en las ingles.

NOTA: Creo que este es el post más coñazo que he escrito en mi vida, pero qué le vamos a hacer... No se puede ser insultántemente divertido todos los días...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Que no, que está muy bien..
¿eso de las gestiones es lo que yo me creo, verdad?

Anónimo dijo...

Sí, es lo que tú crees :D

Oye, yo me alegro de que amplíes gestiones y capital. Pero ya te he dicho lo que opino en el churro. Ya nos hemos liado todos con todos. Que estrés :D

De aquí al APS, un paso :P

Anónimo dijo...

¿y esos pantalones? ¿Qué harás cuando con tanto exersais tengas cinturita de sílfide? ¿Ein? ?los aportarás a las rastrillos esos de aquel amigo que ya no macuerdo como se llama?

Tony Tornado dijo...

todos con todos????
a esos puntos hemos llegado YA? (en bolas...)

jo...

Anónimo dijo...

oye, podías quitar la foto esa del especiero ya no? yo creo que ha quedado claro que es muy mono