Se me va un poco la olla y me da casi una semana sin actualizar. En estos momentos la chimenea del Vaticano vomita humo blanco como la leche. Habemus Papam. Todavía no se sabe quién es y yo estoy con el corazón en un puño.
Es que este fin de semana bautizan a mi sobrino, o sea que me toca ir a misa, y claro, tengo que estar al tanto de estas cosas, porque voy a ser el padrino, y como guardián de su fé, la identidad del nuevo Papa me inquieta un poco. Es curioso, yo no tenía ni pajolera idea de lo que significaba ser padrino en un bautizo. Yo pensaba que la madrina y el padrino eran los encargados de ocuparse del niño en caso de que a los padres les pasara algo, y resulta que no. La misión del padrino es ser guardián de la fé del niño, o sea explicarle las cosas relativas al tema y cuidar de que el niño cumpla con los mandatos de la que es santa, católica y apostólica... Pues conmigo el pobre va listo porque estoy más descarriado que la oveja Dolly. Ya ni siquiera me acuerdo del Padrenuestro. Y a mi hermana Paloma, que será la madrina, le pasa un poco lo mismo, así que tendremos que mentir como bellacos y decir que sí, que la fé del churumbel está en buenas manos, porque a mí no me quita el padrinazgo ni el mismísimo Papa Incógnita. De hecho, de buena me he librado estando de Erasmus, porque se supone que tenía que haber ido nosecuántos sábados a catequesis para irme preparando, y la cara de pan que se me iba a quedar cuando el cura me preguntara por mis estrategias de gestión de la fé del niño iba a ser de órdago... Menos mal que Paloma es muy eficiente y ya se ha encargado de acumular fe para nosotros dos e incluso a hecho las compras de rigor ella solita. Muy bien Palomino!
Cambiando de tema, han estado esta semana en tierras danesas el Clan de los Biolocos, que son los compañeros de Flat de la universidad y que han sido todo un descubrimiento, porque además de estar muy buenos/as son un derroche de simpatía, arte y saber estar, como diría Jose Luis Moreno (esa garra, esa fuerza...) . No les he visto demasiado, pero lo que les he visto muy bien, muy bien. Se lo recomiendo a todo el mundo. Ponga un bioloco en su vida (o dos).
Este finde semana no ha sido demasiado destroyer y nos hemos ido a casa a horas prudenciales para aprovechar un poco el día. El viernes me encontré con el gallego. Un poco fuerte lo de Isaac con su botellita de vodka con agua, así en plan machirulo, metida en el abrigo. Es muy alcohólico ese hombre, pero bueno, es su hígado y puede hacer con el lo que quiera. Y en mi pelo mando yo.
En cualquier caso me ha dicho que me va a llevar a ver una cámara muy rara donde se hacen experimentos de acústica que se llama Cámara Anecoica (me encanta el nombre). La susodicha consiste en un cubo enorme forrado por dentro como por hueveras de madera. Se anda por una rejilla que cae a la mitad del cubo, con lo cual tienes lo mismo hacia arriba que hacia abajo. Estás suspendido en el centro, sobre la nada. La historia es que cuando te pones en el centro y chillas, el sonido desaparece por completo, sin hacer nada de eco. Por lo visto es una sensación rarísima porque en cualquier sitio, aunque no lo notemos, siempre hay algo de eco, las ondas rebotan más o menos, pero siempre un poco. Pero en la cámara anecoica no, y dice Isaac que por eso la gente se marea y se pone nerviosa, porque es una sensación muy rara y el oído y el equilibrio están íntimamente ligados. Dice que hay gente que vomita y todo. Me muero por ir. Además hay otra cámara de reverberación, que es lo mismo pero al revés... Digo yo, que podrían hacer la Cámara Vocoder que te pusiera la voz como la de Cher o la de Daft Punk...
Y nada más por hoy. Pasado mañana en Madrid... que ganas.
Besos en las ingles.
NOTA: Mientras escribía esta entrada me he enterado que Ratzinger es el nuevo Benedicto XVI. Apretémonos los machos...
martes, abril 19, 2005
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