El viernes me levanté a una hora prudencial para ayudar a Poncho en lo que creo que debe ser mi mudanza número dos millones. A Dior pongo por testigo que el día que me toque mudarme a mí, me sentaré en un sillón y dirigiré a todo el mundo desde ahí, porque no pienso mover un dedo, si acaso sólo para señalar dónde va cada cosa.
Es increíble la de cosas que caben en una minicasa de poquísimos metros cuadrados... El caso es que sincronizamos nuestros relojes e hicimos una mudanza con tres coches en tiempo récord y un solo viaje. Somos unos profesionales. La verdad es que subir las cajas por unas escaleras estrechísimas de película de miedo es lo peor. Nos íbamos desollando los nudillos con las paredes, pero todo sea porque le quede bonita la casa a Poncho, que una casa en pleno Chueca no es moco de pavo y más nos vale quedar bien para conseguir unas llaves o algo... Además concretamente mi ayuda era absolutamente interesada, porque tras el transporte de las cajas se nos había prometido una edición especial del famoso Mercadillo de Poncho aka Poncho's Little Market.
Poncho es una de las personas que conozco que más ropa tiene. Su armario exhibe una obscena cantidad de prendas que ni siquiera se pone, y la mitad están sin estrenar, con la etiqueta colgando. Literalmente, no le cabe la ropa en casa. Es por ello, que periódicamente tiene que organizar una sesión de mercadillo.
En sus orígenes, el mercadillo nació como una puesta en común entre mis amigos de prendas que no nos poníamos, o ya no nos gustaban, o no nos cerraban, o simplemente típica prenda que te compras y en cuanto llegas a casa te paras a pensar y te das cuenta que no la necesitabas para nada. Cada uno llevaba una bolsa de ropa y ejercíamos el noble arte del trueque, la puja y la subasta. Lo que ocurría es que la cantidad de material aportado por Poncho venía a ser el triple de lo que llevábamos los demás y de una calidad muy superior. Esto hizo que poco a poco el mercadillo fuese derivando en lo que es hoy, una obra de beneficencia unilateral.
Cuando se anuncia un Poncho's Little Market todos empezamos a salivar, pensando en la cantidad de ropita nueva que vamos a adquirir panojaless. Y especialmente en esta edición, que como iba anexa a una mudanza seguro que era especialmente abundante y generosa. Además, lo bueno que tiene tener el cuerpo rechoncho y cortito que tengo, es que normalmente no me tengo que pelear por nada, porque lo que me vale a mi a los demás les queda fatal.
En resumen, cinco camisas de manga larga de vestir (me hacen falta para mi nueva situación labo laboral), dos camisas de manga corta, una camisa "reto" (objetivamente hoy por hoy le voy a reventar los botones con las tetas, pero me he jurado que para verano me va a valer), tres camisetas, un polo de manga larga, una bufanda y un traje es lo que ha dado de sí esta edición. Y todo por ayudarle con la mudanza, aunque le íbamos a ayudar de todas maneras... Estoy contento como unas castañuelas, porque además alguna de las prendas recibidas habían sido largamente deseadas en silencio por mi parte... Muchas gracias Poncho.
Por la noche me planté en El Naranja, para variar, y me encontré a la habitual convención de blogueros rajando por los codos. Por lo visto había un devoto fan llegado desde Vigo y todo, pero yo no hablé con él porque aún estaba un poco aturdido. Me tomé unas copas pero me tomé pocas copas porque enseguida enfilamos hacia el Chochoymedio Kurt, Dwalks, Agr, C y yo, para evitar las colas sobrenaturales que se forman ahí media hora después. Comentar que, como apuntó Flat, en la pandilla de esta gente hacen cástings para formar parte del club, porque ahí ninguno baja del metro ochentaycinco y son todos guapérrimos. En las entrañas del Chocho nos dedicamos a fichotear y a tomarnos unos venenos hasta que Dwalks se empezó a poner malo por alguna razón extraña, quizás el jet lag arrastrado desde China, quizás las neurotoxinas matarratas de las copas del local... El caso es que le montamos en un taxi y Kurt y yo nos fuimos a morir al Angel, porque tenía curiosidad por observar el fenómeno oso desde el interior y en primera persona, y yo estaba bastante salido.
