No posteo porque lamentablemente no tengo nada que postear. Me paso la vida entera en el laboratorio y delante del ordenador y cuando arrivo a casa, que me merezcco un premio, un capuccino delicioso como poco, estoy muerrrrrrrto, y lo último que me apetece es ponerme a actualizar y estrujarme las neuronas para intentar ser gracioso...
En cualquier caso, informo a navegantes que ya no queda mucho y que creo que estaré en España entre el 15 y el 20 de este mes. Ya por fin sé lo que me queda... Sólo 6 días de experimentos más... El problema es que entre que escribes las cosas, lo pones bonito, lo entregas, te lo corrijen, lo cambias y lo vuelves a entregar pues se van días a porrón. Pero bueno, por lo menos ya veo la luz al final del túnel y camino hacia ella como Carol Ann... Lo más fuerte es que mi supervisor chino me ha dicho que está pasando dos de sus tres semanas de vacaciones en el laboratorio, porque dice que le gusta trabajar... La madre que le parió, por mí como si se da cabezazos contra la pared, pero a mí NO me gusta trabajar y quiero que me deje en paz ya. Ahora entiendo porque soy el más pringado y trabajo el triple de lo que verdaderamente me corresponde... Dentro de unos meses me reiré de esto. Ahora ni puta gracia.
Cosas reseñables. El fin de semana pasado salimos Michele, Pablo y yo a celebrar la despedida de Flat, pero sin Flat, porque había caído enfermo presa de unas anginas galopantes. Decidimos salir de todas maneras por nuestra salud mental, porque nos iba a dar algo... y fue un gran acierto, anda que no! Nos hicimos una ruta de lo más heterosexual y estuvimos hablando entre otras cosas de porqué nos sentimos atraídos por la gente religiosa y Pablo dijo que probablemente sería por nuestro deseo oculto de corromperles, y yo estuve totalmente de acuerdo, aunque nunca lo había pensado así. Acabamos la noche en el parque de pillar porque estos querían verlo, dando gritos y riéndonos como verduleras, hasta que todo el parque se hubo enterado de nuestra presencia.
El verdadero asunto del día es que a estas horas Flat estará en la sala de embarque, a punto de escapar de este país dejándome más tirado que una taba, muerto de la envidia... Me quedan pocos días aquí, pero se me hacen rarísimos pensando en que no voy a poder llamarle 700 veces al día... Para mí este viaje ha sido Flat, y sin Flat sólo es una ciudad fría, de cielo plomizo, y un proyecto que se acaba pero que nunca se acaba y me va a terminar matando.
Desde Copenhague, donde el verano ya ha acabado, si es que alguna vez llegó, besos en las ingles para todos, y para Flat un abrazo de osos de los que te parten las costillas, que te quiero mucho marikhón!
miércoles, agosto 03, 2005
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