lunes, mayo 09, 2005

Y entonces llegó Rufus

Pues iba a relatar el sábado y el domingo, pero se me ha adelantado Flat, y como hemos hecho las mismas cosas pues es un poco repetitivo. En cualquier caso lo voy a contar bajo mi punto de vista porque si no me quedo compuesto y sin post.

El sábado vi Boys don't cry, pese a que Flat me advirtió que me iba a dejar fatal. Efectivamente, me dejó fatal, pero muy contento de haberla visto. Hillary Swank es mucho. Por otro lado, ¿por qué Chloë Sevigny siempre hace de lesbiana o en papeles así un poco ambigüillos?

Luego volando al concierto LIVE 'O5 en el Tivoli. Yo sabía que iba un montón de grupos, pero la verdad es que no me había leído la letra pequeña y resultaron ser casi 20 en 6 horas. Un poco agotador, teniendo en cuenta que eso parecía la grabación de la Gala de Nochevieja de TVE, cortando cada dos por tres. La cosa era que llegaba un grupo, tocaba 2 canciones y ya, a preparar el siguiente. Lo presentaban un Fulanito que dice Flat que tiene un programa de éxito de la Radio, tipo el Anda ya! de los 40 Principales, y otra Menganita que era clavadita a Charlize Theron y estaba muy buena, que la verdad es que tenían bastante salero. Gracias a esa sal se hacían soportables los catorce mil cortes con publicidad tipo "manda un mensaje al 5555 diciendo Soy imbécil y me gasto dinero en estas cosas para que saliera tu mensaje en las macropantallas y entrar en el sorteo para ganar un moco de Daniel Bedingfield". Los mensajes eran todos tipo "Olaf, te quiero mazo", "Mette eres la mujer de mi vida", porque claro, entre el público había más granos de acné que en la Factoría Nomen Basmati Brajma, con sus 14 años de media. Todo el niñaterío disfrutaba mucho con el 80% de grupos que pasaron por ahí, porque eran raperos y hip hoperos y a esta gente le gusta más el hip hop que a un tonto un lápiz. Bueno, suponemos que les gustaba mucho porque los daneses demuestran su entusiasmo quedándose clavados en el sitio como una estaca. Y de cantar las canciones ya ni hablamos. Los labios no se despegaron. Vamos, lo que se dice una audencia sosa hasta lo legalmente punible. Lo mejor fue cuando descubrimos que la presentadora rubiaza era la cantante de Infernal, y nos volvimos locas con From Paris to Berlin y Keen on Disco, que son dos canciones que nos gustan y con las que nos martillean en los bares de por aquí. La pandilla de pibonas y chulazos que componían en cuerpo de baile iban medio en bolas y se manchaban los cuerpos con pintura fucsia. Ellos como robots estáticos y muy serios, ellas enfervorizadas frotándoles el pecho con la témpera rosa. Esa parte estuvo muy bien. No puedo olvidar remarcar que la presentadora se cambió dos mil veces de modelazo a cada cual más provocativo.

También estuvo muy bien Bertine (Osborne) Zetlitz que cantó Sweet like Candy y otra que no se si se llama Aaaaah, aaaaah, aaaah y también estuvo genial. Muy rubia y muy sueca ella, con unos aires en la pinta y en la música a Sophie Ellis Bextor que me gustaron mucho. Además hablaba al público en sueco, y la gente no se enteraba. Flat y yo disfrutamos bastante este punto.

Ya hacia al final cuando yo ya no sentía las piernas llegó Mel C, toda simpaticona y cantó las 3 o 4 canciones que conocíamos, a saber, Northern Star y I Turn to you, y entre ellas su nuevo single Next Best Star que está muy bien. Como esta parte la podíamos cantar pues nos desgañitamos y los pasamos teta piruleta. Después ya sólo quedaban los cabeza de cartel que no los conocía y me la sudaban bastante así que le di un ultimatum a Flat: "O nos vamos o pido el divorcio", porque estaba ya muerrrrrrrrto. Flat, que por lo general es un poco fascista conmigo, ante esto no pudo hacer nada y se ablandó. Es entonces cuando enfilamos a darnos un buen baño de triglicéridos y grasas saturadas. Al Burger King de cabeza a cascarnos un menu Whopper con hamburguesa extra de apoyo. Y de postre nos pretendiamos comer una Thai Box, pero nos pareció ya un poco fuerte y un poco de mal gusto, de modo que paramos ahí de engullir.

