Hoy os voy a hablar de esos fascinantes programas que nos invitan a comprar objetos extravagantes, totalmente innecesarios, pero a la vez altamente deseables por la misma razón. Sí amiguitos, estoy hablando de esos anuncios de media hora, los infomerciales.
Hay infomerciales a todas horas, como por ejemplo antes de vuestra serie favorita, pero coincidiréis conmigo que los más interesantes son los que emiten de madrugada, porque los productos son mucho más elaborados y además la franja horaria predispone para tragarte la media hora de consejo publicitario con una sonrisa satisfecha.
De los infomerciales me gusta todo. Me gusta el público que está continuamente riéndole las gracias al presentador y soltando exclamaciones de estupefacción, atónitos ante las bondades y grandezas del producto en cuestión. Todo muy espontáneo. También me gustan los presentadores, que invariablemente son un experto en la materia que lleva un jersey muy feo, acompañado por un ama de casa peliteñida o por una estrella mediática de tercera regional que muy probablemente no hayas visto ni oído hablar en tu vida. No obstante, lo que más me gusta sin duda es el doblaje. Se pasan la sincronía por el arco del triunfo sistemáticamente, sobre todo con los testimonios de los consumidores satisfechos, a los que el producto anunciado cambió la vida por completo. ¿Qué el doblaje acaba segundo y medio antes de que la persona doblada termine de mover los labios?, pues qué le vamos a hacer, por lo menos lo han intentado. Es que la tía se alarga mucho hablando…
A continuación, os expongo una lista de artículos que han marcado mi vida. Hay cientos y no los puedo poner todos, pero por lo menos describiré una buena lista, de los que más me han impactado.
Las plantillas Magna Power. Eran unas plantillas de un material super novedoso y comodísimo, que llevaban en su interior una serie de imanes que coincidían con los canales energéticos del pie, estimulándolos y abriendo los chakras, karmas, y todo lo abrible para que a través de la reflexología del pie tu vida fuese mejor y no te cansases y encontrases trabajo y novia. El eslogan usado era “¡Es como caminar sobre el aire!” y los presentadores lo mejor del mundo. Uno de ellos, el experto, era un señor bastante parecido al maestro Leyva del ¿Qué apostamos?, y la estrella invitada el rubio ex-líder de Locomía (cuchubare). Por lo tanto, este infomercial, no tengo ni que decir que es un MUST en toda regla.
El Butatrans. Un artilugio con estructura metálica que servia para poder agarrar y transportar cómodamente y sin partirte el espinazo ni destrozarte las lumbares, las pesadas bombonas de butano llenas. De ahí el ingeniosísimo nombre Buta-trans. ¿A que los creativos se lo curraron mogollón? Tres hurras por ellos. Estaréis conmigo en que el mundo iba a la deriva hasta la creación y puesta a la venta de este objeto, ¿no?
El Chef-o-matic. Este robot de cocina pretendía echar del podio a la todopoderosa Thermomix, pero se quedó con las ganas. Su supone que la maravilla de este invento es que le metías todos los ingredientes a lo bestia, le programabas el tipo de preparación y la hora, y te ibas a trabajar. El cacharro, como era muy listo, hacía todo lo necesario para que al llegar cansadísimo del curro, te encontrases un bizcocho humeante y recién hecho. Donde pone bizcocho podías poner lo que se te ocurriera, según ellos, porque lo hacía todo, todo, y todo. “El chef en casa”. Me pregunto si también te liaba las croquetas y desespinaba el bacalao.
Hay infomerciales a todas horas, como por ejemplo antes de vuestra serie favorita, pero coincidiréis conmigo que los más interesantes son los que emiten de madrugada, porque los productos son mucho más elaborados y además la franja horaria predispone para tragarte la media hora de consejo publicitario con una sonrisa satisfecha.
