Hace ya seis años que conocí a Mark. Le conocí en un bar hiperjincho de Madrid, que por cierto no se qué estaría haciendo allí porque este hombre es lo que se dice un caballero inglés de los de antes, pero además inglés inglés del mismísimo London vamos. El caso es que estaba de viaje negocios y pasaba la noche en Madrid. Y pasó la noche en Madrid y conmigo. Y fue maravilloso. Me dio su tarjeta con su mail y se me ocurrió escribirle unas semanas más tarde. A partir de ahí empezó una relación a distancia que en realidad no era relación ni nada pero yo me enamoré de él como una perra. Y ahí sigo. Entre todos los momentos que hemos estado juntos no sumaran ni cuarenta horas en 6 años y probablemente por eso le tengo totalmente idealizado... pero bueno. El caso es que ya hace 3 años que el hombre de mi vida se echó novio y están muy felices y yo sigo buscando amor en el rasca y gana de los envoltorios de Tampax.
En realidad el motivo de contar esto aquí es que ayer vino a Copenhague. No puedo decir que viniera a verme porque sería mentir como un bellaco. Era otro viaje de negocios. En cualquier caso volverle a ver ha sido increíble como siempre. Lo que ha cambiado es que esta vez no me he quedado hecho una puta mierda durante la semana posterior a su partida. Simplemente me ha dado penita, pero ya está. ¿Me estaré haciendo mayor? ¿Me estaré desenamorando (no creo)? ¿Simplemente no estoy triste porque no he ido al aeropuero a decirle adiós y me he ahorrado la parte lacrimógena? No lo sé. Lo que si se es que estoy bien y en paz, y que estoy muy contento por ello.
Y después de este momento "Confesiones de Ann" paso a comentar aspectos con un poco más de chispa. Se me ocurré decir por ejemplo que hoy hemos estado Yuu y yo en un Kebab (bueno más bien yo sólo porque Yuu no sportaba el olor y se ha salido a la calle a fumarse un cigarro) y nos hemos encontrado a un personaje cuando menos singular. El tipo en cuestión era un tío normal, feíto y tal, con el pelo como larguito por detrás que me da un poco de grima, pero normal al fin y al cabo. La risa ha sido cuando se ha levantado y nos hemos dado cuenta que llevaba unos pantalones piratas como muy de mujer y unas sandalias de tacón como muy de abuela. El conjunto era indescriptible. Ni que decir tiene que le ha caído fotito con el móvil de Yuu. Que no se me ofendan las travestis del mundo, pero este tío era muy fuerte. Era clavaíto a Buffalo Bill de El Silencio de los Corderos. De fijo que tiene tías secuestradas en el sótano de su casa y baila desnudo con la polla entre los muslos al ritmo de Good Bye Horses de Q Lazarus. Un auténtico Freak vamos.
Hablando de travestismo también he de contar una historia que me contó Aida, una amiga de Pablo y de Yuu que vino a verles. Resulta que esta chica tiene un muy bien amigo suyo que va muchas veces a su casa. Hasta ahí todo muy bien. Lo que pasa es que a veces va vestido de mujer y directamente queda con su madre a tomar café sin estar Aida en casa. ¿No es totalmente genial? Yo quiero un amigo que vaya vestido de Belén Esteban a tomar café con mi madre. Me encanta.
Bueno me voy a preparar que ha venido la hermana de Flat Eric con novio incluido de visita y tengo que hacer los honores en calidad de presidente del comité de bienvenida. Vamos a ir al Vega que es una discoteca hetera a hacernos los machos, que una vez al año no hace daño.
Felicidades a los Josés y todos los padres del mundo, incluido por supuesto Juan Cuesta, el pollero más molón de Entrevías.
sábado, marzo 19, 2005
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