domingo, diciembre 31, 2006

525.600 minutes. Feliz 2007

Os deseo un nuevo año repleto de buenos propósitos y de objetivos cumplidos. Y toda la suerte del mundo.

Y a todos mis amigos, gracias por este año que me habéis dado. Qué suerte tengo con vosotros. Sois los mejores.

¿Qué me traerá este año? Que nervios...

Besos en las ingles con sabor a uva.

miércoles, diciembre 27, 2006

Muelas del perjuicio

Por fin. Después de casi dos años de que empezasen a dar por el culo mis muelas del juicio, ya son un elemento oficialmente ajeno a mi boca. Sí, suena increíble pero es totalmente cierto; mis problemas con las muelas de juicio y la historia de este blog han sido prácticamente parejos, caminando de la mano durante la friolera de 20 meses, que se dice pronto. Por esta razón, este post va a estar dedicado a ellas. Es posible que os aburra leer una entrada cuasieterna sobre tan poca cosa, pero la ocasión lo merece, sinceramente. Deshacerme de esos cuatro soldaditos blancos ha sido toda una gesta épica.

La primera vez que me las hice mirar yo tenía un seguro privado, dependiente de mis padres. El diagnóstico fue rápido. Me mandaron una radiografía (que me hicieron inmediatamente) y allí estaban las cuatro muelas hijas de puta bailando la lambada por mi boca. No había ni una derecha. Las tenía como si me las hubieran tirado en la boca con un cubilete, en plan dados, o runas élficas, a ver como caían. Concretamente, la que me estaba saliendo, y por tanto culpable de mis dolores, se hallaba durmiendo la siesta bien tumbadita y despatarrada sobre la muela de al lado.

- Pues va a haber que sacártelas. Las cuatro.
- Pues vale. Sácamelas ahora mismo.
- No puedo. Esto te lo tiene que hacer un maxilofacial. Es que además tienes el nervio facial enroscado en las raíces.
- ¿Qué me estás contando? ¿Que me voy a quedar sin sensibilidad en la cara?
- Bueno, si te lo hacen bien, no... En cualquier caso si ahora no te molestan espérate un poco a que te crezca más. Aunque claro... como está tumbada lo que hará es empujarte al resto de muelas y descolocarte los dientes... Aparte, te provocará una caries en el punto de unión con lo cual habrá que hacerte una endodoncia en la muela contigua...

Yo la verdad es que los dientes de abajo no los tengo como para poder permitirme que se me descoloquen más. No soy Pedro Guerra, pero los tengo bastante amontonaditos, y si se me mueven más se me van a empezara poner en varias filas. De modo que le dije que me esperaba seis meses más y si no me las sacaba me las arrancaba yo con los dedos.

Pasó el tiempo y empecé a trabajar, con lo que el seguro privado de mis padres dejó de cubrirme. No podía meterme en el de la empresa hasta el próximo febrero, así que decidí esperar y abandonar mi suerte a los designios de la Seguridad Social. O Fortuna! Craso error. Este fue el principio de mi odisea. Voy a resumirlo muy brevemente para no extenderme más de quinientos folios.

Voy al centro de salud, pido mi cita y espero pacientemente a que llegue el día. El médico de cabecera me dice que el tema dientes va aparte, que tenía que haber pedido cita para el dentista. Yo me callo, pero no dejo de preguntarme por qué a la señorita de la recepción le había parecido que “Me quiero sacar las muelas del juicio” no sonaba a tema relacionado con dentistas. Vuelvo a la recepción, me cago en su puta madre y les digo que me den cita para el dentista.

Espero otro par de semanas hasta que me dan cita para el dentista. Me mira la boca unos 3,5 segundos aproximadamente y me manda a hacerme una radiografía:

- Sí, mire, es que yo antes era de ASISA y ya me hicieron una radiografía y me dijeron que me las tenían que sacar.
- Ya bueno, pero es que eso lo tengo que decidir yo.

Cita para la segunda radiografía un mes después. Falto otro día al trabajo. Cita para llevarle la radiografía al dentista. Falto otro día al trabajo.

- Uy, pues va a haber que sacarte las cuatro.
- Ah, ¿si? (No me digas, hija de puta. Menuda novedad, te lo llevo diciendo hace un mes, cacho zorra!). Pues venga, sácamelas.
- Pues sí, lo que pasa es que esto te lo tiene que hacer un maxilofacial.
- Si, algo me habían comentado. (Me cago en tu puta madre, dime algo que no sepa ya!!). ¿Y entonces que hago?
- Pues nada, pásate por recepción y que te den cita para el maxilofacial del hospital.

Nueva cita para un mes después. Falto al trabajo para ir al hospital. Allí me hago mil colas para que me den doscientas tarjetas y cartillas nuevas. Me reciben en recepción:

- Hola guapo. Mira, ve rellenando estos formularios y luego pasas por esa puerta para que te hagan una radiografía.
- ¿Me estáis tomando el pelo? ¿Pasé por esa puerta hace un mes faltando al trabajo por enésima vez para hacerme una radiografía que me podíais haber hecho ahora mismo? Tengo la puta radiografía aquí mismo.
- Ah, pues perfecto. Déjamela.

Entro en la consulta del maxilofacial. Mira la radiografía y me dice:

- Uy, pues va a haber que sacarte las cuatro.
- ¿Dónde está la cámara oculta? Que sí coño. Que ya lo sé, que me las saques, que me arranques todos los dientes si es necesario, pero que no pienso volver más.
- Ya, pero ¿sabes que pasa? Que te tenemos que poner anestesia general y para eso tienes que hacer el preoperatorio... Ya nos quedamos nosotros con la radiografía para tu historial. Tú ahora ve a sacarte sangre para que no tengas que venir otro día. Vengaaaaaaaa. Hasta luegoooooooo!
- Gracias. ¡Qué detalle!

Paso primero a sacarme sangre. Mientras espero a que me llamen me tengo que tragar a las enfermeras marujeando porque se dejan la megafonía puesta despues de llamar a los pacientes. Cuando por fin me toca, la cabrona de la enfermera, que estaba poniéndo muchísima más atención a la conversación sobre la última gala de Operación Triunfo que mantenía con otra enfermera que a donde me clavaba la aguja, me hizo polvo. Yo no sé que coño me tocó o si me trituró un nervio, pero a mi que nunca me duelen las inyecciones, no sólo me dolió mogollón sino que hasta 3 semanas después me daba un latigazo el brazo cuando lo flexionaba. Por supuesto maldije todo lo que pude y le eché mal de ojo: "¡Que se te seque la yerbabuena!"
Espero una cola tercermundista donde nadie sabía detrás de quien iba, donde nadie salía a explicarte lo que tenías que hacer, donde no había un puñetero cartel explicativo con instrucciones. Vamos, que sólo faltaban gallinas corriendo por el suelo para pensar que estaba en un hospital de campaña en Mali.

Al final consigo que me atiendan. Me dan cita para un mes después para hablar con el anestesista.

- Vamos, que falte a otro día de trabajo, ¿no?
- Pues mucho me temo que va a ser que sí. Pues nada, que a partir de la cita con la doctora te pones en cola para que te asignen fecha de cirugía.
- Señorita, ¿cree que para 2008 seguiré con las muelas dando por culo?
- Jajajajaja. Que no, hombre, que en un par de meses ya te operan.
- Fenomenal. Todo va viento en popa. Qué alegría. Así da gusto... (os voy a quemar el hospital, hijos de la gran puta).

Cuando por fin puedo hablar con la anestesista, faltando al trabajo, por supuesto, tuve ocasión de comprobar lo bien que funciona todo y de experimentar una profunda sensación de seguridad y de estar en buenas manos: La situación es esta: La fulanita, tras preguntarme por mis antecedentes, por mi consumo diario de tabaco, por mi peso y por esas cosas, coge un papel, lo mira y me dice:

- Bueno, pues el electrocardiograma te da perfecto.
- Oye, pues me alegro mogollón, lo que pasa es que me sorprende un poco, porque nunca me habéis hecho ningún electrocardiograma.
- Ah, ¿no? – Le da la vuelta al papel – ¡Uy, jajajajajajajaja, pero si este ECG no es tuyo! Qué cosas. Menganita! ¡Que el ECG en el historial de este chico no es suyo! Jajajajaja.
- ¿Qué me dices? A ver... Jajajajajaja.

Yo, como comprenderéis, también me moría de la risa pensando en que a lo mejor tengo diecisiete arritmias, taquicardias y soplos en el corazón y como en mi historial hay un ECG de otra persona sana, pues me dan una anestesia de persona normal y me quedo en el quirófano. Una situación altamente cómica sin duda.

- Bueno, no pasa nada. En realidad para las muelas del juicio no hace falta hacerte electro ni nada.
- Pues menos mal.

Según me había dicho la fulanita, la lista de espera ya estaba en marcha y ya me avisarían cuando tuviese fecha concreta. Un mes después, en el cine, dos minutos antes de que empezase la película, me llaman “Oye, que te operan el día 22 a las 9:30 de la mañana”.

Hay que joderse. Después de tropecientos días de espera me dan hora para dos días antes de Nochebuena, y lo peor es que sabía que si rechazaba la fecha, igual la siguiente me la daban para el 2014.

Así que después de 8 visitas a todas partes, al fin el día 22 ingresé para que me extirparan a mis queridas amiguitas. La operación fue un éxito. Me desperté de la anestesia fresco como una lechuga y en pocas horas ya estaba en casa.

Pese a que no se me había hinchado la cara casi nada, mi aspecto era bastante cómico. A saber: dos bolsas de guisantes congelados metidos en una redecilla elástica atada alrededor de mi cabeza para reducirme la hinchazón y calmar el dolor. El conjunto se complementaba con una bufanda para no cogerme unas anginas del frío y unas servilletas encajadas entre la red y la piel para evitar que se me congelaran las orejas. Mi aspecto global era el de un alienígena o el de una persona muy, muy tonta, pero si me quitaba el outfit mi madre se ponía cardiaca y empezaba a vociferar que se me iba a poner la cara como un balón, de modo que tener a mi madre contenta era una prioridad...

Según el informe médico, mi dieta tenía que pasar por la batidora por lo menos durante una semana, pero como comprenderéis, encontrándome tan bien como me encontraba, no iba a permitir que toda mi familia se pusiese ciega a gambas y a berberechos mientras yo me comía una crema de verduras, así que a las 36 horas de la intervención ya estaba con Farala haciendo prácticas de masticación con un Bollycao, que fue el alimento sólido más blandito que pude encontrar en una tienda de chinos. Viendo que, despacito y con una gran labor de ensalivamiento, conseguí deglutir el bollito entero, supe inmediatamente que la victoria era mía. ¡Los puntos no me iban a impedir ponerme cerdo de pularda rellena!

Hoy han pasado cinco días y tengo la cara ligeramente amarilla, pero estoy estupendamente. Dentro de poco, las únicas testigos de mi intervención quirúrgica serán esos cuatro trocitos blancos que me miran cada día desde un bote con agua donde las guardo para que se reblandezcan, y poderles quitar bien los trozos de encías que están pegados para que queden limpitas y poderme hacer un collar zulú o algo. ¿Donde hay que firmar para que todos los postoperatorios sean así? Por cierto, qué graciosas son las muelas del juicio, así, tan deformes, habiendo crecido en terreno estrecho y hostil, con las raíces enroscadas y atrofiadas... Son completamente de peli de Tim Burton...

Y hasta aquí puedo leer... 4 páginas de Word son suficientes, ¿no? Besos en las ingles.

P.D: Como sé que llego un pelín tarde para felicitaros la Navidad.... ¡Feliz Navidad 2007! A que soy el primero en felicitaros las del año que viene! ¿eh?, ¿eh?

martes, diciembre 12, 2006

Donde tengas la olla no metas la polla

Después de mucho pensarlo, he decidido tirar a la basura el borrador de la segunda parte de la historia, porque no me apetece nada publicarlo.