De los infomerciales me gusta todo. Me gusta el público que está continuamente riéndole las gracias al presentador y soltando exclamaciones de estupefacción, atónitos ante las bondades y grandezas del producto en cuestión. Todo muy espontáneo. También me gustan los presentadores, que invariablemente son un experto en la materia que lleva un jersey muy feo, acompañado por un ama de casa peliteñida o por una estrella mediática de tercera regional que muy probablemente no hayas visto ni oído hablar en tu vida. No obstante, lo que más me gusta sin duda es el doblaje. Se pasan la sincronía por el arco del triunfo sistemáticamente, sobre todo con los testimonios de los consumidores satisfechos, a los que el producto anunciado cambió la vida por completo. ¿Qué el doblaje acaba segundo y medio antes de que la persona doblada termine de mover los labios?, pues qué le vamos a hacer, por lo menos lo han intentado. Es que la tía se alarga mucho hablando…
A continuación, os expongo una lista de artículos que han marcado mi vida. Hay cientos y no los puedo poner todos, pero por lo menos describiré una buena lista, de los que más me han impactado.
Las plantillas Magna Power. Eran unas plantillas de un material super novedoso y comodísimo, que llevaban en su interior una serie de imanes que coincidían con los canales energéticos del pie, estimulándolos y abriendo los chakras, karmas, y todo lo abrible para que a través de la reflexología del pie tu vida fuese mejor y no te cansases y encontrases trabajo y novia. El eslogan usado era “¡Es como caminar sobre el aire!” y los presentadores lo mejor del mundo. Uno de ellos, el experto, era un señor bastante parecido al maestro Leyva del ¿Qué apostamos?, y la estrella invitada el rubio ex-líder de Locomía (cuchubare). Por lo tanto, este infomercial, no tengo ni que decir que es un MUST en toda regla.
El Butatrans. Un artilugio con estructura metálica que servia para poder agarrar y transportar cómodamente y sin partirte el espinazo ni destrozarte las lumbares, las pesadas bombonas de butano llenas. De ahí el ingeniosísimo nombre Buta-trans. ¿A que los creativos se lo curraron mogollón? Tres hurras por ellos. Estaréis conmigo en que el mundo iba a la deriva hasta la creación y puesta a la venta de este objeto, ¿no?
El Chef-o-matic. Este robot de cocina pretendía echar del podio a la todopoderosa Thermomix, pero se quedó con las ganas. Su supone que la maravilla de este invento es que le metías todos los ingredientes a lo bestia, le programabas el tipo de preparación y la hora, y te ibas a trabajar. El cacharro, como era muy listo, hacía todo lo necesario para que al llegar cansadísimo del curro, te encontrases un bizcocho humeante y recién hecho. Donde pone bizcocho podías poner lo que se te ocurriera, según ellos, porque lo hacía todo, todo, y todo. “El chef en casa”. Me pregunto si también te liaba las croquetas y desespinaba el bacalao.
El AB-Flex, Gym Form 8 y todos sus sucedáneos me aburren soberanamente, y desgraciadamente son los productos que más abundan. Me parecen todos iguales, aunque algunos tengan electrodos y otros no, y unos te hagan trabajar los abdominales oblicuos y los otros no. Incluso no me importa que los anuncien Chuck Norris o Norma Duval (bueno Norma Duval sí). Mención aparte merece un dispositivo, de cuyo nombre no me acuerdo, que consistía en un minicinturoncito ridículo que te ponías mientras metías tripa, porque se supone que meter tripa adelgaza, primera noticia. El aparatito en cuestión vibraba si te descuidabas y al relajarte te salía la lorcilla, para que te pusieses en posición de alerta otra vez. ¿Se puede tener tanto morro como para vender semejante tomadura de pelo? Pues sí, ya veis que sí.