Cuando llegamos descubrimos con horror que había cuatro gatos, cuando normalmente el sitio peta de pelos y barrigas. Más tarde nos explicó TB97 que toda la gente se había ido a una kedada en Colonia, Alemania. Es muy fuerte. El oso es el animal más gregario que existe. Qué se dice que hay kedada en Alemania, pues ahí que van todos a frotarse las barrigas y mesarse los bigotes... En fin, que ahí estabamos nosotros, viendo como un tipo estaba a punto de desmayarse sobre su copa y siendo observados desde los rincones del garito, pero sin ligar nada, de modo que decidimos que había sido suficiente y que si acaso mañana más.
Ni que decir tiene que coger un taxi fue misión imposible y que hubo que abortar plan y volverse en Metro, como la gente de la calle.
Hoy me he levantado muy tarde, pero inexplicablemente casi no tenía resaca. Me he medido las constantes vitales y tenía las propias de alguien que no ha ido al Ochoymedio la noche anterior. Todo muy raro. ¿Es posible que hayan rebajado el contenido de componentes tóxicos y perniciosos para el organismo de las copas a tan solo el 75%? ¿Les habrá pillado el Ministerio de Sanidad? Es un Expediente X sin duda...
Besos en las ingles.
sábado, noviembre 26, 2005
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13 comentarios:
¿Pero tú te crees lo de Colonia? Ni que fuéramos todos pudientes. Yo creo que fue más el frío polar y, si acaso, el fin de mes.
IM PRESIONANTE el maromo Kurt con el que apareciste, Ann. ¡¡¡Fuiste la envidia de todo el local!!!
Poncho es el Poncho que yo conozco? Dale saludos de mis partes!
TB97: Pero entonces me tomaste el pelo o que? Que ya sabes que me lo creo todo joder... Y sí, Kurt es impresionante y ya está.
Telecine: Sí, es él, pero como no me acordaba de tu nombre real no pude darle referencias...
¿Cómo está Dwalks? ¿Qué le habrá pasado? Jur, que yuyu, que yo le di un beso...
Ya decía que esto de comer perro no podía ser bueno...
¿Viste e TB? Pues qué bien, yo nunca le veo...
Por lo del mercadillo estabas super guapo el viernes, no?
¿Tú me ves a mí tomándote el pelo, criatura? A mi me dijeron lo de Colonia, el frío y lo de fin de mes, pero vamos, que lo de Colonia me parece poco probable (que no habrán ido muchos, digo, que no es Cercedilla que está aquí al la'o).
Creo que hoy gozamos a Tony en la EPT.
Yo como comprenderás no estoy muy puesta en el mundo de los osos pero lo de una convención en Colonia me suena muy raro, :D
Además yo tampoco vi a mucha gente saliendo el viernes y me extraño. Que ahora el frío tampoco es para tanto.
Ay! Que Dwalks va a haber cogido la gripe aviar. Aiaiaiaiai!
Muy fastuoso lo de tus ropajes nuevos. Qué envidia no tener amigos pudientes... :P
Ahora entiendo por qué Ana se encontraba mal ayer...
Un abrazo,
Julio
Hmmm, de todas formas el Jot suele estar más petauuu que el Einyel, tiatiatia, podías haberte llevado al Kurt a ese... Que a muchos osos les da pereza ir tan lejos como a Campoamós, que lo sé yo.
Eso sí, ahora mismo llamo a mi amigo Coltie a preguntarle si está en Colonia, que mira que les gusta una quedada foránea a los ososos
No, Ann, es aún peor... Ya te has acostumbrado a beber líquido de frenos y ya eres inmune al garrafón del ChochoyMedio
Mis mudanzas son mucho más primarias, se pagan a cervezazos.
Por cierto, ¿será por lo del cásting por lo que me dijo Dwalks que el viernes mejor saliese con Berlín?
kzaao: no digo nada y lo digo todo.
Cervezazos tambien hubo, por supuesto, y tapitas del bar...
Esto es mejor que las crónicas de riddick.
Saludos
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