El Príncipe Rainiero ha muerto. A mí me da un poco igual, porque el tema realeza no me seduce nada, soy más de personajillos casposos, porque me siento más identificado con ellos y me parece que tienen más jugo. A Leyre supongo que no le parecerá lo mismo y estará desolada por los acontecimientos porque a ella le fascina el mundo princesas y vestidos de ensueño... A mí lo único que se me ocurre pensar es que, muerto su padre, a Estefanía de Mónaco se le va a pirar la pinza ya totalmente y empezará a tirarse a todo el personal de circo que le quede, incluyendo payasos, enanos, y forzudos... Quién sabe, a lo mejor ahora se quiere casar con un caballo, o con un elefante... Porque lo importante es casarse. En cuanto al Príncipe Alberto seguiré con la duda de de qué palo va, porque aunque todo el mundo dice que es gay, yo nunca le he visto tirándose a un tío (tampoco ví el Sorpresa Sorpresa del perro y Ricky Martin, ni atendí el desgarro anal de Alejandro Sanz) así que con seguridad no lo puedo decir. De todos modos como mi sexto sentido cazamaricones (o gaydar según Tony Tornado) está atrofiado, tendré que creerme la opinión general de las masas y afirmaré convencido que Alberto no sólo es marica sino que además es pasivo y le gusta ponerse lencería femenina en sus momentos íntimos.
Mientras divago sobre la monarquía monegasca me doy cuenta de que, al contrario de lo que pensaba, no soy el único que se rasca la barriga en este departamento. Yo normalmente me siento mal por estar en el ordenador tocándome los huevos con el messenger abierto, porque doy por supuesto que todos los demás están consultando bases de datos superespecializadas para su proyecto ultrainnovador. Pero no, esta tarde se me ha ocurrido echar un ojo a las pantallas del resto de personas que habitan la sala de ordenadores anexa al laboratorio y cuál es mi sorpresa cuando descubro que la que no está mirando el correo está escribiendo uno, otra mirando fotos de no se qué, otro jugando al solitario de Windows y la última pintarrajeando chorradas con el Paint... Claro, me he sonreido por dentro y se me ha quitado el complejo de culpabilidad.
En cualquier caso me tengo que poner las pilitas para acabar el proyecto a tiempo, que esto va de un lento que es horroroso. Si todo va bien, este septiembre habré acabado la carrera y seré Ingeniero Químico por fin. No lo digo muy alto no vaya a ser que me tenga que quedar un añito más en mi querida Complutense. Leyendo el blog de Supervago me he dado cuenta (bueno, me ha recordado, que tampoco es que viva en los mundos de Yupi) de que dentro de poco voy a tener que pensar ya en cosas de gente mayor, en trabajos, en pisos, en alquilar o comprar, vamos, en qué quiero hacer con mi vida, básicamente. Y la verdad es que no tengo ni idea.
Mi vocación frustrada (frustrada?) siempre ha sido ser actor, y aquí me veo pringando cogiendo muestras en el laboratorio. No digo que lo que haga no me guste, que no me entusiasma pero bueno, tampoco me salen sarpullidos, pero la idea de encuentrar un buen trabajo de ingeniero, cobrando un buen sueldo (crucemos los dedos) no pasa de ser moderadamente atractiva. Es decir, sería gilipollas si le hiciera ascos a un buen trabajo relativo a mi carrera y bien pagado, pero estaría negándome un poco. Mamá quiero ser artista. Terminar la carrera me cubre las espaldas y me da un poco de seguridad. Si encuentro trabajo me podré pagar mi independencia y dejar de chupar del bote. Pero no quiero que pasen los años y me quede el gusanillo de no saber si valía para actor, de no haberlo intentado. Está claro, que das una patada a una piedra y salen actores en paro, y tengo que tener los pies sobre la tierra, pero quién me dice que no pueda ser yo uno de los elegidos?. No sé, siempre he dicho que cuando acabara la carrera me metería a estudiar arte dramático, pero no sé yo si es lo mejor. Desde luego lo más práctico seguro que no. Ya hago mis cositas en una compañia de teatro y me gusta mucho, pero al fin y al cabo es de amiguetes, que tampoco es garantía de nada... Por cierto la compañía se llama NoHayQuorum y hace unos montajes fastuosos. No dejeis de ir a ver sus montajes si teneis ocasión. No os arrepentireis... Y pasado este momento publicidad que me puedo permitir porque este blog es mío y publicito lo que me da la gana, me despido porque me quiero ir ya de aquí y se me va el autobús.
Besos en las ingles
viernes, abril 08, 2005
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