Hoy me ha llamado el chileno para quedar. Ni siquiera he intentado hacerme el duro porque me sale de pena. Así que cuando salga del laboratorio, si algún día salgo de aquí, quedaré con él a ver que pasa. No tengo muchas esperanzas pero bueno. Como no puedo jugarme todas mis cartas a un solo chileno, pues he decido abrir más frentes, aunque en realidad no ha ido todo como yo esperaba.
El caso es que el único que me motiva un poco de mi laboratorio es un tío que se llama Anis, que ni siquiera es guapo pero a mí me gusta mucho. Cuando le conocí pensé que era griego porque tiene cara de griego y el nombre me sonaba también muy griego, pero resulta que no. En una de mis visitas a la cocina del departamento para echarme un cigarrito me encontré que estaba Anis con más gente del departamento hablando y echándose unas risas. Yo como aún no hablo con nadie pues decidí quedarme callado con mi cigarro a una distancia suficientemente larga para no meter la nariz en su conversación descaradamente pero suficientemente corta para enterarme de todo y estar a tiro de una posible invitación a unirme a ella. Bueno, la invitación nunca llegó, pero al menos averigüé que no es griego sino sirio. Claro, en ese momento me volví loco, porque a mí el rollo moro-arábico me pone a mil. Es un poco absurdo porque no le creció turbante ni chilaba al decir su procedencia, se quedó exactamente igual que estaba, pero a yo ya no podia abstraerme de su morez y si antes me gustaba, ahora más. No me preguntéis por qué. Esto ocurrió la semana pasada pero hoy me decidí a dar el paso.
El tío es bastante majo y habla con todo el mundo. Por supuesto que si le hubiera hablado hace tiempo pues ya llevaría semanas con un amigo en el departamento, pero todos sabemos que cuando te gusta alguien no puedes hablar con naturalidad. El caso es que hoy, aprovechando que se encontraba indefenso en el fregadero lavando instrumental me lance a por él con el típico: “Tu nombre parece griego… eres griego?” Patético, lo sé, pero es que yo ligando soy de dar vergüenza, a menos que lleve unas copas encima, que también doy vergüenza, pero yo no la noto. Bueno el caso que el tío encantador se ha puesto a charlar conmigo y a contarme su vida y todo muy bien… Hasta que me ha contado cómo les trataban en Siria cuando iba con su ex-novia. Mira que yo soy bastante patán con el tema del sexto sentido para localizar gays entre la masa, pero con éste me daba el pálpito totalmente. En fin, que seguro que no me van a dar trabajo de sacador de armarios.
Cuando ya me he enterado de por dónde soplaba el viento, he quitado la pose de ligar y ya la conversación ha sido menos tensa, por lo menos para mí, porque él estaba encantado desde el principio. Incluso me ha dicho que mañana me trae información para que me den una beca del gobierno danés por mi cara bonita. Qué majo. No habrá cama pero por lo menos ya sé quién me va a entretener entre extracción y extracción de muestras. Mi nuevo amigo-colega Anis Arnous de Siria. Qué bien queda tener un amigo sirio que se llame así.
En cualquier caso, visto que había que abortar la Operación Sirio, mi cabeza ha puesto rápidamente el radar en modo ON para buscar nuevos objetivos (Ha sido realmente mi cabeza?), y no he tardado ni 10 minutos porque he encontrado un hindú que me tira también bastante y que creo que hay posibilidades. Cruzo los dedos para que mi sexto sentido atrofiado se espabile un poquito.
Nada más. Solo comentar que en la cocina del departamento hay una máquina o algo así que hace un ruido rítmico y monótono que se parece un huevo al sonido de una respiración, pero de respiración chunga en plan Darth Vader, así que os podeis imaginar el cague que da qudarse solo en el laboratorio de noche con ese ruido infernal acechándote. Tengo mieeeedo Emiiiiilio.
miércoles, abril 06, 2005
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