Los decoradores de comida. Estos son un clásico, pero no por ser antiguos han perdido vigencia. Todos nos acordamos de esos artilugios que convertían un aburrido calabacín en un divertido y elegante acordeón y que pelaban las naranjas generando una monda delicada y delgadísima de 2 metros de longitud, para hacer un churrito y decorar postres. Soy muy fan de este set de aparatitos.
Batidoras en general. Últimamente me tiene fascinado una que con sólo dos golpes de muñeca te produce medio kilo de pimienta molida, cosa harto útil porque nunca sabes cuando vas a necesitar medio kilo de pimienta negra. Luego le pones al vaso de la batidora la tapa espolvoreadota de promoción que te regalan si llamas en los próximos 20 minutos y tan ricamente.
Los cuchillos Ginzu. Hay catorce mil marcas distintas, pero estos fueron los originales. Uno de mis productos preferidos. Me encanta cuando se pone el cocinero a serrar un trozo de mármol, o un martillo, con su superfilo templado al láser que no se mella ni en un millón de años, y acto seguido (bueno interrumpido por un sospechoso cambio de plano) corta una manzana al vuelo de un solo sablazo. ¡Pura poesía en movimiento, oiga!
Una pasta azul hecha con algas, hierbas y fitocosasraras que según los testimonios de los cientos de viejos que lo acreditan, corroboran la teoría de su creador de que elimina cualquier dolor en cuestión de segundos con una simple aplicación via tópica. El inventor explica que él ni siquiera es médico, pero que mezclo esas cosillas y le dio muy buen resultado. Vamos, que directamente se exime de cualquier responsabilidad si a ti no te funciona. Del nombre no me acuerdo bien, pero me parece que tiene un nombre tan técnico como “Blue Stuff” o algo así. Otro prodigio de devaneo de sesos de los creativos.
Glitter Box. Éste es casi sin lugar a dudas mi artículo favorito, aunque es de hace años. En realidad era una simple pistola de silicona, pero lo que la hacía genuina y maravillosa era su función: Con ella podías pegar pedrería y abalorios de plástico a tus vaqueros y camisas favoritas, para customizarlas y convertirlas en piezas únicas y auténticos monumentos al mal gusto. Además, cambiando la barrita de silicona por otra coloreada podías hacer dibujos dorados y plateados en relieve en tus camisetas para improvisarte un diseño digno de Donatella Versace. Las señoras se corrían de placer al ver lo que la maruja experta hacía con sus prendas a modo de ejemplo. ¡Con mucha pedrería! ¡De Grand Class!
Corto aquí y sigo mañana, que si no no hay Dior que se lea el pedazo de chorizo que he escrito. Por cierto, os comunico que esta entrada, más la de mañana, las escribí hace un rato y cuando estaba repasando las faltas y las tildes, el ordenador decidió suicidarse, sin que yo, por supuesto, hubiese guardado nada. He tenido que reescribirlo TODO otra vez, son una sensible pérdida de gracia, pero que le vamos a hacer, son gajes del oficio... Sólo os digo que eran 5 páginas de Word. Quiero mi gallifante.
14 comentarios:
muy bueno el post, aunque se te ha olvidado el "abdominalizer"...
por cierto, que listo es tu ordenador.
Sí, sí, una entrada muy chachi te ha quedado. Yo no veo-veía estos progaras solmente los anuncios que ponían en las series para niños que daban los veranos por la mañana (Pumky Brewster, los Brady etc, esto da para otra entrada) y recuerdo los cuchillos Ginzu...
Que weno! A mí me gustaba más la sartén con dos lados pa hacer tortilla y como se inventaban más aplicaciones, tortilla de queso, de patata, de jamón,...
(esa iba en la segunda parte, eh?)
El gel azul se llamaba super-blue. Me encantaba la vieja que decia que antes estaba medio paralitica y al aplicarse la crema su vida habia cambiado por completo.
Ver estas cosas borracho o fumado (pero en compañia) es la polla.
Pd- Cuando aprenderemos a guardar los archivos del word antes de acabarlos...