El único consejo que tengo que dar es que se valoren mucho las consecuencias de llevar a cabo las tan infalibles sugerencias que os he ofrecido, porque te puede salir el tiro por la culata.

Follarse a un actor porno es estupendo, pero no compensa el perder a un amigo.

Besos en las ingles.

domingo, noviembre 26, 2006

Van dos

Antes de escribir la segunda parte de "Cómo llevarte a la cama..." tengo que hacer un anuncio. Me gustaría extenderme más, pero una enteritis galopante me tiene postrado en el retrete cada minuto y medio. De modo que seré breve.

Hoy, domingo 26 de noviembre, este blog cumple dos añitos. Aunque no está en su mejor época, espero que este tercer año lo haga revitalizarse y llegue a su tercer año de vida en plena forma.

Muchas gracias a todos por seguir leyendo. Besos en las ingles.

viernes, noviembre 24, 2006

Cómo llevarte a la cama a una estrella del porno en unos sencillos pasos

Hola queridos amigos. Hoy me dirijo a vosotros para compartir unos trucos que a buen seguro os vendrán fenomenal si entre vuestros planes a corto-medio plazo está el acostaros con vuestro maromo favorito del firmamento del porno internacional. Evidentemente, cada persona es un mundo, y no todos los consejos le valen igual a una persona o a otra, pero tomadlos como una buena base desde la que desarrollar todo vuestro potencial y como los cimientos para construir una carrera como folladores de alto standing. Seréis la envidia de vuestro patio de vecinas y el centro de todas las conversaciones.

En cualquier caso, son muy sencillitos y al alcance de cualquiera de vosotros. No lo olvidéis: las estrellas del porno son humanas, como vosotros. Hay que perderle el miedo a las estrellas del porno.

Tras esta breve introducción, paso a meterme con lo que de verdad os importa. Tomad lápiz y papel y poneos cómodos, porque empezamos.

1. Haceos un perfil si no lo tenéis

Las estrellas del porno también necesitan follar fuera de las cámaras, y para ello se hacen perfiles en páginas de contactos como el resto de los maricones mortales. Es posible incluso que la usen también como ventana de promoción para ofreceros su amor a golpe de talonario. Sea cual sea el motivo, la consecuencia es la misma: Tu actor favorito tiene un perfil. Sólo tienes que encontrarlo. Es por esto que os insto a que dediquéis cinco minutillos al día en ir buscando por zonas, y un día os lo encontraréis.

Por supuesto, puede ocurrir que tengáis la gran suerte de encontrároslo por casualidad, como me ocurrió a mí. Imaginaos:

Yo nunca en mi vida había pagado por ver porno, hasta que le descubrí a él. Rediós, que bueno está. ¿Cuanto cuesta un mes de pajillas? ¿30 eurazos? ¡Qué robo! Bueno, mira, más me gasto en copas y esto es por una buena causa… Oye Flat, que me he comprado un mes de suscripción a una página porno y sólo me interesa un video. Me da que a ti te va a volver loco todo el elenco así que este es mi usuario y contraseña. No me des las gracias, ya sabes que yo me quito la comida de la boca para dártela a ti.

Y así empecé mi relación unilateral con mi estrella favorita. Su imagen y mi mano derecha manteníamos una fluida relación todas las noches antes de irme a dormir. Fue un mes idílico, pero todo lo bueno tenía que acabar, y la suscripción expiró. Quien me iba a decir que un día, en mi repaso habitual de las páginas de contactos me iba a encontrar a mi oscuro objeto de deseo. Y sí, en su encabezado lo ponía bien claro: Madrid.

- ¡FLAT, TIO, QUE VIVE EN MADRID! ¡¡¡AAAAAAAAAAHHH!!!

- ¿En serio? Qué fuerte.

- ¡Ya tío! ¡Puede estar en cualquier parte! ¿Qué me pongo? Bueno, por lo pronto voy a ponerle un mensaje. No me va a contestar ni de coña, pero bueno.

- Ya te vale. Estás fatal.

[...]

- Oye, que soy yo otra vez. Que no ha contestado.

2. No intentes pagar por sus servicios

Sí. Muchos actores porno ofrecen servicios de escorting, pero esa NO es la forma de llegar hasta ellos. Sí, pagando una cierta cantidad puedes tenerlos cabalgando sobre ti, pero esa NO es la forma en que quieres conseguir tu objetivo, ¿no?

Nadie dijo que fuera fácil, y por supuesto no pienses que a la primera lo tienes hecho. Hay que insistir, queridos amigos. Las estrellas del porno están a tu alcance, pero no regaladas.

Cuando encontré a mi estrella particular en una página de prostitución lo ví claro. “Oye, que cuanto son tus tarifas”. Este mail sí que lo contesto con prontitud profesional ¿Qué son 120 euros por tirarme a ese pedazo de tío? Además, estaba convencido que alguien así cobraría mucho más…Bueno, no me compro ropa este mes y apañado. Además, va a ser mi cumpleaños dentro de nada... Voy a ponerle otro mail, así como menos frío, para mantener un poquito de conversación antes.

- Jo, tío, que no me ha contestado el segundo mail. Es que soy lo peor, yo aquí intentando intimar como si fuera un colega de trabajo.

- Pues sí, la verdad es que eres lo peor.

- Y además, qué coño, que tengo 27 años y ya sólo me faltaba engancharme a follar por dinero. Con la mierda de sueldo que tengo.

- Te lo estás diciendo tú sólo…

Cuando meses después me contestó un mensaje vía perfil, aprecié en todo su esplendor las ventajas de no haber alquilado su cuerpo. Lo había conseguido. Me estaba hablando a mí.

Mi actor fetiche me habló a mí. ¿Por qué no va a hablarte el tuyo a a ti?

3. No la cagues

Has abierto brecha. Ya tienes hecho lo más difícil. Ahora, por favor, intenta disimular lo desesperado que estás porque te dé lo tuyo, porque saldrá despavorido como de la peste. Si tienes prisa por llevártelo a la cama te jodes, porque en esta fase es crucial que no se te vea el plumero descaradamente. Debes tener siempre presente que la estrella porno en cuestión tiene a otros 4.000 maricones lamiéndole el culo igualitos que tú. Y no sólo eso, sino que es muy probable que 3.900 de ellos estén muchísimo más buenos que tú. Pero tú sabes que eres mejor que ellos. Ahora sólo falta que se lo hagas saber a él.

Esta fase puede, incluso debe, llevar meses. El actor porno es una presa que debe ser acorralada despacio. Si detecta tus intenciones depredadoras huirá, y corre mucho más rápido que tú. Deja que sea él el que lleve la batuta. Baila al son de su música.

En mi caso fue todo un triunfo personal. Yo que soy muy de quererlo todo ya supe dosificarme, atándole sin prisa pero sin pausa. Y esa fue la clave de mi éxito.

4. Hazte necesario

Evidentemente, tu actor ha vivido muchos años sin ti, y no te quepa duda que perfectamente puede seguir sin ti otros tantos más. No obstante, después de meses de conversaciones habrás podido detectar un aspecto de su vida en el que tú le puedas brinda una valiosa ayuda. Y a nadie le amarga un dulce.

Busca qué sabes hacer tú que él no sabe y ofrece tu inestimable ayuda. El actor porno sabrá reconocer una oportunidad.

¿Quién me iba a decir a mí que este blog me iba a dar tanto? No sólo he conocido por aquí a mis mejores amigos sino que este diario iba a brindarme, sin yo saberlo, la oportunidad de conocer al receptor de todas mis fantasías. Nunca agradeceré lo bastante a blogger lo que ha hecho por mí….Todo el mundo quiere un blog, hasta las estrellas porno.

Mi porn-star no sabía poner links en el blog que se acababa de crear. Ann O’Nadada al rescate.

- Oye, pues es muy fácil, lo que pasa que por teléfono va a ser complicado explicártelo. Casi mejor me paso por ahí un día que te venga bien.

- Ah, perfecto, pues cuando quieras. Mañana mismo.

- Mmmm, a ver… Si, mañana me viene bien, que no tengo nada que hacer. (Bien sabe Dior que si al día siguiente hubiera sido el entierro de mi madre, mi madre habría sido enterrada sola).

Es probable que a estas alturas os estén sangrando ya los ojos de leer, así que el sentido común me dicta que pare aquí y ya siga otro día dándoos los últimos consejos para hacer vuestros sueños realidad.

Hasta entonces. Besos en las ingles.

jueves, noviembre 09, 2006

Nosolopolla

Tras un fin de semana bastante sui generis sobre el que no voy a comentar nada, y una semana (una vez más agotadora), me planto en mi segundo y último puente del año con un cansancio que no puedo con mi alma, pero con cuatro días por delante destinados únicamente a hacerme feliz.
Anoche cené en casa de Flat, con Claudio y Dookie. El plan era bastante tentador: ver la final de Supermodelo 2006 mientras nos inflábamos a tostas de cositas ricas y delicatessen que nos habíamos comprado, pero la verdad es que al final fue una noche bastante sosainas. Dookie se metió en la cama pronto, Claudio tenía que trabajar hoy y Flat estaba a dieta por lo que no comió casi nada, y verle comer es todo un espectáculo. Total, que me fui pronto a casa a dormir como un bendito hasta que me doliera el cuerpo, que es lo que más me apetece últimamente.
Hoy me he levantado y he estado tocándome el (centroeuropeo) coño hasta la hora de comer. Ahora iré a un maratón de cortos gay-lésbicos a empaparme de cultura rosa y enterarme de las nuevas tendencias queer. Voy con una cuchipanda bastante maja en las que se mezclan todas las posibilidades sexuales, que es algo que siempre enriquece a un pobre maricón como yo, que le sacan del tema pollas y ya no sabe de qué hablar. Ahora tendré oportunidad de hablar de otros aspectos de las películas, como por ejemplo si la realidad de la comunidad lesbiana se refleja fielmente en esta escena o si está filtrada a través del prisma del machismo y la opresión gay, no solo de si tal actor está bueno o no. No sé si podré...
En fin, que ya contaré que tal ha estado. Ahora no escribo más porque no me apetece mucho y además no me está quedando nada gracioso, y no quiero que se me eche encima la comunidad talifana de México acusándome de haber perdido la musa... Es muy estresante ser el más divertido de la blogosfera todos los días... Ahora entiendo a Roza de España.
Besos en las ingles.

martes, octubre 31, 2006

Brainstorming

Heme aquí, comiendo un yogur griego frente al ordeandor como único alimento almorcil y luchando contra los elementos para poder actualizar una poca, así que el primero que se queje de mi ritmo de actualizaciones se lleva dos hostias bien dadas.

La verdad es que no sé muy bien de qué hablar hoy, así que iré contando lo que se me ocurra sobre la marcha, así en plan brainstorming, a ver si me queda un post conceptual o algo.

Mi hermana Dew está convaleciente en casa. Debido a una enfermedad rara, que no es grave, pero que es un poco coñazo, está de baja laboral por tiempo bastante indefinido. Dado que se halla postrada en una silla de ruedas (qué Nighty Night todo últimamente en mi vida, oyes), ha solicitado asilo político en mi casa, para que la cuidemos, le hagamos la comida y todo ese tipo de cosas que se le hacen a un enfermo para que esté a gustito. El caso es que ella está medio paralítica, pero vive como la Reina de Saba. "Tráeme un vaso de agua", "cómprame tabaco", "tráeme mi bolso que me lo he dejado donde el ordenador", "cuando vuelvas de trabajar cómprame patatas o chocolate y guarrerías", "no quedes con tus amigos y acércame a casa en coche", "ponme este DVD"... En resumidas cuentas, que me tiene esclavizado. Además, la muy perra fuma en mi habitación a escondidas, porque después de dejarlo hace mil años ha vuelto a fumar, y claro, con 36 años que tu madre se entere de que fumas es una cosa muy, muy dramática, no vaya a ser que te castigue sin salir a jugar al parque con tus amigüitos...