Se me olvidaba comentar que antes del burger nuestra intención era ir a un buffet turco a ponernos bien cerdos por dos duros, pero estaba cerrado porque aquí a las 11:30 no cenas (ni cines) ni de coña. Aparte de eso, el hijoputa del cajero automático decidió que no me iba a dar dinero y que además se tragaba mi tarjeta para putear un poco más. Me cago en el Jyske Bank. Por supuesto no me quedó mas remedio que ir con Flat de Pretty Woman mantenida toda la noche.

Nos hicimos una buena ruta Oscars-Heaven-Jailhouse encontrándonos a todos los clásicos de la noche Copenhaguera. Los tachamos a todos de la lista, no faltó ni uno. Flat habló con algunos de sus fans y el pesao de Tage vino a ver que caía. Le despachamos rapidito, aparte de que le mandé un mensaje para que no se hiciera muchas ilusiones (mas bien ninguna) y la verdad es que lo entendió bien. Yo a esas alturas me tenía que pirar a casa porque tenía mucho curro para el domingo. Flat se quedó haciendo sus cosas, que si él no revela en su blog no seré yo quien lo haga en el mío.

El domingo por la tarde llegó la hora de ir al concierto de Rufus Wainwright. Yo la verdad es que solo conocía Complainte de la Butte de la banda sonora de Moulin Rouge, que me gustaba, pero tampoco se me ponían los pelos como escarpias al escucharla. Cuando me llamó Flat para preguntarme si me compraba entrada (carísima por cierto) le dije que sí, pero más que nada para no perderme otro plan, que me los pierdo todos. Además a todo el mundo parece gustarle mucho R. Wainwright, así que por qué no. Cuando llegó la hora de salir de casa no me apetecía nada, porque aparte de que no había acabado el curro ni por asomo, no me iba a saber ninguna canción, cosa que odio, y por último, porque ni siquiera soy yo mucho de ir a conciertos. Me canso y me agobio enseguida (aunque cualquiera lo diría después de este fin de semana de concierto en concierto y tiro porque me toca).

Estuve a punto de dejar a Flat con la entrada colgada, pero me corté porque hubiese supuesto el fin de nuestra bonita historia, así que me puse moderadamente mono y modernito y tiré hacia casa de Flat para recogerle e ir dando un paseo hasta el StorVega, sala de conciertos por excelencia en Copenhague y que le pasa como a La Chata en Madrid, que no ha cambiado de decoración desde los 70 y de puro vieja pues ya es retro y vuelve a molar.

La audiencia del concierto era bastante heterogénea y variopinta, con gente de todas las edades y tamaños. No hubo en cambio mucha diversidad en cuanto a tendencias sexuales, porque allí había más mariquitas que el Museo Nacional de Entomología. En el concierto nos encontramos con unos pocos conocidos de la noche copenhaguera y rajamos un poquito hasta que llego la telonera. Esta telonera tipo cantautora chunga intentó matarnos de aburrimiento con sucesivas canciones de rollo intimista que no consiguieron otra cosa que que la gente la ignorara de mala manera. En serio que fue muy fuerte. Tras unos primeros momentos de atención llegaron las caras de estupefacción y por último el murmullo que fue in crescendo hasta que la sala parecía el fondo sur del Bernabeu. Ella, como iba muy drogada, no le dio mucha importancia aunque antes de la última canción dio las gracias unas dos millones de veces por la atención prestada por el público. Muy drogada, pero muy irónica ella. Cuando por fin se largó tuvimos que esperar otro rato más con música enlatada hasta que por fin salió.