Recuerdo yo hace años llegar de juerga a casa de los padres (cuando vivía con ellos), tumbarme en el sofá, encender el TV set y empezar a alucinar en colorines con Paloma San Basilio y unas cremas que la mantenían (¿mantienen?) supertersa. Para mí ése es el infomercial más flipping. Debería volver a nuestras pantallas.
Juan: Ser realizador de infomerciales es lo más grande. Quién quiere dirigir películas cuando puede ser responsables de joyas de la televisión como el infomercial de Glitter Box??
Nanyu: El Abdominazer está inlcuido en todo el set de equipos de musculación y tonificación. Es que son miles y no los puedo poner todos. Mi ordenador me hizo la putada del siglo, aunque es verdad que llevaba como 6 días sin apagarlo por aquello de lo de la mula...
Leuke: Oh! Punky Brewster! Qué grande era esa serie! Me has dado una idea sobre un post....
Skywalker: Se me había olvidado! Muy bien! Es verdad, me encantaba esa sartén, sobre todo cuando listaban las millones de cosas que se podían hacer, todas ellas "tortilla de xxxxx"... Qué morramen. Así me gusta, que completeis la lista.
El Robel: Insisto que creo que se llamaba Blue Stuff... Yo la verdad es que nunca he tenido ocasión de verlos en compañía, pero deber ser la leche, porque solo ya los disfruto un montón... Hago los archivos en Word durante unos días después de una catástrofe de estas, pero luego vuelvo a relajar las formas y me vuelve a pasar.
TB97: Me dejas muerto. No me suena nada ese infomercial... Cielos, que humillación! Bueno, también es que tú eres más mayora...
JAJAJAJAJAJA! He pasado mucha risión con lo del calabacín!! :D
A mí lo que más me gustaba del Super Blue Stuff era que el tío que lo vendía decía algo así como "yo no soy médico ni pretendo serlo". ¡Qué tranquilidad echarte el producto ese!
Por cierto, mi abuela la loca tiene el Butatrans y me ha comentado que fenomenal. Y esto es cierto!
Ay Patata, que va a ser verdad que no te lees los blogs.... Lo de que el autor de la Super Blue Stuff (ese es el nombre completo) ya lo he comentado yo... Me encanta que tu abulea haya conseguido sacarla el máximo partido a esa joya del diseño que es el butatrans...
Perdona perdona perdona.. pero te has dejado el mejor!!!
La maquina de cortar el pelo que venia con un aspirador!!!!!! Era mitico!!
Y es verdad el de Paloma San Lifting y las cremas del mar muerto o no ande tambien era mu fuerte
Un gallifante y tres mini puntos!
Te los has ganado.
Y qué me dices del colchón que se hincha solo? Mis amigas y yo estuvimos una noche de pedo viendo ininterrumpidamente este infocomercial durante dos horas aprox. Los de antena 3 no tienen piedad...
Me sumo a rutiputi, un gallifante pa'ti. Bueno, dos, uno por el post y otro por haberlo escrito dos veces!
Queremos la segunda parte!!
Yo siempre me acuerdo del anuncio de la faja enchufable en la que salían unas muñequitas hawaianas moviendo unos pompones y haciendo de fondo a dos tíos muy feos y muy Sprinfieldianos hasta en el color de la piel.
eh! que yo tenía el BUTATRANS y por supuestísimo que también los GINZU, que cortan de todo, aunque nunca haya intentado serrar mármol, pero yo confío plenamente en ellos y se que podría...
El anuncio de las plantillas Magna Power me ha traído enormes recuerdos de adolescencia. Me quedaba hasta altas horas descojonándome con mis primos cuando Ovidio (me acabo de enterar que era un ex-locomía :o ) empezaba a dorar la píldora de las virtudes y excelencias de las plantillas con una desvergüenza propia sólo de cómicos.
Muchas gracias por estos recuerdos. De todo corazón.
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