En fin, que porque es mi hermana y la tengo que querer, que si no... Por otro lado, sólo de verla me parto de risa qué es algo que me anima mucho a ceder en sus abusos. Por ejemplo, para moverse por casa lleva sus cosas (tabaco, mechero, libro, DVD's...) metidas en el coño (en las bragas, se entiende, no alojadas en el cérvix), porque su pijama carece de bolsillos. ¿Tiene arte mi hermana o no tiene arte?

Estos servicios integrales que le proporciono a mi hermana son siempre a partir de las 22:00 horas, que es cuando vuelvo de mi fastuoso curso de 2.000 euracos que me está quitando la vida. Prácticamente toda la primera hora la paso dando cabezadas porque me quedo dormido. Está fenomenal, porque teniendo en cuenta que somos unos 15 alumnos y el ponente está a escasos dos metros de mis párpados cerrados, pues es muy poco probable de que se de cuenta de que un asistente se está quedando sobado con su presentación de powerpoint. Pero chico, qué quieren, yo este ritmo no lo aguanto. Me parece que me voy a ir a la esquina de la última fila y a dormir a pierna suelta cuando la charla sea tan coñazo como las que he tenido hasta ahora. Es posible que me ponga pañales para dormirme a pierna suelta sin tener que levantarme a mear. Podría incluso meterme una sonda...

En cualquier caso, hay un motivo que hace que me espabile al cabo de un rato, y es un asistente de unos treinta y pico que se sienta casi a mi lado. Es canario, para variar, y está requetebueno. Como tras mi análisis escrutador no le he encontrado alianza en los dedos, automáticamente he sacado como conclusión que debe ser maricón (no cabe otra posibilidad, ¿no?) y he tomado la firme determinación de tirármelo antes de Navidades. De hecho, el último día, pese a que estaba destrozado, me quede charlando 40 minutazos al salir de clase sólo para sacar información sobre el sujeto... Ya lo sé, estoy enfermo. Claudio me dice que soy como una señora de cincuenta la la caza de un marido...

Hoy no podré quedarme para investigar más sobre su vida privada porque tengo que salir volando para intentar que me de tiempo a cambiarme de ropa para ir al concierto de Chico y Chica, porque las pintas que llevo en este momento son muy poco modernas y nada Liberty y no quiero ser el centro de los critiqueos de las maricas asistentes, que uno tiene una reputación y hay que mantenerla.

Cuando termine el concierto ni siquiera podré quedarme a tomar una copa o follar, porque tendré que salir disparado rumbo a la sierra, ya que el Día de Todos los Santos (que como bien sabréis es el día que se dedica a las integrantes del grupo All Saints), es además, con Nochebuena, una de las dos fechas sagradas que hay que pasar en familia aunque haya una catástrofe nuclear. Así que a las 2 de la mañana, nada cansado, me cogeré mi cochecito y me haré las 3.500 curvas que me separan de mi casa solariega. Qué envidia, ¿verdad?

Hablando de casas (y de envidia), el domingo estuve visitando el nuevo hogar que han adquirido los señores Barbadillo y casi me cago encima. Los muy maricones se han hecho con una casa de 90 metros y 180 de terraza. CIENTOCHENTAMETROSDETERRAZA!!! Y encima es preciosa. En fin, que me voy a pasar ahí todo el verano tostándome al sol con un mojito en la mano.

Eso sí, los alcoholes con moderación, que el pedal que me pillé el viernes no se lo salta un galgo y paso de repetir, que Claudio me tuvo que llevar a su casa arrastrándome en estado de ebriedad total y eso no es serio.

Hasta aquí la diarrea mental de hoy. Besos en las ingles.

lunes, octubre 23, 2006

Tengo mucha carisma

Ando liadérrimo con una cantidad obscena de trabajo, y mucho me temo que así voy a seguir hasta navidades. El caso es que por las tardes tengo un curso que es maravilloso, pero que hace que, resumiendo, mi jornada laboral se extienda desde las 7:30 de la mañana a las 10 de la noche. Éste es un horario que está fenomenal y que no cansa nada, por lo que está recomendado por nueve de cada diez especialistas. Por ello, entre semana sólo tengo ganas de morirme, y la prioridad "actualizar a diario" ha caído al puesto 237 de la lista. En fin de semana, las prioridades en cambio son dormir, follar y salir/emborracharme, por ese orden.

Este finde he cumplido todo lo que mi top ten de prioridades requería e incluso he hecho algo que llevaba eones sin hacer y que está fenomenal: meterme en la cama con mi madre a ver Operación Triunfo (y ni se os ocurra hacer comentarios jocosos al respeZto). Mi madre es una estufita y se está en la gloria frotando mis pies helados en sus tobillos. El caso es que no dí creditito con los comentarios del jurado. Dior mío, el churrero no levanta cabeza (por cierto, no dejéis de ver su perfil en contactos de chueca.com). Va a pagar bien caro el estar más bueno que el plan. Cuando le dijeron "Ah, y una cosita más. Se dice el carisma, no la carisma", en plan puntilla se me relajaron los esfínteres y me meé de risa. Y lo de Gollum del alemán... Ay Dior, qué fan soy del gilipollas del Risto-quiero-cantar-en-Pulp ese.

Por último, sólo quiero recomendaros encarecidamente, qué digo, exhortaros con determinación a que os hagáis por cualquier medio de la serie Nighty Night. Son dos temporadas de 6 capítulos cada una y se ven en un pispás, y, creedme, no os habéis reído tanto en vuestra miserable vida. El humor es tan británico y tan negro que es imposible que no os guste. Sólo es digo que la prota es una hija de la gran puta, y no os digo más, que si no os destripo todo, y eso no está bien. No obstante, os dejo un pequeño aperitivo del primer capítulo. De nada.




Mira que entrada más cortita me ha quedado. Maggie va a estar encantada.

Besos en las ingles.

martes, octubre 10, 2006

Equilibrio Cósmico y Orden Universal

Cuando todo parece que el mes se va a saldar con superávit, algo ocurre y el balance pasa a ser cero. No importan lo que haga, lo que ahorre, lo que derroche o a lo que me anticipe. Mi saldo final siempre es cero.

Si un mes me he vuelto loco a comprar y le he dado una hostia a la tarjeta día si y dia también; si un mes me lo bebo todo cada fin de semana y cojo trescientos taxis; si un mes cumplen años dos millones de amigos y tengo que poner dinero para sus dos millones de regalos, no hay problema. Me aprieto un poco el cinturón y mal que bien, de forma más o menos renqueante y apurada, consigo llegar a fin de mes.

Por el contrario, si un mes he estado de exámenes, o he salido muy poco, o he hecho un trabajito extra, o recibido dinero en Navidades, o me he encontrado dinero en un taxi, o cualquier otra cosa que haga que en un momento dado mi cuenta bancaria está más abultadita de lo habitual, siempre, siempre, SIEMPRE, con probabilidad matemática del 100%, ocurrirá algo fortuito y aislado que me obligará a hacer un desembolso brutal que acabe con mis sueños de ahorrar panoja mes a mes. El saldo a final de mes será cero indefectiblemente. Las potenciales causas de mis eventuales descalabros económicos son múltiples, de variedad infinita. A saber:

  • Una factura de teléfono desorbitada.
  • Que me roben el móvil.
  • Que me vea obligado a invitar a toda la familia para festejar algún triunfo.
  • Que sea mi cumpleaños y me tenga que dejar la talegada en invitar a comercio y bebercio a gente que luego anula diez minutos antes.
  • Que tenga que abonar mi título académico.
  • Que me roben la calculadora científica cara-que-te-cagas y me la tenga que volver a comprar con urgencia.
  • Que me tenga que sacar un billete de AVE inesperado.
  • Etc, etc, etc...

Todas estas son causas que aisladamente, o de forma combinada, se las apañan para que yo no empiece ningún mes con más dinero que el anterior. Pero sin duda, la bestia negra, la madre de todos los infortunios monetarios que me pueden pasar, es que me pongan una multa de circulación.

No falla; puede ser de la ORA, de aparcar en doble fila, de saltarme un semáforo, de meterme por donde no debo, pero no falla. Jamás. Si se acerca el día 30 y las causas anteriormente citadas no han sido capaces de esquilmarme del todo, llega la Señora Multa y soluciona el problema. Además, la multa es siempre proporcional a mi bonanza económica. Si sólo me quedan unos eurillos en la cartilla, me pondrán una multa de 30 euros. Si por el contrario voy a acabar el mes con más márgen, la multa será de noventa. Y si acabo de recibir un generoso pellizco navideño de manos de mis papás, entonces me tocará el premio gordo de 300 machacantes en todo el estómago. Es un axioma universal y corolario de la Ley de Murphy.

Hace 3 días me llegó una simpática multa de 90 euros (con reducción a 62 por pronto pago; Jamás pago a tiempo) por circular por el Barrio de las Letras, en concreto por la plaza de Santa Ana, cuando solo pueden hacerlo los taxis. Como resulta que me han hecho foto pues ni siquiera tengo derecho a pataleta. Claro, como este mes iba bastante bien de panojilla...

Además, como resulta que mi coche no está a mi nombre sino a nombre de una empresa, pues cada vez que me cae una multa, me toca presentarme en la oficina de marras a entregar un papel que me identifique como conductor del vehículo en el momento de la infracción. Que se te ocurra olvidarte de identificarte y se te pase el plazo... En ese caso, no importa cual sea el importe inicial a abonar; la multa automáticamente se convierte en una preciosidad por valor de 301 euros. No os voy a comentar la de veces que me ha ocurrido esto. Luego se puede reclamar y demás, pero es un infierno y hay que faltar al trabajo ochocientas veces, así que tampoco es muy recomendable.

La conclusión de todo esto es que hay un Ser Superior, un Ente Absoluto que maneja los hilos y que se encarga de que el orden cósmico permanezca siempre en equilibrio a lo largo y ancho del Universo, para lo cual, el hecho de que mi cuenta se mantenga estable en 0,00 euros es condición sine qua non. Es por esto que he decidido gastarme todo mi dinero en mi, y no ahorrar ni una perra gorda. CARPE DIEM.

Besos en las ingles.

lunes, octubre 09, 2006

El milagro

La semana pasada ha sido horribilis de principio a fin. La carga de trabajo a la que me ví sometido tomó tales tintes dramáticos que los tuppers de la comida se fueron quedando día tras día amontonados en la nevera, porque no había tiempo de comer... La verdad es que a eso del jueves ya me empezó a dar vergüenza que la gente empezase a comentar que había un tupper con moho en la nevera desde hacía tres días.

Además, mi querida contractura mutó en un dolor intenso e indeterminado que me paralizó el brazo, con lo cual me ´ví obligado a tener que teclear prácticamente con un dedo (cuando yo siempre uso dos, los dos índices). En fin, un horror.

El viernes, que tenía yo unas ganas locas de salir de marcha, emborracharme y follármelo todo, acabé en casa de Claudio viendo unos reportajes sobre cine porno y colándome en su cama a las dos de la mañana muerto del cansancio. Claudio no daba creditito al ver como, sin preguntar ni nada, le hacía la tres catorce, y me metía entre sus sábanas a estreno para ponerme a roncar como una locomotora a los 30 segundos. El pobrecito no pudo pegar ojo y tuvo que dormir en el sofá con unos auriculares puestos para intentar huir de los ruidos infernales que salían de mi garganta.