Yo ya sabía que tenía bastante pluma el hombre, pero la verdad es que me lo esperaba de otra forma y me encantó esa forma de perder aceite por el escenario. Con su chaqueta estrechísima de terciopelo negro con camiseta rosa y pañuelo muy femenino al cuello cogido con broche de bisutería muy de mujer. Me encantó. En la banda eran todos muy guapos y muy gallardos y también me gustaron. El hombre entre canción y canción contaba anécdotas varias, graciosísimas todas, sobre todo aquélla de cuando paseaba bucólicamente por los jardines del Tivoli, que le gustan porque el es muy marica, viendo a las familias y a las parejas enamoradas, cuando se paró a ver los patos del estanque. Era todo muy bonito hasta que encontraron un pato muerto flotando, y a una gaviota comiéndoselo arrancando del cadáver grandes pedazos de carne con el pico... Entonces se les cortó el rollo y se volvieron al hotel... Contado así no es nada del otro mundo, pero contado por él tenía muchísima chispa y nos descojonamos todos. Por cierto que nos dimos cuenta que la petarda de la telonera resulta que era una de las coristas, pero como el ambiente ya era mucho más animado pues ya nos empezó a caer bien, y ella nos perdonó... Al final nos reconciliamos, mira tú.

A partir de ahí ya fue todo una pasada. Las canciones movidas me movieron y las intimistas al piano me emocionaron. Casi lloro con el cover del "Hallelujah" de Leonard Cohen que se marcó (que acabo de averiguar que sale en la BSO de Shrek 2). Yo no tenía ni zorra de las canciones y por tanto no puedo hablar de títulos que me gustaran más o menos. Sólo lo que me soplaba Flat, que no es que sea un rufusólogo pero bastante más que yo sí sabía. Por él pude saber que eran "Beautiful Child" y "The One You Love" las que más me gustaron, con un directo impresionante. También el cover de "Across the Universe" de los Beatles me dejó babeando. En fin, que fue todo la polla. La apoteosis final vino con los múltiples bises que se marcaron en los que se desnudaron todos y Rufus se quedó en camiseta hiperescotada, leotardos de rayas, zapatos de tacón rojos, slip de lentejualas azules, banda de miss Copenhague y varita mágica con el detalle de autocoronarse con una tiara cutre de esas de H&M. Maravilloso. El resto del banda también se despolotó y se quedaron en calzoncillos y algunos aperos más de atrezzo para caracterizarse de pirata, leatheron del Eagle etc. En sucesivos bises también salieron vestidos de brujas y en albornoz. Fue un final fastuoso, todos entregadísimos, chillando, moviendo los brazos en el aire... Vamos, que fuimos un público mucho mejor que el del otro concierto. Incluso nos felicitó y todo, diciendo que eramos un público muy agradecido. Ay, que bien...

Cuando acabó tuve que abrazar y manosear a Flat por haberme llevado a ese plan tan cojonudo. Porque Flat sabe mucho y se entera de todo y me lleva a sitios y a cosas con mucha miga. Si no fuera por él estaría todo el día en casa comiéndome los mocos. Por cierto, que esa noche no tuve que comer mocos porque nos fuimos a su casa y me hizo unas croquetas de cocido que estaban de quitar el sentido, acompañadas por unas raciones de ibéricos muy serias. Vamos, que una vez más nos pusimos cerdísimos. A este paso vamos a tener que comprar dos billetes de avión cada uno con asientos contiguos si queremos volver a España.

Hoy llevo todo el día bajándome todo lo que encuentro de Rufus Wainwright y empollándome su vida y milagros. Porque a partir de ahora soy MUY fans. Yo ya sí.

Al final me ha quedado un post repetitivísimo como esperaba y además más largo que un día sin pan, pero la ocasión lo merecía.

Esto es todo por hoy. Besos en las ingles.

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