Hoy no he ido a la universidad porque esta noche vienen Diego y Jose y quería hacer cosas en casa (y bueno, que me daba un pereza monumental ir al laboratorio, a quién pretendo engañar). Al final he hecho lo que quería hacer, limpiar, hacer colada tender etc. pero me ha sobrado tiempo que he invertido en recuperar un poco de sueño, que J me tiene robado, y básicamente en hacerme otra pantalla del Commandos 3. Con esta tercera entrega me estoy controlando un poco, pero con la anterior (Commandos 2) se me fue la cabeza totalmente y resucitó en todo su esplendor mi vena ludópata que tenía enterrada desde niño y que desde entonces sólo sufría rebrotes cortos, aunque intensos.
De niño, mi problema de adicción a los videojuegos llegó a tomar un cariz un poco preocupante. Llegaba todos los días tarde a la clase de por la tarde porque me tiraba todo el mediodía jugando a una "maquinita" en la que por cierto era un hacha y me duraban cinco duros una barbaridad (cinco duros que previamente había extraído sin autorización del monedero de mi madre). Me acuerdo que me acababa el Street Fighter II con todos los personajes...
Llegó un punto en el que mi padre se hizo un tour por todas las salas recreativas y bares con máquina de mi barrio con una foto mía diciéndole al responsable "Éste es mi hijo. Es adicto a los videojuegos. No le dejen entrar." Qué fuerte, ¿no? Mi hermana pensaba seriamente que yo iba a acabar siendo un delincuente... y mira, al final ingeniero...
En cualquier caso tengo que mantener mis vicios a raya, que soy carne de cañón para engancharme a todo y luego pasa lo que pasa, que soy incapaz hasta de dejar de comerme las uñas...
Bueno, y esto es todo por hoy, que no estoy inspirado y me tengo que ir al aeropuerto a chuparme el retraso de esta vez. Me espera un fin de semana muy divertido. Ya quedan pocos.
Besos en las ingles.
viernes, julio 01, 2005
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