Cuando no pudo más se bajó a por churros y todo... Y yo cuando me levanté me los encontré ahí, delante mía... Claudio es un amor; le jodo la noche y el me trae churros... Qué arte...

Como colofón a la semana, recibí una triste noticia: una tía abuela mía había muerto. Yo no estaba muy seguro de quien era, la verdad, pero mi madre estaba muy afectada, y sus polluelos debíamos acompañarla en el trance. Conclusión: chúpate dos horas de cola en la estación de Atocha para sacar billetes del AVE a las 7:30 del domingo, que implica levantarse a las 6:00, que de todos es sabido que es una hora muy buena para empezar el día del Señor.

Como me tenía que levantar tan prontérrimo, solo me dio tiempo a pasarme un ratín por la fiesta I Aniversario JeNeSaisPop, pero fue suficiente para bailar desaforadamente con las pinchadas, magistrales por cierto, de Claudiopiscu y Farala.

El domingo estaba a las 9 y media de la mañana en Córdoba, con un sueño atroz, y un dolor de hombro inenarrable, pero cumpliendo con mi deber de hijo. Era una circunstancia especial, porque nunca antes había asitido a un funeral o un entierro; cuando era niño me mantenían al márgen, y más de mayor no se ha muerto nadie diréctamente relacionado conmigo. Toco madera.

Llegamos al tanatorio y allí fue la primera vez que miré a un muerto a la cara. No me impresionó. Lo que me impresionó es darme cuanta de que no tenía ni repajolera idea de quién era esa señora. Luego ya por conversaciones que iba oyendo me ubiqué un poco. Lo que ocurre es que yo soy un hijo no deseado (o bueno, no buscado, que es más políticamente correcto), y llegué muy a destiempo, con lo que tengo poco trato con mi familia no inmediata. A eso se le suma que las ocasiones de ver a mi familia materna han sido escasas. Y sobre todo esto hay que añadir mi habitual desinterés y pasotismo por todo, que es muy fuerte. Todo esto se resume en que estaba en el velatorio de una señora que no sabía quien era.

Cuando ya até cabos, caí en la cuenta de que a esa mujer la había visto unas dos veces en mi vida, pero que ya podía situar en el tiempo y en el espacio. ¡Qué alivio!

Después del tanatorio nos dirigimos a la misa de corpore insepulto que se celebraba como funeral. Aquí me ocurrió algo muy extraño.

Por un lado está el hecho de que a mí las misas me sientan como un frasco de Orfidal directamente inyectado en el cerebro. Por otro está mi total y absoluta falta de empatía social, que hace que me la suden las desgracias ajenas y que igualmente me resbalen sus alegrías, lo que me convierte técnicamente en un cabrón sin corazón. Pero misteriosamente este domingo en la iglesia se obró el milagro.

Mi madre salió al púlpito a leer la semblanza de su tía. Para los que no lo sepáis, como me ocurría a mi hasta ayer, una semblanza son esas palabritas que se dicen en los funerales y que resumen la vida del difunto. Pues bien, mi madre se puso a hablar, muy entera, y de repente se me empezó a formar un nudo en el estómago que derivó en un torrente de lágrimas. Oía a mi madre hablar sobre su tía, de algunas cosas que yo sabía y otras que desconocía por completo, y no podía parar de llorar.

Resulta que mi tía abuela se tiró postrada en una silla de ruedas al principio, en una cama al final, durante todo el tiempo que separó sus treinta años, edad en la que se quedó paralítica por una meningitis mal curada, de sus ochenta y siete, edad en las que dejaba este mundo. Yo sabía que estaba paralítica, pero no tenía ni idea que lo estaba desde hacía tanto tiempo... Luego me entero de que viajó a Lourdes a intentar que se obrara el milagro, pero que nada, que no se obró. Ella, en vez de desilusionarse, como hizo el resto de la familia (son todos profundamente religiosos, pero en plan bien, no en plan secta), les dijo a todos que por supuesto que se había obrado un milagro, distinto del que esperaban, pero igual de bueno, que consistía en la aceptación feliz de su enfermedad.

Y así vivió hasta el final, inmovilizada pero feliz, y dando cariño a todos los que la rodeaban y la cuidaban, en vez de convertirse en la típica vieja impedida amargada por su situación, que lo paga con la gente que la cuida, que es una cosa muy común, aunque comprensible por otra parte, lo que no quita importancia al hecho de que mi tía fuera precisamente lo contrario.

A vosotros esto os sonará a pastelada de folletín, pero a mi me ha dejado muy tocado la experiencia. Fui al entierro de una señora que me daba igual, y volví lamentando de corazón su muerte. ¿Será que ya no soy un hijoputa desalmado? ¿¿Se habrá obrado en mí otro milagro-milagro?? No os quiero comentar la llantina que me entró en el cementerio viendo las tumbas (había una de un bebé de dos mesecitos llena de sus peluches), y leyendo los epìtafios de los nichos. Había una lápida que me gustó especialmente. Era muy sencilla, de mármol negro, y aparte del nombre del fallecido, rezaba solamente siguiente cita de Juan Ramón Jiménez:

"Y yo me iré, y los pajaros seguirán cantando..."


Me quedo con esa frase. Hasta mañana. Besos en las ingles.

lunes, octubre 02, 2006

Las 10 series de mi vida. Segunda Parte

6. Farmacia de guardia

Pues sí, así es. Podéis ponerme a parir. Podéis sugerir que me he vuelto loco, pero la serie de Antonio Mercero por antonomasia (exceptuando por supuesto Verano Azul, que me pilló demasiado pequeño hasta la vigésimoprimera reposición) me tenía enganchado perdido. Y a vosotros también, no me contéis milongas. No me acuerdo cuando lo ponían (¿puede ser que fuera los miércoles?) pero sí sé que ahí estaba yo como un clavo en cuanto sonaba la sintonía de entrada. Quería que Concha Cuetos fuera mi madre, que Pili fuese mi hermana mayor e incluso me quería tirar un poco al camarero macarra del bar de enfrente. Además, una de mi cole salió en un capítulo y el gordo amigo de Guille era del colegio de al lado, con el que estábamos enemistados (y nos pegábamos y eso). Farmacia de Guardia se incluye en el grupo de los destacados por meter a alguna estrella invitada en cada capítulo vestido de pordiosero.

Os gustabaaaaaa. Os gustaba muchoooooo. Confesad perrillasssssssss...

7. Los Simpsons

Evidentemente, la que ha sido elegida mejor serie de animación de todos los tiempos no podía faltar en esta clasificación. He de reconocer que los primeros capítulos no me hacen mucha gracia, e incluso me ponen muy nervioso por la cutrez de los dibujos primigenios, pero en cuantito cogió carrerilla, esta serié despuntó la mires por donde la mires. Usuaria de un humor ácido como pocos, sin caer en lo zafio como South Park (que también me encantan, ¿eh?), en toda la duración de su programación ha tenido tiempo de dar un repaso a todos y cada uno de los clichés de la vida de una familia media americana. He llegado literalmente a llorar de risa con algún capítulo, sobre todo con los que tienen como protagonista a Montgomery Burns. Mi personaje favorito de la familia es Marge (que sí, que Homer es el mejor, pero es que siendo el personaje principal pues es difícil fijarte en los demás, que también lo merecen), que tiene unos puntazos muy, muy serios, y el hecho de que su pasado sea de adicta al juego le da un rollo muy guay. La familia amarilla de cuatro dedos puntúa alto por no dejar títere con cabeza.




8. 24

Mira que sólo he visto las tres primeras temporadas, y me quedan todavía dos (¿quién me las presta en DVD?), pero la serie protagonizada por Kiefer Sutherland aka Jack Bauer, ha sido, de lejos, la que más clavado en el sillón me ha tenido. La primera de las temporadas que ví (que por cierto fue la segunda, por lo que automáticamente me jodí yo solito el final de la primera), me tuvo, a mí y a mi amigo Yuu, con los ojos abiertos como platos desde el primer capítulo hasta el último, sin interrupción. 24 horas en tiempo real (bueno, 18, que no había anuncios). Sólo nos levantábamos para mear. Aún no he visto una serie de acción e intriga que consiga tener al espectador más pendiente que en esta. Yo no soy para nada de películas de tiros y explosiones, pero esta serie es otra cosa. La única pega que le veo es ese personaje ultraabsurdo y metido con calzador que es Kim Bauer. A ver si se la cargan o algo. 24 triunfa como mejor serie de acción por haber sido la inspiración para el juego de misterio y aventuras callejero que mis amigos me preparon por mi cumpleaños y que por supuesto yo protagonicé como Agente Especial Ann Bauer. Eso sí que tuvo arte. Además me recuerda mucho a mi experiencia Erasmus.



9. Queer as Folk

Vale. No es para nada la mejor serie de la Historia, pero esta es una clasificación de series que han marcado mi vida, y la incluyo porque me sale lapeparcoño. Con las historias y los personajes que rellenaban sus capítulos he llorado, me he reído, me he emocionado como una perra, y, sobre todo, me he visto asquerosamente reflejado. Es posible que esto me convierta en una marica de manual, pero qué le vamos a hacer, así por lo menos será más fácil entenderme.
Yo fui el adolescente insoportable que encarna Justin, yo fui/soy la zorra sin escrúpulos que representa Brian, yo busco el amor de mi vida como hace Mickey, yo me siento diferente como se siente Ted y a veces incluso me convierto en la loca de Emmet. Lesbiana no soy, pero viendo a Mel y a Lindsay me gustaría un poco. Si la serie trata un topicazo detrás de otro, que no digo que no, me declaro el tío más tópico sobre la faz de la tierra. Pero desde luego, tópica o no, esta serie aparte de hacerme disfrutar, me ha hecho reflexionar sobre bastantes cosas de mi vida. Queer as Folk me ha seducido por ser un retrato de mi persona multiplicado por cinco. Al lorito la cutrez de la cabecera.




10. Family Guy

Y hemos llegado a la décima, a la más actual de las series que me han robado el corazón. Family Guy es sencillamente la serie más bestia, salvaje, irreverente y graciosa que ha dado la televisión desde la creación de los Simpsons. La verdad es que hay veces que hasta he sentido un poco de remordimientos al reírme con algún chiste de mal gusto, pero chico, si me he reído con los chistes de Miguel Ángel Blanco no veo por qué no voy a poder hacerlo ahora. A los creadores de Family Guy (traducido como Padre de Familia) les da igual ocho que ochenta: que el capítulo va de SIDA, pues le cantan una canción de varietés a un enfermo en su cama que cuenta como lo que padece es un SIDA como una catedral, no un simple VIH. Y como esto todo. Concretamente ayer vi como dos tetrapléjicos mantenían relaciones sexuales tumbados en la cama con la silla de ruedas y todo gimiendo y diciéndose lo que se harían con el software de voz accionado por los movimientos de sus pulgares. Lo dicho: MUY JEVI. No podéis/debéis perdérosla (la ponen en la FOX). Family Guy se erige como serie del momento por haber conseguido que me mee de risa en los pantalones, en el sentido más literal de la expresión. De esta pongo un par de videos porque me gusta taaaaaanto, taaaaaaaanto... Eso es todo. Espero que alguno coincida conmigo.






Besos en las ingles.

viernes, septiembre 29, 2006

Las 10 series de mi vida

Evidentemente son muchas más de diez las series que me he tragado en mi vida, pero quiero aquí hacer una selección de las series que más me han marcado, desde niño hasta ahora, por una u otra razón. Están clasificadas por orden más o menos cronológico, no por orden de importancia. Estáis todos invitados a contar las vuestras.

