Chúpame la punta. Parte II

Tres de la mañana. Es la hora de salir al patíbulo. En el último momento decido quitarme el brazalete de cinta aislante negra porque me parece que queda mal. Descubro que a lo mejor la gracieta de pegarme eso en la delicada piel del brazo no fue tan buena idea , porque ya está más adherido que el tensoplast. Me lo quito despacito flipando del dolor, hasta que Flat opina que ya vale de mariconadas y agarra un extremo y me lo quita de un tirón. Yo le agradezco mucho el favor y le propongo que me devuelva el trozo de piel que se ha llevado con el pack. Estupendo, hay que salir a hacer el canelo y yo con un rectángulo morado y dolorido gentileza del machirulo de Flat. Te voy a dar una hostia...

Rencillas aparte, decido dejar el tema de la apropiación indebida de epidermis a un lado, porque nos tenemos que divertir, y porque yo a Flat le tengo que querer aunque me despelleje en un ataque de testosterona, fruto de haberse metido demasiado en el papel de oso.

Niñas, al salón. Nos mandan a la cama del fondo. Tengo que explicar que la fiesta estaba ambientada en un motel años 50, y por todas partes había camas desperdigadas, en esquinas decoradas como una habitación. Las chicas iban de pin-ups. Los chicos de marinerito y botones. Nosotros de osos. El que le encuentre la lógica que me mande un mail.

Nos hacen una sesión de fotos tirados en la cama. La negra sale hecha un pibón. Nosotros salimos como para partirnos la boca con unas botas Salomon con cremallera de bakala. Que cara de pringaos por Dior... Y se supone que la foto que he visto ha sido escogida como la mejor...

Después de los posados-pactados nos subimos a la plataforma. La plataforma era una estructura central muy alta, acolchada en su parte superior y con una barra de Ana y los 7, de guarra, de Pink. Nos costó dios y ayuda subir hasta allí y ya me veía yo aterrizando con el culo en la cara de una pija, pero al final lo conseguimos. Tengo que decir que Boss no nos había dicho que coño teníamos que hacer y tuvimos que improvisar. Decidimos no pasarnos mucho y nos limitamos básicamente a estar tirados en el cojín mirando al público con desprecio y frotándonos el paquete, mientras La Zorra hacía movimientos obscenos en nuestra cara. Sólo teníamos que estar 15 minutos, pero se hicieron bastante largos.

Nos tocaba volver a los camerinos:

- Boss, ¿qué tal hemos estado? Es que no sabíamos que hacer...
- Muy bien chicos, perfecto, pero más carnaza.
- ¿Pero exactamente hasta donde quieres que lleguemos?
- Mientras no os saquéis las pollas está bien.

Media horita más en camerinos. Las pin-ups yonquis me piden 5 cigarros. La Zorra se mete otra raya. Nos toca salir otra vez. Esta vez Flat se lleva el rollo de cinta aislante.

Plataforma central. Flat me ata a la barra. Yo le chupo las botas. La Zorra me clava los tacones en la espalda. Me zafo de mis ataduras. Me subo a horcajadas sobre Flat boca arriba y le golpeo el pecho con cara de vicio. Flat me aparta de un manotazo. Le quita el tacón a La Zorra y me lo mete en la boca. Flat y la zorra se frotan. Yo les miro y desprecio al público. Veo a la hermana de Flat que nos está grabando con cámara. Qué vergüenza. Me froto el paquete. Agarro a Flat por detrás en un gesto muy "te estás quedando dormido de pie, como los caballos". Me pongo de pie y pisoteo el pecho de Flat con mis botas. Ya han pasado 15 minutos. Al camerino.

Cenutrio nos dice que así ha estado muy bien. Flat le dice que ha visto la cara de las pijas y que eran un cromo. A Boss esto no le da ni frío ni calor, y que sigamos así.

Me piden 10 cigarros más. Ya les vale. La Zorra se mete otra raya cortada con mi carnet de la biblioteca. Nos toca volver a salir. Esta vez hay que bailar en el escenario.

Básicamente esta nueva sesión consiste en que Flat se frota la empanadilla con la Zorra mientras comentan que creen que se conocen de algo. Yo paso un poco de intimar y bailo sólo concentrándome en ver que famosillos hay por ahí. Asdrúbal, ahá... El Michel ese que baila en Mira Quién Baila, ahá... Uhmmm ¡mi jefe del último curro! Genial, todo del anonimato, seguro que me vuelven a llamar para recoger a más tenistas. Bravo Ann O'Nadada... Bueno mira, ya no conduciré Mercedes, pero lo próximo será hacer de Tarado del Pulp Fiction en Gabana, o si no, siempre nos quedará la Sala Bagdad...

Cambio de turno. Más cigarros, más rayas. Vienen unas putillas a visitar a las bailarinas. Beben champán y hablan de política y de física nuclear. Nos toca volver a salir. Nos lamemos, nos pegamos, nos frotamos, nos escupimos (bueno, esto último no). Llega el fin de fiesta. Cae confetti. Nos subimos todos a la plataforma central. Más posados. No cabemos, más de una se va a hostiar. Vosotras, sonreíd, vosotros, cara de malos. Luces. Fin de fiesta.

- Joder Flat, qué fuerte, entro a trabajar en hora y media.
- Ann cállate ya, que no paras de quejarte. Con lo bien que nos lo hemos pasado.
- Pues tienes razón…

Besos en las ingles.

P.D. Si no me ha quedado gracioso lo siento, pero hace una hora me han robado el móvil en toda la cara sin que me diese cuenta y cuando me he pispado me he llamado y estaba comunicando. Ardo en deseos de ver el cuentón de llamadas a Tokyo y a Sydney.