Hoy hay varios temas y varias cosas que tratar, todos absolutamente independientes unos de otros e igualmente sin interés real alguno, como siempre. Pero vamos por partes.
Se me olvido comentar que en el Plan Travesti la Jorja se volvió loca del coño una vez más (porque a ella le gusta más ir de transgresora que a un tonto un lápiz) y nos hizo un simulacro de parto de Leonor. En la susodicha performance, hacía una cesárea a una travesti despatarrada sobre una camilla y sacaba de su vientre varios kilos de higadillos y demás vísceras, las cuales arrojaba luego con Gran Fuerza (de Astrud) hacia el público. Y cuando digo gran fuerza me refiero a que lanzaba los pedazos como misiles (no olvidemos que La Jorja en realidad es un tío hecho y derecho, con gran masa corporal). A mi impactó un trozo de hígado en el mismo centro de mi plexo solar, y casi me hunde el esternón y dos costillas, pero resulta que a otro asistente le dio en el ojo que casi se lo revienta y se le hinchó y todo. Consecuencia, la marica hinchada y sus amigas manchadas de sangre de pollo con gripe aviar se rebotaron y al día siguiente presentaron una denuncia en la comisaría contra la fiesta y sus organizatrices. Vamos, que se lió parda.
El jueves quedamos Flat y yo para ver Gran Hermano en casa de Claudio mientras devorábamos viandas. Nuestro primer Cenapiscu, vamos. Os podeis imaginar que nuestra decepción fue grande cuando nos enteramos que la gala se posponía al día siguiente. No obstante esa tontería no nos iba a quitar de zamparnos su tortilla de patatas. Yo llegué antes, porque Flat tenía unos asuntos que solucionar previamente) y con la lengua suelta por el vinito que nos tomamos le conté mi vida en verso a Clod. El pobre debió flipar bastante con mis paranoias y psicopatías galopantes, pero la verdad es que fue una oreja ejemplar y un gran psicólogo. Por supuesto hubo reciprocidad y el me contó también cositas, por lo que pude confirmar que Claudio está casi tan enfermo mental como yo, cosa que me tranquilizó mucho. Al final estuvimos de acuerdo en que ambos íbamos a morir solos.
Por fin llegó Flat y nos pusimos a comernos todo. Flat venía con la milonga de que sólo iba a comer arroz hervido, porque su estómago se había declarado en huelga, pero ya nos vamos conociendo y todos sabíamos que ese arroz acabaría regado en tomate frito, y media tortilla en su estómago, como finalmente sucedió. Por cierto, que estamos muy a favor de la tortilla de Piscu, que aunque la cebolla estaba un poco cruda nos triunfó bastante. Claudio es un gran partido. Queridos lectores, ligaos a Claudio.
El fin de semana en general ha sido raro, con muchas cosas que hacer y sin hacer ninguna bien. Recoger a gente en el aeropuerto, cenar a toda prisa, asistir a los últimos minutos del Pinchamiento de Farala versión Beta, conocer fugazmente a Would, ver la nueva pedazodecasa de Poncho, cenar fatal, y muchas más cosas que no relato porque estoya harrrrrrto de escribir.
Cambiando de tema, mi asistenta me acaba de comentar que la cartera (la mujer que trae las cartas certificadas) le tira los tejos.
- Hola! - le dice mientras le entrega el paquete - ¿Qué tal andas?
- Pues muy bien
- No, si ya lo veo que estás muy bien
- Je
- Pues me firmas aquí. El nombre ya te lo he puesto, pero tu DNI no me lo sé...
(Pepi flipa cuando comprueba que es cierto que se sabe su nombre de memoria)
- Ahmmmm
- Pues nada, guapa, que sigas tan bien. Ya nos vemos pronto...
Y eso, que otra más. Y es que Pepi está tan de buen ver y tan buenorra que despierta pasiones entre todos los repartidores que aparecen por casa, que la llaman cariño y tal. Pepi es mucha Pepi.
Por último os tengo que comentar que ayer fuimos al cine a ver Match Point en versión original subtitulada, pero como los frikis y perrofláuticos que asaltan los Cines Ideal los domingos por la tarde son numerosos, no fue suficiente con llegar una hora antes a sacar la entrada. Todo agotado. Al final, y después de bastantes discusiones me salí con la mía y acabamos viendo Una Historia de Violencia, Flat, la Chocho y servidor, y la verdad es que a mi me encantó. Me gustaron los personajes que eran muy creíbles (la niña no, a la niña que la quemen) y sobre todo me gustó (o más bien me dio que pensar) notar en mis vísceras el placer de ver que se hacía justicia a ostias (no cuento nada para no spoilear). Supongo que esa era la intención de Cronenberg, hacer ver al espectador que dentro de cada uno de nosotros se esconde un secreto disfrute por la venganza violenta. Bueno, que un peliculón-peliculón, y que vayáis a verla.
Eso es todo por hoy. Mañana más. Besos en las ingles.
P.D: Qué pequeño es el mundo... Quien sabe que extraña relación puede unir nuestras vidas, querido lector... Los caminos del señor son inescrutables.. Y Would está como un queso!!!
lunes, noviembre 07, 2005
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