1. Campeones

Yo soy maricón de toda la vida, desde que tengo uso de razón, desde mi más tierna infancia en la que me gustaban mucho más los profesores que las profesoras. Como tal, mi aversión al fútbol y derivados (y al deporte en general) no es un capricho, sino que pertenece a la impronta genética de cada una de mis células. No obstante, y seguramente influenciado por todos los demás niños, la serie Campeones me mantuvo enganchado y pegado al televisor capítulo a capítulo. No me perdía ni uno y todas las mañanas comentábamos la jugada en el cole, aunque el capítulo entero hubiese sido una imagen fija del balón en forma de pepino recorriendo los aproximadamente 40 kilómetros que debía medir el campo, a juzgar por la duración de las carreras de portería a portería.

Campeones era la argamasa que nos unía a todos, sin discriminación de edad, credo o condición sexual… Sobre todo me fascinaban las piruetas y acrobacias de las estrellas de cada equipo, y cada vez que jugaban un partido nuevo esperaba ansioso a ver qué es lo que hacía el otro equipo de especial… Era un poco como su superpoder… Recuerdo a los gemelos Derrick y su Catapulta Infernal, que venía a consistir en que uno se tumbaba y, usando sus piernas como resorte, lanzaba al otro a unos 300 metros de altura para que rematase de cabeza. Además, que cuando lo iban a hacer avisaban gritándolo a dúo: “CATAPULTA INFERNAAAAALLLLLLLL”. Campeones se clasifica en esta lista por ser lo único que ha hecho interesarme por el fútbol en toda mi vida.



2. Quinceañera

Esta es bastante probable que no la conozcáis, pero yo os explico. Yo tenía 10 años y mis hermanas unos 10 más de media y en esa época cogíamos Galavisión con la parabólica. Trasteando por ahí descubrimos una serie protagonizada por dos chicas muy guapas (una de ellas Thalía con 17 años; shit little parrot), que luchaban contra viento y marea para conseguir a su amor verdadero, que como en todo drama les estaba vedado. Ni que decir tiene que estábamos totalmente enganchados, De esta serie salieron frases tan maravillosas como “¡Sereno, morenooooo!” o “¿Quieres ser mi chambelán?”, todas ellas auténticas joyas del verbo hablado… Esta serie entra en el Top Ten por descubrirme el mundo de la telenovela mucho antes de que hiciera su aparición “Cristal” a la que por supuesto también me enganché (luego a La Dama de Rosa, y ya por fin me liberé del mundo de Jeannette Rodríguez y Grecia Colmenares).

3. MacGyver

Esta serie nos cautivó a todos y el que diga lo contrario miente. A ver, rápidamente, cantad la musiquita del programa… Veis, os acordáis todos… Somos la generación MacGyver. Ese hombre, capaz de reparar un helicóptero con una tirita y de escapar de Alcatraz armado únicamente con un clip provocó la admiración de niños y niñas de todo el mundo. Todos queríamos un padre como MacGyver. Y ese jefe con cara de cerdito que tenía… ¡Ay, qué recuerdos! MacGyver entra en el Hit Parade por razones evidentes.

Podéis ver los estilismos de otras temporadas en youtube (éste vídeo es de la séptima).


4. V (Visitantes)

Antes de que existiera el Diario de Ídem ya había legiones de seguidores de V. Esta serie marcó una época. Diana se erigió como la mala más mala de todos los tiempos (¿O ya existía Angela Channing?) y a todos nos causaba una mezcla de fascinación, libido y rechazo a partes iguales (Diana comía ratones y periquitos, y eso no molaba nada, no nos olvidemos). Supongo que si la viese ahora las caretas de látex me parecerían cutrérrimas, pero entonces flipaba con los efectos especiales.
A destacar lo mucho que empatizábamos todos con La Resistencia, y también la presencia de Robert Englund aka Freddy Krueger haciendo de malo-bueno, que es un perfil de personaje que ha sentado las bases para otros muchos, como por ejemplo los demonios de buen corazón de Embrujadas. Esta serie llega a mi cima personal por unir a toda la humanidad en contra de los lagartos invasores.



5. El coche fantástico

Tin tininín TÍN tininin, tin tininí ní NIIIIIIIII… ¡Qué fan era de esta serie, por Dior! Michael Knight a lomos de su deportivo negro Kit era la imagen de la sobremesa de los veranos. ¡Cómo deseaba yo un coche así!: tan completo, tan servicial... Hasta un poco psicólogo era el automóvil. En cuanto lo veía bajar por la rampa del camión en marcha ya me ponía a vibrar… Además, todos estábamos enamorados de la chica, que era un encanto de mujer… Por cierto, ¿a nadie más le parecía que Devon, el jefe, era clavadito a Michael Caine? Michael y Kit pertenecen al Olimpo de los dioses por haberme provocado tantas erecciones vespertinas.

Atentos a la voz en off de la intro.


El próxima día pongo las otras cinco. Besos en las ingles.

Posdata-Offtopicazo-total: Hoy he visto a una señora de la limpieza, con su uniforme blanco con rayitas azules y sus guantes de goma de fregar, lo típico. Lo que era un poco menos típico eran sus pendientazos y el pedazo de tacón de aguja que calzaba la mujer… De toda la vida el tacón de aguja es perfecto y comodísimo para fregotear y demás tareas de limpieza. Genio y figura. Y si no que se lo digan a Ana Obregón. Sexy-sexy.

miércoles, septiembre 27, 2006

Happy Birthday to... who?

Rrrrring... Rrrrrring... Rrrrring...

- ¿Sí?
- (Pronúnciese con tono y cadencia a lo Marilyn Monroe.) Happy birthday to you. Happy birthday to you. Happy birthday dear nombre-cariñoso-que-los-amigos-le-damos-a-Claudio. Happy birthday to you... ¡Felicidades maricón!
- Gracias...
- ¡Que ya eres mayor! Ay, mi niño, cómo crece...
- Jajajaja, sí, ya ves...
- Qué arte, tía, qué arte...
- Pues sí, la verdad es que tienes mucho arte cantando...
- Bueno, ¿y que tal la mañana?
- Jajajajajaja, pues muy bien, jajajajajaja...
- ¿Y de qué te ríes?
- ¿Yo?, ¿Quién eres?
- .......
- ¿Hola? Que quién eres...
- ¿?¿?¿?¿?¿?...................... ¡¡¡MIERDA!!!

¡Cling!

Esta conversación ha sido mantenida a las 14:00 horas del día de hoy. Por enésima vez he vuelto a equivocarme en el número; siempre que lo marco rápido y de memoria cambio el tercer dígito, que debería ser un 9, y marco un 7. Conclusión: hay una persona que cada dos o tres día recibe una llamada preguntando por Claudio.

Normalmente pido disculpas y ya está, aunque cada vez me siento más azorado porque soy consciente que siempre llamo a la misma persona, y que debe estar empezando a hartarse de la marica que pregunta por Claudio, pero lo de hoy ha sido muy fuerte.

Cuando me he dado cuenta que la voz no me sonaba realmente demasiado familiar se me ha ocurrido mirar el número marcado... Y efectivamente, mis peores sospechas se confirmaban: era un 7, no un 9. El corazón se me paró en seco. Una cosa es darle el coñazo periódicamente a este señor y otra cantarle el cumpleaños feliz con voz de putón.

¿Hola? Que quién eres... Mientras guardaba silencio pensando en qué demonios podía hacer, la cara se me iba transfigurando en una mezcla de pánico y de croqueta. De repente ví la luz y me di cuenta que por lo menos estaba llamando desde el teléfono del trabajo. De este modo no era posible que el sujeto relacionara esa llamada con voz voluptuosa con las del subnormal que le suele llamar siempre desde el mismo móvil... Solución: Ann, no des explicaciones. Cuelga inmediatamente.

Ufff, me he librado por los pelos de que el sujeto y sus amigos me llamen para reirse de mí los próximos tres meses. Verás como ya no me pasa más.

Al final me ha entrado la risa de lo ridículo de la situación y he llamado a Claudio, esta vez verificando cada número marcado.

- Claudio jajajajaja, tío jajajaja, no sabes lo que me ha pasado... Soy lo peor...

Besos en las ingles.

martes, septiembre 26, 2006

Pedos de curry

Hoy no me da tiempo a actualizar en condiciones, que tengo un cerro plancha.

Ayer se vinieron a cenar a casa Dookie, Claudio y Flat, y les preparé mis famosos espaguetis al curry, que están muy buenos pero que engordan muchísimo y son terriblemente indigestos. Como herví 300 kilos de pasta pues pudimos repetir cientos de veces y siguió sobrando. Luego intentamos ver otra vez lo de Ana Obregón pero no fuimos capaces y nos intentamos pasar a la de Mujeres, que nos la habían puesto guay, y resulta que es otro truño.

No sabemos si fueron los espaguetis o la serie de Ana Obregón pero ahora todo nos vamos por la pata abajo, y yo llevo toda la mañana tirándome pedos de curry, que huelen fastuosamente, pero para olerlos en soledad, no para regalárselos a tus compañeros de trabajo...

Y ya para acabar, hace unos minutos, las 300 ventanas de Excel que tenía abiertas y que por supuesto no había guardado se han ido a la mierda, con lo cual todo mi trabajo de hoy en estos momentos reposa en la basura. Creo que la culpa la tiene Ana Obregón, o Octavi Pujades, que ya está bien que salga en todas las series con el torso desnudo y con una camiseta de tirantes que le dura 30 segundos puesta. Octavi está desequilibrando mis chakras mucho últimamente. Octavi, vístete ¡Hombre ya!

Besos en las ingles.

lunes, septiembre 25, 2006

Noche en Blanco (satén)

El viernes estaba hecho un guiñapo, no obstante hice de tripas corazón y preferí no tirar toda la tarde a la basura echándome una clásica siesta de tres horas, así que me lancé a la calle según llegué de trabajar. Lo primero fue ir a pedir hora para sacarme la muela del juicio, que después de un año y medio de estar dando por culo intermitentemente ya está bien. Lo he ido posponiendo porque resulta que tengo el nervio facial muy cerca de la muela y si me la sacan corro el riesgo de perder sensibilidad en parte de la cara, lo cual me hace bastante poquita gracia, porque yo aprecio mucho la sensibilidad de mi cara de príncipe de cuento, y no me gusta la idea de tener que jugármela. Pero cuando de cada mes pasas una semana con las encía en carne viva y bien jodido de dolor pues los riesgos te parecen más asumibles. “Yo he venido a jugar, Jesús, me quedo con mi caja”.

Luego pasé a informarme sobre el estado de la operación de adquisición del trench, pero nada de nada por el momento, así que me regalé unas prendas de una tienda aledaña para quitarme el mal sabor de boca.Ya con mis bolsitas me fui al centro a ver a Claudio y a hacerme unos masajes, que mi espalda bien los vale y luego con Flat a la fiesta de Ali, que al final no fue fiesta ni fue nada porque estábamos todos aplatanados en el sofá. Aun así, disfrutamos de abundantes dosis de ensaladilla rusa, con bien de mayonesa, y otras ricas viandas con las que la anfitriona nos obsequió.

Tuvimos que irnos de allí muy pronto porque en El Naranja estaba Farala pinchando jitazo tras jitazo y nos apetecía mucho acompañarle. Bailamos mucho y gritamos más, consecuencia de lo cual yo me quedé sin voz para el resto del fin de semana. Cuando cerraron nos fuimos Flat, Claudio, Farala, Kaperuzo y yo rumbo a algún sitio más oscuro, pero Flat nos tuvo que abandonar porque al día siguiente asistía a una boda gayer con invitados también gayer muy modernos que confunden la modernez con el mal gusto y van vestidos de superestrella trash a los eventos de postín. Por supuesto, yo le prohibí a Flat cualquier atuendo distinto del traje y él me hizo caso. Hay que educar a Flat.

