Qué difícil es respetar los derechos humanos fundamentales cuando hay gente que se los pasa por el forro de los cojones como ha ocurrido hoy. Qué difícil es aguantarse las ganas de pagar con la misma moneda.
Me he levantado y en seguida me he enterado de la trágica noticia. ¿Estoy en Pansatonic? ¿Es esto el Día de la Marmota? ¿He tenido un Deja-vù? No, simplemente, los mismos indeseables de siempre han decidido jodernos la vida con otra de sus manifestaciones de poder. 11-S, 11-M, 7-J... Tocado sí, pero no hundido.
¿Cuánta gente tiene que morir para que por fin podamos vivir en paz? ¿Cómo es posible que la razón última de estas barbaridades sean las creencias religiosas? Qué horrible es la sensación de impotencia y de desprotección. Me dan escalofríos de pensar que esa gente puede hacer lo que le gana cuando le de la gana... Un día se va a liar gorda.
Por fin me ha llamado Mark, mi amigo londinense. Dice que todo es un caos, pero están bien él y todos sus conocidos. No quiero pensar que no hubiera sido así...
Megustaría haber hablado de la cena con muchísima grasa que nos metimos ayer Flat y yo, pero las circunstancias me impiden ser frívolo hoy. Y mira que me jode.
Besos solidarios a todos los londinenses y a todas las víctimas del terrorismo que sientan las vísceras revolverse de nuevo.
jueves, julio 07, 2005
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