Claudio y Kaperuzo estaban un poco borrachos e iban dando la nota por la calle, cosa que a Farala y a mí no nos gustó nada. Ellos iban por delante haciendo mariconadas y nosotros por detrás poniéndonos a parir. Como Claudio imitando a Carmina Ordóñez dando gritos no es nada discreto pues llamó la atención de unos richars que nos empezaron a espetar entre risas “¡CHUECA, viva Chueca!, ¡chuequeros, chuequeros!” y Farala y yo empezamos a imaginar la paliza que nos iban a dar por invertidos.

Una vez en el Angel todo fue un poco lo de siempre. Lo único así reseñable fue que Claudio tuvo un momento de gloria jugando a “Alta Tensión”, dando golpes en la barra y diciendo “Uhmmm, solo 3 aciertos... pues no sé... Voy a cambiar ornitorrinco por marsupilami”. Todo el mundo le miraba, pero esta vez estuvo fenomenal (claro, que ya estábamos rodeados de chuequeros, y a los chuequeros les da igual que Claudio haga el maricón, sobre todo cuando tiene tanta gracia como tiene el niño).Por otro lado, la otra cosa impactante de la noche fue encontrar en una discoteca de osos a un caballero de mediana edad con una camisita entallada rosa y un pañuelito rosa también anudado al cuello y puesto así como de lado. Añade a eso un pelopeluca engominado hacia atrás, et voilá, tienes delante tuya a un auténtico mujeróóóóóóóóóóónnnnnnn. Farala y yo casi nos cagamos de risa viéndole bailar en la columna haciendo movimientos raros y antinaturales... La verdad es que me hice bastante fan de ese hombre. Yo quiero ser como él, y ser capaz de ignorar a los demás cuando sabes a ciencia cierta que la mitad de la disco se está meando de risa de ti... Hay que tenerlos cuadrados.

Farala y Kaperuzo se fueron, y Claudio empezó a desatarse más de lo debido así que decidí marcharme a mi casa. Por supuesto, y como no podía ser de otra forma, me tuve que volver a patita, porque si pretendo coger un taxi me pueden dar las navidades en Alberto Aguilera. Me volví bastante malito, y cagándome en mi mismo por salir de marcha cuando aún no me he recuperado.

El sábado me levanté bastante mareado y con cardenales en la espalda de la salvaje de la fisioterapeuta, pero me recompuse y me marché a tomar un café con Magneto, que después de la desagradable experiencia de Roma, ya era hora de comportarnos como personas normales y hablar con naturalidad. La verdad es que pasamos un rato muy agradable charlando de frivolidades y cosas más trascendentales, aunque yo la verdad es que le hubiera violado ahí mismo, pero me tuve que controlar, porque se ha echado una especie de algo con el que se casaba al día siguiente por un rito pop, con chapitas como alianzas y jurándose amor sobre la revista Cuore, y no seré yo el que se meta en el medio de una historia así, tan pura.

Y hablando de pura, llegó el Pura Vida, que es ese festival de nombre imposible cuyo único escenario se haya a escasos 6 metros de la pared de enfrente. Así que todos comodísimos bailando al ritmo de lo de Vive la Fête. Yo me sabía solo 2 canciones así que el resto del concierto lo canté poniendo moguitos y tagagueando lasss cansiones metiendo palabras acabadassss en ique.

Por alguna extraña razón siempre estábamos en lugar de paso y nos empezó a entrar complejo de glorieta con todo el mundo pasando a nuestro alrededor. Unas petardas se hicieron hueco haciendo como que quería cruzar la calle, pero misteriosamente quedaron bloqueadas justo en medio del escenario, así que Farala tuvo que ponerlas un poquito a parir, y la cabecilla de esa comitiva pop, que era como un armario, casi le arranca la cabeza. Las otras dos, que iban vestidas con los vestiditos que mis hermanas llevaban con cuatro años, se quedaron calladitas, porque ellas eran muy pizpiretas y no les iba la bronca.

Al rato se nos unieron Ponx y Vellen por un lado y Dwalks y Elza por otro, que por cierto estaban muy guapos (Ponx y Dwalks vestidos con el mismo rollo, si yo sabía que tenían que conectar...) Ponx nos sacó unos minis de la zona VIP y nosotros nos los bebimos muy a gusto, mientras él saludaba a absolutamente todo el mundo que pasaba por ahí, porque Ponx conoce y saluda a todo el mundo. Entre tanto saludo y charleta se nos pasó la hora de visitar la Bolsa, y viendo las colas que había para los demás edificios decidimos que le podían da por el culo a la cultura, y que nuestra noche si que iba a ser En Blanco total.

Después de que Farala se comiera DOS bocadillos de choliso-queso, nos fuimos al Elástico Flexiclub que la verdad es que está fenomenal. Según entrábamos el pincha empezó a encadenas temazo tras temazo y casi se nos dislocan las articulaciones de bailarlo y de gosarlo. La concentración de maricas y modernas era nada despreciable, tanto que llegamos a pensar que Dwalks era el único tío de verdad de la sala. Hastiado de tanta pluma me fui al baño y sin comerlo ni beberlo me vi envuelto en una especie de asamblea de maricas que se saldó con un teléfono en mi agenda que me sirve de pasaporte para entrar gratis al club a partir de ahora. Cómo molo, tíos.

Farala se fue y Dwalks y Elza se marcharon porque no me veían, así que me quedé un rato haciendo el canelo solo y luego... luego pasó algo que no necesitáis saber , y ya está

Ufff, esto me ha quedado eterno. Estoy tan harto de escribir que paso de repasar ortografía, de negritas, de cursivas y de formatos. Supongo que sabréis perdonarme. Hasta mañana.
Besos en las ingles.

jueves, septiembre 21, 2006

¡Qué poca vergüenza, Ana!

Ayer llegué a casa hecho una mierda. Tan hecho una mierda llegué que pasé totalmente de comerme un atasco extra sólo por ir al Often a por el trench-tan-bonito-que-haría-vuestros-sueños-realidad, y me fui directo a casa. En cuanto puse un pie en mi hogar me puse el pijama y, tras consultar mi correo y temas del estilo, me tiré en el sofá con la sana intención de dormirme con algo de telebasura de fondo.


Dormí casi tres horas y soñé con ascensos y cosas así, hasta que a las 22:00 h en punto abrí el ojo. Sí, me reloj biológico no habría permitido que me perdiese ni un minuto de esa gran serie que tanto tiempo llevábamos esperando: “Ellas y el sexo débil”. Aguanté un escaso cuarto de hora.

De verdad Ana, de corazón, ¿en qué coño estabas pensando cuando escribiste semejante bazofia?. No me intentes hacer creer que te inspiraste en Sexo en Nueva York, o en Mujeres desesperadas, porque no se parecen ni en los títulos de crédito. Tía, deberían sacrificarte por el bien de la humanidad. En serio, tendrías que morir en la silla eléctrica, qué digo, deberías autoinmolarte tú solita y liberarnos de tu insoportable existencia, porque lo que vi ayer no había por dónde cogerlo. Los guiones eran tan rematadamente malos (y ya digo que aguanté 15 minutos, así que la de perlas que me debí perder), que llegaron incluso a aniquilar el morbo que sentía por ver la serie. Sencillamente no pude más. Ya te vale, Ana, ya te vale.


Los actores son de una cutrez inenarrable, empezando por ti, Anita sexy-sexy. ¿Cómo tienes tan poca vergüenza de ponerte delante de una cámara siendo tan, tan, tan abominablemente negada para la interpretación?, ¿De verdad nadie te ha dicho que es inmoral quitar a alguna actriz de verdad la oportunidad de al menos darse a conocer aunque sea interpretando esa suerte de señoritinga ultraoperada salidorra que es Carla? Cuando pienso que es imposible que alguien se guste más a sí mismo que tú, vuelves con otra serie que me hace redefinir mentalmente el concepto de mirarse el ombligo. Qué pena, de verdad, que pena...


Y mucho menos horrendo que tú, y no obstante también terrorífico, nos encontramos a Luis Fernando Alvés. ¿Pero cómo consigue este hombre que le den papeles? ¡¡¡Pero si hace el mismo papel desde que el mundo es mundo, y encima rematadamente mal!! Porque María Barranco tres cuartos de lo mismo, pero por lo menos a veces tiene gracia la mujer. Ese tío es soso hasta decir basta ,y además de galán tiene lo mismito que yo, que es nada.


Cuando ya pensaba que había visto el colmo del horror y que la noche sólo podría empeorar si pusieran en la tele un video de mi propia muerte, la cosa se puso aún peor. Ana en persona nos contaba la de aventuras que le quedaban en el tintero, nos dejaba ver una pincelada de la insondable profundidad de los personajes (creado por ella, claro), nos ponía la miel en los labios con anticipos de los 1001 pseudopolvos de telenovela que nos quedan por ver, encabezados por cierto por ese ser repugnante y caricaturesco que es Julio José Iglesias (¿de verdad Ana pretendes tenerme pegado a la pantalla como semejante escena?) y por último, last but not least, nos enchufa unas tomas falsas carentes de cualquier viso de chiste o chascarrillo, que atentan directamente a la misma esencia de la toma falsa; las tomas falsas, querida Ana, tienen que tener gracia, porque si no son una MIERDA, y bastante mierda son ya las tomas buenas. Así que la próxima vez, si las tomas falsas que quieras poner no hacen gracia ni a tu mismo equipo, que las ha vivido, ahórranos la tortura y acaba antes el programa, por la salud mental de los pobres de espíritu que constituyen el target de esa nueva amenaza mundial que es el nuevo aborto de la Obregón.


Cuando empezaba a tener convulsiones y notaba como se avecinaba un ataque epiléptico provocado por mi propio subconsciente para que dejara de ver ese sacrilegio y evitar irreparables daños cerebrales, decidí cambiar de cadena y pasarme a Supermodelo 2006, que nunca lo había visto y me habían dicho por varias vías que era un programa fastuoso que no debía perderme.


La verdad es que es horroroso también, aunque le da mil vueltas a EYESD y tiene cierto encanto kitsch. Tengo que decir que unas cuantas de las modelos, independientemente de si son tontitas o no, para mi gusto eran muy monas y lo hacían bastante bien. Por otra parte, lo peor del programa, que de tan malo se convierte en cool (perdón, trendy), pero que de puro trendy vuelve a ser terrible, es Judit Mascó. Por favor, que alguien zarandee un poco a esa mujer a ver si se espabila. ¡Qué silencios!, ¡qué pausas dramáticas!, ¡qué forma de alargar frases sinsustancia hasta el infinito! Y además todo mirando al mismo sitio, sin importarle qué cámara tiene el piloto rojo en cada momento. En fin, al final va a resultar que ser modelo no te capacita automáticamente para desarrollar cualquier otro trabajo... Voy a decir a mi jefe que evite aceptar currícula de modelos, que cabría la posibilidad que no dieran el perfil de ingeniero...


Otro detalle que me impactó sobremanera fue la forma de nominar: el jurado se levanta uno a uno y va en silencio a la fila de modelos estáticas, y la que toque en el hombro se salva... Uhmmm, qué poquito recargada la ceremonia... No valía decir los nombres y ya está... Había que darle misterio... Ya puestos, podían salir los nombres de un cáliz de fuego, como en Harry Potter. Y lo más jevi es que los tíos no van directos a tocar a una, sino que hacen amagos, y dan pasitos adelante y atrás, así como para engañar a las modelos y al público... ¡Cómo son de pillastres! ¡qué juguetones! Resumiendo, es un programa lamentable, pero me lo voy a tragar.


Y aquí lo vamos a dejar hoy, que me están subiendo las fiebres y tengo mucho que hacer.


Besos en las ingles.

miércoles, septiembre 20, 2006

En el infierno suena música celta

Como la secretaria no quite inmediatamente la música celta con la que lleva martilleándonos toda la semana me voy a arrancar los ojos con una cuchara y a ella le voy a volar los sesos con una recortada. Así están las cosas. Que una cosa es ponerme flautas y gaitas un ratito y otra cosa intentar derretirme el cerebro con Carlos Nuñez o con Gwendal... Mujer, por lo menos pon a los Corrs...

Hoy todo mal. Me duele la espalda, me duele el pecho, me duele la garganta. Toso mogollón y también estornudo, y cada vez que lo hago es como si me clavaran un destornillador en las cervicales. Además me veo gordo, que anteayer comprando ropa tuve que pasar la humillación de decirle a Farala que me trajese una talla más, y mientras esperaba le oí comentar "Joder, sí que está jamono Ann... Vaya tallas". Y sí, la verdad es que en mis pantalones cabe Don Pinpón y esto no puede ser. Pues eso, que hoy todo mal.

Por otro lado, ayer fue un día de regalitos, y eso está mejor, así que en total mal, pero menos mal. Dove y Dew han vuelto de su eterno viaje a China y lo han hecho como los Reyes Magos de Oriente (¡Claro, los Reyes Magos vienen de oriente porque allí es todo baratísimo!). Aprovechándo que ayer era el cumpleaños de mi sobrino, vinieron con las sacas llenas y la noche se convirtió en una orgía de sedas y falsificaciones.

Trajeron miles de cosas, pero concretamente a mí me dieron una cajita lacada en negro muy mona llena de un kit con todo lo necesario para trazar ideogramas chinos con pincel, que es esa cosa que yo tanto hago en cuanto me queda un ratito libre. La verdad es que es más que probable que no la use jamás, pese a que algún ideograma sí que se hacer y me queda bastante aparente, pero mira, es bonita, decora un montón y queda fenomenal tenerla. ¿Y si de repente un día me levanto con unas ganas irrefrenables de pintar cosas chinas? Pues para ese caso hipotético tengo mi kit... Uff, que alivio, que tranquilo me quedo con las cosas bien atadas...

También me tocó una de las 3.482 falsificaciones de relojes de marca que han importado. El mío es un Porsche Design de garrafón, grande como una sartén y con la correa de caucho (por dentro imita el dibujo de un neumático). La verdad es que es bastante bonito pero un poco gigante y un poco tuning. Tiene muchas manecillas que no sé regular, bueno, en realidad ni siquera sé qué son, pero tampoco lo puedo mirar en las instrucciones porque como es más falso que un duro de madera pues viene con lo puesto, sin tan siquiera un triste prospecto en chino... En realidad, qué mas da. Si seguro que jamás voy a usar las otras ruedecitas, de la misma forma que no uso el 80% de las funciones de mi móvil superguay...

Recapitulando, que hoy no es mi día y necesito irme pronto de aquí antes de fenecer. Una vez haya descansado (y adquirido el trench que se me resistió anteayer) es posible que me reúna con Claudio y Farala para ver "Ellas y el sexo débil" (la versión personal de Sexo en Nueva York que generosamente nos regala esa visionaria que es Ana G. Obregón), que promete tanto que incluso va a desplazar mi desvirgamiento con Supermodelo 2006 a otro día, con lo que me apetece. Ahí es nada.

Besos en las ingles.

martes, septiembre 19, 2006

¿Fisioterapia o sadomasoquismo?

Llevo 27 años prescindiendo de los servicios de un fisioterapeuta y más o menos me ha ido bien, exceptuando alguna tortícolis feroz que sí que me ha atenazado alguna vez. Pero claro, durante todo este tiempo, ha ido creciendo una contractura en mi espalda que ya empezaba a alcanzar tamaños comparables al de un hermano siamés no nato.

Ayer ya el dolor era tan intenso que, tras aliviarme el alma con unas compras, decidí aliviarme también un poco el cuerpo y me planté en una clínica de fisioterapia. 20 euros por 35 minutos. Bueno, la verdad es que no tengo ni guarra de las tarifas de mercado pero tampoco me pareció caro, así que para dentro que me fui.

Me dio un poco de rabia que me tocase una mujer, porque aparte de las razones evidentes, pensaba yo que las manos de un hombretón me masajearían con muchos más bríos que los de una señorita dulce y delicada... Sí, mis ganas.

Cuando entré me sentí un poco cohibido, porque no había recibido ningún masaje antes, si dejamos a un lado los refrotes y cosquillitas que se hacen entre amigos, y no sabía si tenía que desnudarme totalmente, parcialmente o nada de nada. Yo por si acaso me quedé quietecito a esperar órdenes. "Quítate la camiseta". Ah pues mira, sólo la camiseta. Me voy a quitar también el cinturón para que no se me clave la hebilla. Bueno, y las zapatillas. (...) Bueno, pues va a ser que casi mejor las zapatillas me las dejo puestas..."

Esperé pacientemente tumbado en la camilla con mi cara en el agujero hasta que volvió la señorita (por cierto, que me gustaba pensar que la que me iba a hacer el masaje era Phoebe la de Friends... Como sólo le veía los pies...). Empezó a tocarme un lado de la espalda buscando bultos:

- Uff. Tienes la espalda hecha un desastre. Está como una piedra... ¿Hace cuanto no te das un masaje?
- Pues la verdad es que no me lo he dado jamás de los jamases...
- Vale, ahora lo entiendo. Pues es que tienes los músculos enredados y pegados unos a otros. Aquí hay bastante tarea.
- Ya... Oye, que es que donde me duele es en el otro lado de la espalda...
- Ah! Vale. A ver... Ostrás... Pues es que no tienes una contractura, tienes mogollón y gordas como puños... Esto te va a doler...
- Pues que le vamos a hacer. Dale sin miedo.
- No, mira, visto lo que tienes ahí te voy a dar un ratito con ultrasonidos para que te relajen y ablanden un poquito los músculos, que si no no voy a poderle meter mano siquiera.

A mí que me digan que van a usar tecnologías punteras en mi cuerpo me parece una cosa muy fenomenal y muy fastuosa, así que disfruté mucho con el aparatito sobre mi espalda y concentrándome en la banda sonora de "La vida es bella" que ambientaba la habitación. Cuando ya consideró que tenía los músculos más blanditos que un croissant recién hecho, empezó con el masaje propiemente dicho, y es ahí cuando empecé a flipar. Me dijo que no me iba a meter mucha caña, por ser la primera vez, que luego podía estar dolorido y tener agujetas. Pues menos mal.

La mujer alternaba 3 movimientos principalmente:
  1. Intentar atravesarme el cuello con los pulgares. Una especie de garrote vil artesanal.
  2. Tocar el contrabajo con mis fibras musculares.
  3. Torturar mis hombros con la saña que pondría si yo hubiese violado y matado a su madre.
Yo intentaba hacerme el macho y no quejarme, pero se me estaban saltando las lágrimas. Cuando pasaba los dedos por mi espalda yo notaba los bultos como si ésta fuese una tabla de lavar la ropa a mano de las que usaban nuestras abuelas. Y en cada bulto ella se cebaba como si estuviese machacando ajos en un mortero... Qué poquito tenía eso que ver con mi idea de un masaje relajante...

Llegó un momento que se me calentó el músculo y empecé a sufrir menos, pero de repente un dolor sordo cada vez más insoportable empezó a crecer en el otro lado de la espalda:

- Oye, perdona. ¿Me puedes mirar un momento en el otro lado? Es que dentro de poco no voy a poder respirar.
- Buenooooo, si es que tienes de pena el trapecio y los intervertebrales, y los...
- ¿Y qué hago? ¿Debería suicidarme y acabar de una vez con esto? Es que esto me huele a muchas sesiones y mucha panoja...
- Bueno. Tú verás. Por lo pronto mañana no puedes venir, que tienes que dejar pasar un día por lo menos... Te voy a poner ahora unos infrarrojos para que se te caliente la zona y te alivie un poco...

Los infrarrojos me calentaron la zona y no me aliviaron nada. En vez de eso lo que hicieron es que tomara conciencia de cada uno de los bultos y los notase palpitar al ritmo de mi pulso cardíaco...

- ¡Oye! ¡Que me muero! ¡Que hagas algo! (Joder, y pensar que estoy pagando por sufrir...)
- Vale, vale. Ya te echo una loción apestosa y ya vienes otro día.
- Sí, mejor... ¿Cuanto cuesta un bono de 10 sesiones?

Salí de ayer doliéndome todo tanto o más que cuando entré, pero supongo que 27 años de acumulación de tensiones no se quitan en una paliza de 35 minutos. Creo que me quedan aún unas buenas hostias antes de que me me deshagan el cristo de la espalda, así que supongo que en un par de meses seré adicto a este tema... Lo que me faltaba.
Besos en las ingles.

lunes, septiembre 18, 2006

Pescar con caña

Hoy vamos a hablar de productos estafa. O más que productos estafa, publicidad estafa. O más que publicidad estafa, que implicaría que es mentira y por tanto denunciable, publicidad engañabobos y soberana tomadura de pelo.

El producto cuya publicidad últimamente me saca más de quicio es el de Bonito del Norte Ortiz. El anuncio muestra viejos y delicados artesanos que manufacturan productos que hace tiempo que entraron en el mundo de la producción en cadena, lo que inevitablemente condena sus servicios a la desaparición. Vemos boteros, sopladores de vidrio, encajeras, calafates... Hasta ahí todo perfecto, porque no cabe duda que un encaje va a ser más exquisito cuanto más amor y tiempo le dedique el/la creador/a. Mi crispación viene cuando de repente se marcan que el bonito del norte Ortiz es artesano porque se pesca con caña... ¿¿¿Pero que me ejjjjtás contando???, ¿Y qué? Pues si lo pescáis con caña más tontos que sois, porque mira que hay que ser palurdo para, a estas alturas de la Historia, perder el tiempo en pescar con caña existiendo redes (no las de deriva, que no quiero que se me eche encima Greenpeace). ¿Cuál es la razón, oculta a mis ojos, que hace que un atún esté más rico si lo pescas con un anzuelo en vez de con una red? Vamos, es que va a estar igual de rico, de fresco y de todo tanto si lo haces de un modo o de otro. Como si te da por intentar pescarlo atrayéndolo con tu canto de sirena de sirena hasta tus manos y asfixiándolo sellando sus branquias con silicona... Lo que hay que oír. Pescando con caña lo único que haces es encarecer el producto por tener que pagar más mano de obra. Y punto pelota. Sólo les ha faltado decir que una comunidad de monjitas ursulinas ciegas cierran las latas a mano con su dedos artríticos, para darle un toque más artesanal, y que por eso Ortiz vale el triple que Calvo o Isabel. Pero qué morro, madre mía... Voy a llamar a Burger King y a decirles que empiecen a publicitar que las parillas en las que hacen sus hamburguesas se encienden siempre con el fuego que prendió una doncella vírgen frotando dos palitos bajo la luz de la luna hace 200 años, y que aún se mantiene encendido, como el fuego olímpico. Todo el mundo sabe que las hamburguesas así están más ricas que si se enciende el fuego con cerillas.
Otro que nos quiere vender la moto es Don Simón, con su zumo de naranja que no proviene de concentrado de zumo, como hace Granini, dicen. ¿Y se puede saber qué mas da? Al concentrar el zumo lo único que haces es eliminar un porcentaje de agua, no transformar el néctar en agua de fregar los platos. Luego le añades el agua otra vez y todos felices, siempre y cuando todo el proceso de evaporación y concentrado se haga en condiciones adecuadas. Otra colleja para Don Simón, y los gastos de tranporte innecesarios por mover agua de un lado a otro como si fuese zumo.

Siguiendo en la línea de los productos alimenticios, debemos pararnos en la zafiedad de las galletas Cuétara y su Factor Plus. ¿Qué demonios es el factor plus y qué hace? ¿Se puede tener tanto rostro como para soltarlo en el anuncio y quedarse tan pancho?. "No, mira, es que nosotros llamamos Factor Plus al colesterol, y nuestras galletas tienen mucho Factor Plus" No dudo que el susodicho factor sea una molécula revolucionaria que haga maravillas con el sistema circulatorio de sus consumidores, pero señores míos, así no se vende el producto, que no nos chupamos el dedo. Si al menos fuese Factor X... Este punto se hace extensible a todos los productos con un componente misterioso en su composición (El tonalín de Central Lechera Asturiana, se me ocurre por ejemplo. Lleva tonalín, pues vale).

Ahora que nombro una marca de leche, no puedo evitar acordarme de el anuncio de leche Pascual Calcio (un poco antiguo este), cuyo calcio procede de la leche y no de otras fuentes. Esta idea la ilustran vertiendo leche fresquísima y blanquísima en una placa Petri de laboratorio, y unas escamas de cal reseca en otra. Efectivamente, la leche y la cal viva son cosas distintas, y los efectos de su ingesta más distintos aún (no se recomienda hacer la prueba en casa sin la supervisión de un adulto), pero el calcio presente en ambos es EL MISMO. Sí, señores de Pascual, el mismito. Idéntico. No intenten hacerme creer que las leches enriquecidas en calcio de otras marcas llevan cal o mármol rallado, porque no cuela. Así que un anuncio muy efectista, desde luego, pero vacío y engañabobos de todas todas.

Evidentemente, en este caso del calcio, como en muchos otros, el hecho de que la gran mayoría de la gente no tenga conocimientos de química o de otros aspectos científicos (algo absolutamente normal, faltaría más), es una mina para que los anunciantes se forren a base de vender humo, pero por lo menos a los que este tema no nos es tan ajeno pues nos produce un efecto que no se sabe si es mucha risa o mucha indignación. Tal es el caso de el Kalia oxi-action.

El Kalia oxi-action, para empezar, contiene "microcrystals" . ¿¿¿Ein???, ¿¿¿Microcrystals??? Por favor, ¿qué coño son microcrystals? Supongo que os referís a cristales microscópicos, o microcristales, pero ¿de qué?. Yo cuando oí esto ya me puse alerta para ver con qué tomadura de pelo me venían a continuación, y por supuesto no me defraudaron. Cuando metieron la camisa con las manchas de ketchup y de picotas (así como rojitas), una especie de reloj mágico giró en la pantalla, con su cambio de plano incluído, y la camisa salió impoluta... A ver, ya no me meto con que la segunda camisa sea claramente diferente de la primera (una es gris perla y la otra blanca nuclear), que es una cosa tan evidente que ya no engañan a nadie. Lo me me exasperó es ver que encima le daban el golpe de efecto de echar una botella de yodo en el agua de lavado. Por favor, que ese truquito es de química de segundo de B.U.P., que digo, ¡de Cheminova! Vale que el común de los mortales no saben de reacciones redox, pero tíos, qué morrazo le echáis, de verdad. No me voy a meter a explicar en qué consiste el engaño porque tampoco quiero ir de friki, pero hacedme caso que los fuegos artificiales de la botella de yodo son de lo más zafio que he visto en mucho tiempo.

Podría enrollarme eternamente con este asunto, pero creo que con los ejemplos que he dado, mi tesis queda más o menos clara. Y estos son los engaños de los que me doy cuenta yo por mi formación, que luego habrá otros mil que por ignorancia en otros temas me la metan sin vaselina, como por ejemplo los créditos express esos de Cofidis y demás, que supongo que te cobraran unos intereses desorbitados, pero no puedo asegurarlo. Os dejo a vosotros que me alertéis sobre ellos para protegerme de ladrones y chupatintas.

Besos en las ingles y hasta mañana.

jueves, septiembre 14, 2006

¿No hueles raro?

Hoy en el descanso del café, charlando con los compañeros del trabajo me han dicho que hablo poco. ¿Hablar poco yo? ¡Pero si soy una cotorra con verborrea que no se calla ni debajo del agua! Si además hablo tan rápido que a veces se me traban las palabras y me salen a borbotones. Estos tíos flipan... Luego lo he pensado mejor y me he dado cuenta de que es verdad que en el trabajo tampoco es que saque el té y las pastas a la primera de cambio. Hago algún chiste, le tiro pelotillas de papel arrugado a Jota, que le tengo enfrente, hablo por teléfono de cuando en cuando, pero la verdad es que tampoco es que sea una maruja. De hecho soy más bien formal.

Por otro lado, como a veces me confundo y desayuno con café descafeinado, hay días que me caigo de sueño, y si tengo sueño no hablo. Y si me hablas cuando tengo sueño es posible que no te conteste o me cague en tu puta madre... Entonces todo encaja. Hablo poco.

Además de hablar poco, el estado de durmevela en el que a veces me hallo me provoca un efecto secundario bastante peculiar: una semierección. Hablando en plata, si tengo sueño se me pone entre morcillona y como una piedra. Y es francamente incómodo, porque si tardo dos horas en espabilarme, son dos horas las que me paso intentando esconder la polla entre las piernas, lo que externamente podría interpretarse como un continuo refrote de genitales, y queda feo.

Hoy he venido a trabajar con sueño, por un lado porque ha sido uno de esos días que me tomo el café que ya está preparado y que siempre resulta ser descafeinado (no aprenderé...). Por el otro lado, me acosté tardecillo ayer, porque tuve que ir a casa de Claudio a las 11 de la noche a recoger mi traje que llevaba metido en una bolsa desde el sábado con la fiesta de la Patata, ya que Claudio tuvo el precioso detalle de no colgarlo en una percha, y que ahora luce una apariencia muy texturizada que es muy moda y está fenomenal...

En realidad el traje me daba igual. Sabía que ya iba a estar como el papel pinocho y daba igual que se tirase un mes más hecho un burruño porque acabaría en la tintorería de todos modos. Lo importante es que tenía que recoger los gemelos, que eran de mi padre, y que aunque por supuesto no los necesitaba en absoluto, estuvo dando el coñazo con lo muchísimo que le hacían falta hasta que me tocó los cojones y me volví a vestir para recogerlos e insertárselos por el culo. Pero claro, llega uno a casa de Claudio, se come un sándwich de Nocilla, y todo el mundo sabe que se acaba visitando la hora feliz del HOT. Total, que al final me acosté bastante tarde, y por cierto, me dejé los gemelos encima de la mesa de comedor de Claudio. Tres hurras por mí.

Yendo a por el coche para volver a casa empezó a oler raro.

- Claudio, te has tirado un pedete, ¿no?
- Pues no, yo no me tiro pedos.
- Ya, pero es que huele a pedo, yo no he sido y estamos solos.
- Pues yo tampoco.
- Pues es verdad, porque si hubieses sido tú te estarías riendo...

Porque sí, amigos, cuando te tiras un pedo solo hay dos opciones:

A) No tienes confianza con los presentes: Disimulas de mala manera y te mueves rápidamente de un lado a otro para dispersar el olor, y, si bien no hacerlo desaparecer porque es imposible, si difuminar su posible lugar de origen para no levantar sospechas. "Sí, sí, tenéis razón, huele raro, mal, como a pedo..."

B) Tienes confianza con los presentes. Te reprimes la risa de mala manera hasta que el hedor impacta con fuerza en las pituitarias de tus amigos, momento en el que estallas de risa cuando ves la mueca de horror que aparece en su rostro. Es más divertido si ocurre en un coche. Es aún más divertido si Claudio va en el coche, porque le dan arcadas reales.

En fin, que al final llegué a casa y me conecté una poquita al messenger. Tuve mi enésima bronca surrealista con Mockba y se me inflaron los cojones y le mandé a tomar por saco. De este tema no teneis ni idea porque nunca he hablado de Mockba, pero no necesitais saber más porque ahora debe estar friendo las gárgaras que le pedí ayer. Que le aguanten en Moscú, si es que pueden. !Y ya está, Juanjo!

Besos en las ingles.

miércoles, septiembre 13, 2006

Los novios instantáneos

Ayer camino de la parada del autobús me encontré una curiosa estampa: una pareja de recién casados chinos sentados en una escalera. Así dicho tampoco parece algo demasiado bizarro, pero si lo pensais un poco sí que lo es.

Un novio y una novia, chinos de la mismísima China mandarina, vestidos de novios occidentales pero con muchos encajes, muchas volutas y muchos destellos, sentados en los escalones de una de las entradas al parque de El Retiro. Evidentemente habían estado allí haciéndose el reportaje fotográfico entre los pajarillos y los capullos en flor de La Rosaleda, y eso es muy normal. Lo extraño es que estaban absolutamente solos. Los dos con cara de aburridos, y sin hablarse entre ellos, ni dedicarse una mala sonrisa o mirada cómplice de "Tía, Xian Go, que nos hemos casado, tíaaaaaaaaa, que fuelllllllllllllllllllllllllllteeeee", "Ya, Li Chang, es suuuupelfuellllllllte! Y encima en España!!!". Nada de nada.

Por supuesto, todo el tiempo que tardo en llegar el bus (petado por cierto), me lo pasé observando a la atípica pareja de esposos aburridos. ¿¿¿Por qué estaban sólos??? ¿Dónde estaban sus familias?, ¿Y sus amigos? ¿El fotógrafo por lo menos? Es que estar colgado el día de tu boda es un poco triste, aunque la causa sea que estás esperando a que pase un coche o una calesa a recogerte y llevarte al banquete a base de loyito plimavela y aloz tles delisia. ¿No ha podido nadie quedarse con ellos para entrenerles? Desde luego, a la vista de la conversación inexistente que tenían, ya podía haberse quedado algún alma caritativa de entre los invitados para hacerles unos juegos de magia o unos malabares... A lo mejor se acababan de conocer el día de antes y era un matrimonio de conveniencia... ¿Serían novios instantáneos?

En fin, que al final llegó el autobús y dejé a los chinos que resolvieran sus problemas chinos ellos solitos. El motivo de ir hacia el centro era recoger a Flat e ir a ver a Michelino, mi ex-compañero de piso de Copenhague, que está en España unas semanitas, y me hace muchísima ilusión volverle a ver, porque es para comérselo.

Previamente al encuentro me tomé unas cervezuelas con Flat en el HOT para aclarar algunos asuntos pendientes desde hacía tiempo, fruto de las peculiaridades de estos dos últimos meses. Lo arreglamos todo en seguida y lo celebramos con una bolsa de medio kilo de pipas Tijuana, que son maravillosas y que cuando te encuentras una con un grumo-de-sabor-concentrado pegado a la cáscara es como tocar el cielo.

Michelino estaba exactamente igual que hace un año, un pelín más delgado si acaso, pero igual de encantador. Bueno, también está un poquito más gayi, pero eso es normal teniendo en cuenta que todo lo que le rodea últimamente tiene tintes homosexuales. En cualquier caso, él erre que erre con que está feliz con su novia y no quiere probar con hombres, aunque le insistamos en que le va a gustar...

La reunión fue un éxito, y fue la primera vez desde hace 13 meses que los Caballeros de la Casa de Amager y su doncella Flat Eric se juntaban al completo otra vez... Fue un poco emocionante... Como si reunieras a toda la plantilla de Verano Azul ahora... Sniff. Hicimos foto y todo para acreditar el momento.

En fin, que voy a parar ya, que el plato de judías pintas con arroz, el muslo de pollo con patatas, el pan, la tarta de frutas del bosque, y la lata de coca-cola que me acabo de jalar me están haciendo un poco de efecto somnífero y ya no veo las letras (hoy he comido con gente, ¡yupi!)